Capítulo 23

209 17 5
                                    

Beomgyu

Tras llegar a la salida me quedé un rato pensando en cómo podríamos alcanzar a los Oldiver y en lo estúpido que fui al no optar por ir hasta el estacionamiento y simplemente subirme a mi vehículo. Aunque viéndolo por otro lado, así nos ahorramos el seguir llamando la atención. Por descarte, transformarme es lo más natural; pero Aron no posee dicha capacidad. De forma que una loca idea se cruzó por mi mente, y ya a estas alturas no queda nada que perder.

Tori también descansó durante todo el
periodo que mantuve nuestra forma humana. Por lo tanto, se encuentra lista para asumir el mando. Se me ocurren solo dos opciones viables. La primera sería regresar a Aron a Dalion, pero teniendo en cuenta que Felix lo nombró mi nueva niñera no me conviene. No a menos que desee que el rubio me alcance y deje de lado las cosas que le pedí que cuidara (como mi padeciente mate y mis padres con los que no tuve tiempo de interactuar). Sumado a ello, el omega se muestra firme a continuar a mi lado. Esto me deja entre la espada y la pared con la otra alternativa que, por cierto, emociona a mi lobo.

Tuve que retroceder unos pasos, darle espacio a Tori para realizar el cambio y apenas lo hizo se acercó e inclinó ante el moreno que para sorpresa mía ni siquiera tuvimos que tardar en convencer para que subiera a nuestro lomo.

-Nuestro cachorro es listo y comprende la situación.

Ambos concordamos en que nos llenó de orgullo ver la iniciativa en el chico. A ver, que luego de todo lo que pasamos juntos el nerviosismo y timidez debía sí o sí disminuir. Es una cuestión de prioridades.

Él se acomodó con cuidado y su agarre en nuestro pelaje era sumamente delicado, como con miedo de causarnos alguna clase de dolor.

-Voy a correr con todas mis fuerzas, si no te sujetas te dejaré atrás.

Mi lobo fue directo con sus palabras, y juro que no son amenazas vacías las suyas y él lo sabe. Le dimos un instante para que termine de reclinarse encima nuestro, y cuando lo sentimos estable mi lobo se disparó como un rayo a toda velocidad. Por fin tiene la oportunidad de liberar todo su potencial sin ninguna limitación. La fuerza, resistencia y velocidad adquirida por el esfuerzo de toda una vida de entrenamiento se suma a las ventajas de nuestra casta, y como la cereza del pastel, ese conflicto interno entre aceptar o no nuestra naturaleza de luna ya no existe. Estamos en armonía con cada una de nuestras facetas y piensa explotarlas hasta el último aliento.

En sí el camino a recorrer no es complicado, se encuentra bastante despejado puesto que los licántropos la usamos constantemente, siendo más fácil entonces el correr sin preocuparnos por obstáculos innecesarios. Queda solo seguir el rastro que los Oldiver ni siquiera se tomaron el tiempo para ocultar. Desde las huellas frescas hasta el aroma, todo servido en bandeja de oro para que los alcancemos.

¿Elian lo dejó adrede? Apuesto mi vida a que esperaba esto. En caso contrario, un alfa jamás cometería un error tan básico y mucho menos el de una manada tan poderosa como lo es Oldiver. Supongo que es su forma de decir que sigo siendo bien recibido por su parte y que al igual que yo quiere remediar la situación. Eso me motiva a querer apresurar el ritmo, y de todas formas ya me hago a la idea de su paradero.

No importa que seamos más grandes y poderosos que los lobos comunes, seguimos sin ser invencibles. Correr por dos o tres horas seguidas es muy común, pero siempre con pequeñas pausas para recuperar el aliento e hidratarnos. Y en un mundo en el que los humanos predominan, tener alguna que otra cueva o guarida escondida no es suficiente. Tuvimos que relacionarnos con aquella raza por supervivencia, abriendo bares, hoteles, clubes y todo tipo de puntos clave manejados por lobos y que se distinguen por el aroma mientras se camuflan ante los ojos comunes.

Rechazo(Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora