Capítulo 13

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Cuando la cena termino, limpie todo en silencio, una vez que el abuelo se fue a su habitación intente salir, sin hacer ningún ruido, por la ventana de mi cuarto.

Camine en la oscuridad del bosque con seguridad, había acordado en encontrarme con Beka afuera de su casa y un poco alejadas de la aldea. Vi a la distancia como las velas aún no habían sido apagadas en su hogar y eso me resultó extraño, me acerque con cautela a la vivienda de los Mikaelson y oí una discusión.

Su padre estaba insultando a Niklaus, en algún punto de la discusión Mikael lo golpeó tan fuerte que él termino en el suelo. Aparte la mirada por unos segundos, el ojiazul se levantó con intenciones de hablar con su padre pero este volvió a golpearlo y aún cuando Niklaus estaba en el suelo él le dio una fuerte patada que me hizo retroceder.

Luego de unos segundos escuché como la madre de los Mikaelson llamaba a su esposo y ambos salían de la habitación, el ojiazul tardo un poco en levantarse pero finalmente lo hizo y salió de allí con rapidez.

Lo vi irse a lo profundo del bosque y lo seguí, pero en algún punto al perderlo de vista me decidí por volver a casa.

- ¿Se te perdió algo? - Pregunto de repente.

Me voltie a verlo sorprendida, se veía realmente mal, supe que le saldría un ematoma debajo de su ojo izquierdo por lo inchado que estaba.

- Que callada estas, Lot - Dijo con un tono que no me gusto. - ¿Ya no es divertido espiar cuando te atrapan, eh? - Expreso acercándose a mi.

- No estaba espiando, se supone que me encontraría con Beka - Dije.

- Mentirosa - Dijo acercándose demasiado.

Di unos pasos hacia atrás pero él siguió avanzando.

- No miento, pregúntale a tu hermana si eres tan desconfiado - Dije comenzando a molestarme.

- No soy desconfiado - Dijo a la defensiva.

No le respondí, lo miré por unos segundos y mi enojo se suplanto por tristeza.

- Nik - Dije con la intención de tocar su rostro pero se aparto.

- He tenido castigos peores - Dijo con un tono burlesco pero sin una pisca de gracia.

- No lo sabía, yo... - Dije pero me interrumpió.

- No tendrías que saberlo, es un asunto familiar, no necesito que cualquiera esté hablando por ahí de cosas que no le conciernen - Dijo con fastidio.

Asentí mientras mis labios quedaban en una línea recta, sus ojos estaban cristalizados y por alguna razón hicieron que los míos también lo estén.

- Tienes razón - Dije y lo aparte para comenzar a caminar.

Luego de unos cuantos pasos la voz del ojiazul me detuvo.

- Lo siento, no debi... - Dijo pero se detuvo. - Por favor, no te vayas - Me pidió.

Me voltie a verlo asombrada por sus palabras, aún en silencio me acerque a él y tome su mano.

- Ven - Dije y comenze a caminar mientras él miraba nuestras manos.

Al llegar al lago hice que se sentara en una de las rocas y busque un par de cosas que necesitaba. Al tener todo listo me acerque al ojiazul, cuando quise darle la mezcla que había hecho para aliviar su dolor me miró con desconfianza.

- Hará que te duela menos - Le explique.

Miró el líquido con algo de curiosidad, lo olió y luego lo bebió.

- Es asqueroso - Dijo con una mueca.

- Lo se, pero te sentirás mejor - Dije sentándome a su lado.

Sonreí al ver como fruncia el ceño y él al notarlo lo frunció aún más.

Eterno Presagio - Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora