Capítulo 11 parte 2

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Beomgyu

No quise alargar más el momento y fui directo a mi cama. La acción de Aron sin duda quedará presente en mi mente porque de forma honesta eligió ayudarme, pero realmente no sé qué pensar. Por un lado, me siento furioso conmigo mismo porque a pesar de la horrible situación no soy capaz de odiar a Yeonjun. Mi muñeca duele mucho, y no necesito prender la luz para imaginarme su actual estado que evidencia lo que mi mate hizo, e igual me niego a creer que mi Yeonjun, que el chico con el que crecí, es capaz de dañarme. O tal vez, el vínculo me obliga a dejarlo pasar.

-Sus ojos eran rojos.

¿Perdió el control? ¿Eso significaba que no era su culpa? ¿O lo estaba justificando?

-¿Fue mi culpa, entonces?

Yo sé lo posesivos y celosos que son los mates. Pero tampoco podía culparme. Tengo derecho a tener amistades, a juntarme con otras personas así como él, y de todas formas es su deber controlar a su lado salvaje. La verdad, ya no quería pensar en más nada. Por eso me dispuse a dormir y así escapar un rato de esta realidad.

Siento que cerré los ojos un instante y al otro la alarma me decía que tocaba volver a la rutina. Desganado, me levanté; me bañé y procuré arreglarme lo mejor posible, puesto que hoy toca entrenar de manera amistosa con los invitados. Por un lado, me salgo de la pesada armadura; y por otro, debo evitar que se me note el cansancio y la debilidad de mi cuerpo. Sobre todo mi brazo que sigue recuperándose del ataque de los Rogue y que ahora gracias a mi querido alfa tiene un aro morado rodeando la muñeca. Recurrí a unas muñequeras para disimular y una vez mentalmente preparado bajé las escaleras. De nuevo mamá preparó el desayuno con la diferencia de que mi rubio estaba a su lado vistiendo un delantal de girasoles.

-Creí que odiabas esas cosas.

Papá desde la mesa me agarró desprevenido haciendo mención de las telas, y es cierto que tiene un punto. A fin de cuentas, a éstas recién las saqué de un paquete cerrado que me regalaron mucho tiempo antes de dejar la manada.

-Supuse que serían útiles para el entrenamiento -Intenté desviar el tema, pero él siguió.

-¿Ayudarte? -rió- Toda la vida te negaste a usarlas porque según tú necesitabas fortalecer tus muñecas y "evitar que sean dependientes de un trapo" -sin darme cuenta tomó mi brazo y un quejido de dolor salió de mi boca. -¿Qué? -traté de retirar el brazo, pero él fue más rápido y, de una, descubrió la marca-¿Quién? -dijo con un tono que congeló todo el lugar- Beom, dime quién fue -sus ojos se estaban tornando rojos.

-Fue un accidente, ¡papá!

Pero ya era tarde: hecho una fiera, salió de la casa. Quise ir detrás suyo para detenerlo, pero mi madre me detuvo.

-Te lastimó.

Su voz fue suave y apagada; ella me dio un fuerte abrazo y mandó a Taehyun a buscar algunas cremas y vendas. Mi padre solía ser tranquilo; mi madre, agresiva. En este momento los roles se habían invertido y eso era lo que más me asustaba. Nunca vi a mi madre siendo tan cuidadosa, nunca la había visto con tanta ira y dolor al mismo tiempo. Ni siquiera cuando fui rechazado.

-Tenemos que detener a papá.

-Tu padre va a hacer lo que debimos haber hecho desde el primer día -ella terminó de vendarme-. Por ahora, tenemos un evento al que ir. Te prometo que nunca más dejaremos que algo así te pase, cachorro. Nunca debimos permitirlo en primer lugar.

 Nunca debimos permitirlo en primer lugar

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Rechazo(Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora