Capitulo 3

698 69 4
                                    

Yeonjun

Volví a escapar como un cobarde, ni siquiera fui capaz de cumplir con su petición. Pero no puedo, he intentado controlarme; mas el marcarlo con mi aroma era lo único que impedía que me volviera completamente loco.

Apresuré mi paso hasta llegar a la casa principal; ignoré a los guardias y sirvientes, necesitaba estar solo, tener un tiempo para pensar en todo lo que estaba ocurriendo. Me encerré en mi oficina con una botella de whisky y mil pensamientos atormentándome. Todo por él, por un beta, por una mate que no supe valorar...

-Choi Beomgyu...

Mis recuerdos de él se remontaban a nuestra infancia; nos conocíamos desde siempre. Su padre era el beta del mío, por lo cual fueron muchas las reuniones que compartimos. Él no era mi amigo, pero tampoco éramos desconocidos. Teníamos una buena relación, agradable y cómoda. Siempre me sentí relajado a su lado y nunca dudé de que él sería un gran compañero. Me daba tranquilidad que nuestros destinos estuvieran unidos. Pero no pensé que sería como mates.

Al igual que nuestros padres, crecimos con la idea de que Beom sería mi beta, y estaba bien con ello. Lo planeamos por años; diecisiete para ser exactos. Cada momento, cada futura reunión. Se suponía que permanecería a mi lado y que juntos íbamos a continuar con el legado de Dalion. Perfectamente bien hasta ese día. Pero hubo un momento en que su aroma inundó mis fosas nasales, en el que mi lobo me gritó que lo reclamara. El instante donde todo se desmoronó. No podía hacerle eso a Yeji; no era justo para él, y tampoco lo era para Beom. Todo sucedió muy rápido: el rechazo, el dolor... Mi lobo no lo aguantaba; yo no podía soportarlo, pero tuve que ser fuerte por mi manada, por Yeji. Una sonrisa irónica se posó en mi rostro. Todo por un amorío; y aunque no puedo culparla, fue mi decisión.

-Búscalo, márcalo, pídele perdón y ámalo.

Max intentaba con todas sus fuerzas convencerme. Debí escucharlo. Pero ¿me culparían por mi decisión? La noticia de nuestra unión también me resultó shockeante. No porque ella me desagradara, sino porque yo estaba en pareja hace ya tres años. ¿Quién abandonaría por un desconocido a la persona que amó durante tanto tiempo? Aunque solo una semana después mi fortaleza flaqueó. Quería que todo el mundo supiera que él era mío y de nadie más. Día tras día mi atención se centraba en su ser. Beom dejó de ser mi posible beta; ahora la veía como algo más, como mi mate. Su fortaleza me tenía impresionado; ambos cortamos el vínculo, pero mientras que yo apenas si salía de mi hogar, él estaba ahí, cumpliendo con todas y cada una de sus responsabilidades. Siempre fue hermoso, dulce, valiente. Toda un guerrero. ¿Por qué no vi eso antes? ¿Por qué fui tan idiota? Tenía tan fija la idea de que sería mi beta, que nunca me había dado la oportunidad de verlo como mi mate.

Y como alfa, no fue fácil controlarme; sin contar que las cosas con Yeji iban en picada. En mi mente Max me decía a gritos que no era tarde, que él lo entendería, que podíamos arreglar las cosas. Tan solo disculparme, dejar a Yeji, esforzarme y comenzar de cero. No sería fácil, pero tampoco imposible, ¿verdad?

Y justo cuando me decidí fue que caí en el verdadero daño que causé. Beom vino pidiéndome que lo dejara en libertad, pero que no lo expulsara de la manada. Reafirmó su fortaleza, asustado y aterrado en sus ojos, y con un semblante firme en el exterior. ¿Qué podía hacer? No tenía derecho a impedírselo, ya no. Le autoricé el permiso, y él se marchó deseándome felicidad con Yeji sin saber que esa mera acción terminó de quebrarme.

Perdí el control por completo; mi lobo corrió por horas bajo la luz de la luna. Y juro que intenté no pensarlo; concentrarme en Beom, en nuestra relación. Pero lamentablemente en cuestión de meses terminamos. Admito que fue mi culpa; de manera inconsciente lxs comparaba día y noche saturando a la rubia que no merecía dicho trato y que optó por regresar a su manada. Sin ella me quedé solo, y dolió mucho.

Rechazo(Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora