Prólogo

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Sentía como la sangre se escapaba de entre mis dedos, trate de hacer presión en mi herida para lograr algo más de tiempo.

Mis ojos se centraron por un segundo en ella, aparte la mirada, no quería pensar en eso ahora. Trate de levantarme del suelo sin mucho éxito, mi herida me dolía demasiado con tan solo moverme.

Oí como alguien se acercaba así que trate de quedarme quieta, cuando entraron supe que esto no acabaría bien para mi, se llevaron su cuerpo y él intento acercarse pero su padre le impidió hacerlo cuando lo llamo por su nombre completo, uso un tono tan seco y frío que hasta yo sentí cierto temor por él.

- Por favor - Dije mirando a la rubia. - Ayúdame - Le supliqué mirando mi herida.

Ella se quedó viendome y pude notar el remordimiento en sus ojos, cuando estaba apunto de acercarse a mí su madre se lo impidió y ambas se fueron por donde habían entrado.

- No deberias hacer tanto esfuerzo - Dijo corriendo un mechón de mi cabello. - Se que en el fondo sabias que terminaría así - Me dijo en un susurro.

A parte su mano de mi rostro, no quería que me tocara, aunque su comentario me doliera sabía que tenía razón.

Mi relación con esta familia era mi condena, no importaba las veces que mi abuelo me dijera que me mantuviera alejada de alguna u otra forma terminaba rodeada de ellos. Ahora no solo casi toda la familia me observaba, algunos con lastima, otros con deleite y uno en particular parecía más afectado.

Sus ojos no se apartaban de mi, estaba inquieto y se notaba, sabía que no era su culpa pero no podía evitar sentir una ira en mi interior que me daba nauseas.

- Madre nos necesita - Dijo el pelinegro.

- Vete con tus hermanos - Le ordeno su padre pero él no quito su vista de mi. - No lo repetiré - Le aseguro el hombre interponiendose en su campo de visión y sacando su cuchillo.

- Vamonos - Le insistio su hermano casi arrastrándolo para que salieran de allí.

Al verlo desaparecer por donde antes su hermana se había ido me hizo sentir cierto vacío. Estaba comenzando a cansarme, mi herida se veía realmente mal y estaba segura que no me quedaba demasiado tiempo.

- Pudiste haberte evitado todo esto - Dijo en un tono tedioso.

No le respondí, ni siquiera lo miré, mi vista comenzó a nublarse y en algún punto termine quedando inconsciente.

Ojalá hubiera sabido que al involucrarme mi vida terminaría así, realmente tenía la esperanza de que ellos me ayudaran pero se que en el fondo el miedo por sus padres les ganaba.

》《

Desperté algo agitada, no solía tener recuerdos tan vividos, siempre eran más como un mal sueño lejano a mi.

Me levante de la cama y vi que ya era de día, luego de despertar normalmente no recordaba muy bien quiénes aparecían en mis sueños, era como si una parte de mi cerebro solo borrara sus rostros.

Luego de mudarme a Mystic Falls hace un año creí que ya había recuperado gran parte de mi memoria pero sentía que algo me faltaba. Baje a la cocina y me encontré con Elena, luego de todo el asunto con Katherine supongo que Stefan prefería mantenerla cerca.

A mis cortos diecinueve años había descubierto que era una bruja (o algo asi) pero no podia manejar bien mis poderes asi que Bonnie me ayudaba con eso. Tambien descubri que tenía dos hermanos, que ellos eran vampiros y que por alguna razón que aún no habíamos podido descifrar había permanecido en un sueño profundo por unos 137 años. Se que suena demasiado fantasioso pero por lo que hemos investigado estuve bajo alguna clase de hechizo que me lanzaron en 1864 cuando tenía tan solo once años, al despertar casi un ciclo y medio después no recordaba nada sobre mí, solo mi nombre pero no mi apellido y por alguna razón aun más extraña había permanecido con mi cuerpo de once años todo ese tiempo.

Unos campistas me hayaron en lo profundo del bosque a unos cuantos kilómetros de Mystic Falls y me llevaron ante las autoridades, pase por muchos hogares adoptivos hasta que finalmente a mis dieciocho años dejé de ser un problema para el estado y oficialmente era un adulto. En todos esos años lejos de casa soñé con un par de muchachos que con el tiempo comenze a recordar cada vez más, nunca entendí como terminé aquí fue como si solo supiera que tenia que venir a Mystic Falls.

El reencuentro con Damon y Stefan fue complicado, ellos no podían asimilar que su difunta hermana de once años de alguna forma hubiera estado viva todo este tiempo. Aunque al principio ninguno de los dos confiaba en mi el primero en ayudarme fue Stefan, supongo que en el fondo le di algo de lastima pero al final descubrimos que efectivamente era Charlotte Salvatore.

Luego de una larga pelea y gritos efusivos con Damon, él finalmente logró aceptar que en verdad era su hermana.

- ¿Charly? - Dijo Elena acercándose a mi.

- ¿Qué? - Pregunte algo distraida.

- Estaba hablándote, ¿no me oíste? - Dijo divertida.

- No, lo siento - Dijo sirviendome café. - ¿Qué fue lo que me dijiste? - Le pregunté sonriendo.

- Solo quería saber si estabas bien - Dijo con simplesa. - ¿Has podido hablar con Damon? - Me preguntó.

- No quiere hablar conmigo - Dije algo dolida. - Estoy algo cansada - Le dije dejando la taza de café sin siquiera haber bebido. - Creo que intentaré dormir un poco más - Le avise mientras salía de la cocina.

- Bien, descansa - Oí que decía a lo lejos.

》《

No pude dormir mucho más desde que hablé con Elena, cada vez que conseguía dormir soñaba con lo mismo, la ansiedad comenzaba a consumirme así que tome uno de mis cuadernos y dibuje todo lo que recordaba de mi sueño. Al ver mi dibujo me quedé algo pensativa, se trataba de una pluma de la cual se desprendían pájaros.

Era extraño pero me gustaba.

Al salir de mi habitación ya estaba anocheciendo, fui hasta el sofá y me tire en él.

- ¿Pasaste todo el día encerrada en tu habitación? - Preguntó con falsa curiosidad.

- No tenía nada mejor que hacer - Dije mientras lo veía servirse un trago.

- Podrías conseguir un trabajo - Dijo bebiendo del vaso.

Lo mire con los ojos entrecerrados.

- No eres la persona indicada para decir eso - Le dije mientras me levantaba del sofá.

- No puedes juzgarme, yo no elegí ser un atractivo vampiro que puede conseguir lo que desea chasqueando los dedos - Dijo haciendo la acción.

- Realmente eres demasiado narcisista - Le dije sirviendome de la botella.

- Ni lo pienses - Dijo tomándola.

- ¿Disculpa? - Dije indignada.

- Éstas disculpada, ahora largo, quiero estar solo con mis lamentos - Expreso empujandome con la cadera.

Solo voltie los ojos y me fui hacia la cocina en busca de algo para comer.

Llevaba un año viviendo aquí y realmente no los conocía por completo, aunque varios de los recuerdos de mi infancia habían regresado seguía siendo un rompecabezas incompleto.

Eterno Presagio - Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora