Capítulo 8

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Senti como Elle, mi doncella, ajustaba el vestido y eso hacia que el aire me faltara aún más. Me miré al espejo y sonreí ante mí reflejo, este vestido me quedaba realmente bien y supongo que la falta de oxígeno valía la pena.

- ¿Quiere que lo ajuste más, señorita? - Pregunto Elle acomodando la parte trasera del atuendo.

- No, así esta bien, te lo agradezco - Le dije sonriendole algo adolorida.

Hoy llegarían nuevos invitados al castillo y padre nos había ordenado a mis hermanos y a mi que estuviéramos presentables para dar una buena impresión. Él siempre nos recordaba que la familia de un duque tenía la obligación de reflejar la perfección y orden que su título implicaba, así que en cada evento público debiamos lucir lo más perfectos posibles.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.

- Adelante - Dije para ver como mi hermano entraba a la habitación.

- ¿Aún no estás lista? - Pregunto Sebastian.

- Solo debo arreglar mi cabello - Dije viendo lo despeinado que estaba.

- Debes apurarte, deben estar por... - Mi hermano no pudo terminar su oración ya que fue interrumpido.

- Ambos deben venir de inmediato, su carruaje está cruzando el puente, llegarán en cualquier momento - Dijo Darian, mi hermano mayor, mientras entraba a mi habitación.

- Pues bajen ustedes primero y yo los alcanzaré - Dije empujándolos fuera del cuarto.

- Debes apurarte, Lia - Dijo Darian imitando a padre.

- Ya váyanse - Dije cerrando la puerta.

- Déjeme ayudarla, señorita - Dijo Elle con ese tono amable que la caracterizaba.

Luego de terminar mi peinado me apure en bajar al gran salón, allí me esperaban mis hermanos junto con mi padre, este último se veía algo disgustado.

- Cordelia - Dijo con un tono serio. - Llegas tarde - Expreso algo molesto.

- Lo siento, padre - Dije algo seria.

Él estaba por decir algo más pero las puertas se fueron abiertas revelando tres siluetas.

Me puse junto a mis hermanos con rapidez, padre fue el primero en aproximarse a ellos, al parecer había conocido al mayor de los hermanos en uno de sus viajes hace unos años. Siempre decía que eran muy agradables y por lo que Sebastian me comentó padre les había ofrecido pasar el verano aquí a cambio de un favor que les debía.

- Duque Spinsters - Dijo un hombre pelinegro acercándose a mi padre ofreciendole un saludo. - Es un gusto volver a verlo, señor - Expreso con una pequeña sonrisa aunque su expresión era seria.

- Lord Mikaelson - Dijo mi padre estrechando su mano. - Es bueno verlo también - Le dijo mi padre sonriendo. - Ellos son mis hijos, Darian, Sebastian y Cordelia - Dijo presentándonos.

Note como los tres detuvieron su mirada en mi por unos segundos y luego el pelinegro habló.

- Les presento a mi hermano, Nicklaus - Dijo mirando a un joven rubio oscuro de ojos claros. - Y mi hermana menor Rebekah - Expreso mirando a una muchacha rubia.

- Es un placer conocerlo al fin, Duque Spinsters - Expreso Lord Nicklaus.

- Me alegra conocerlos a ambos - Dijo padre mirando a Rebekah. - Será un honor recibirlos aqui este verano - Expreso con falsa amabilidad.

Me puse algo seria, la verdad no me fascinaba la idea de tener que convivir con extraños pero si padre había accedido a esto debía respetar su decisión.

Eterno Presagio - Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora