Rechazo(Yeongyu)

Capítulo 10

Beomgyu

Luego de la charla con Felix me fui directo a casa, no hay mucho que contar al respecto.

Fue raro en cierto punto conversar con Taehyun; ya que por lo visto en el tiempo que me mantuve lejos él aprendió a cómo asimilar lo sucedido. Tuve que explicarle el tema de los mates en profundidad, y realmente sentí que todo se vendría abajo cuando supiera la verdad que comparto con Yeonjun; pero no fue así. Me consoló y dio su apoyo con una linda sonrisa, como si no fuera algo grave, así que nos acostamos para descansar. Y fue deprimente usar camas separadas, ya que el vínculo no iba a permitirme estar de esa forma con él. Intentar besarlo provocó una descarga de dolor que personalmente creo ser capaz de soportar si la recompensa es estar con mi persona amada, aunque no soy el único que sufriría. Cuando encuentras a tu mate, si tratas de tener cualquier tipo de acercamiento sexual o pasional con otra persona, el instinto te castiga. Tori no quiere hacerme daño, no puede evitarlo. Y Taehyun al entenderlo no se quejó por esta distancia; llegó hasta proponer dejar un metro entre nuestros cuerpos. Me parte el alma y la vez me conforta que mi pareja sea tan increíble y comprensiva.

De igual forma, si cometo una "traición" Yeonjun lo sabrá. Habernos rechazado evitó que esto ocurriera y solo durante sus épocas de celo fui capaz de sentirlo. Claro que sufrí, y entiendo que no me incumbe. En sí servía como un recordatorio de que hice lo correcto, y que mi lugar ya no era dentro de la manada. Porque siendo honesto, en los primeros meses me vi varias veces considerando regresar para luchar por mi mate.

-Taehyun es mi pilar ahora -pensé.

-Demasiado amable, algo no cuadra.

Las intenciones de mi loba con ese comentario no eran las de atacar a nuestro rubio, sino a la situación en sí.

-¿Ayer no estaba con Yeonjun cuando llegamos?

-No es tiempo para eso, Beom.

Oh, claro; cuando el sospechoso es nuestro mate, ya no le importa la respuesta de su propia duda...

-Qué conveniente, Tori...

Lo dejaré pasar porque es realmente importante centrarnos en el presente. No debo pensar en nada que no se trate de cumplir con nuestro deber y hacerle nombre al título que cargamos. Hoy por fin llegarían los representantes de todas las manadas (incluso algunos alfas decidieron venir en persona), por lo cual todo debe ser perfecto. Las calles estaban hermosamente decoradas, y en la entrada de la manada aguardábamos todos la llegada de nuestros invitados. En la primera fila estaba Yeonjun junto a sus padres, y Felix. Detrás de ellos mi familia, y los acompañantes del alfa Wigul porque nuestro lugar es siempre resguardando a nuestros líderes. Nos siguen los betas, los soldados omegas, y el resto del pueblo que conformaba una alegre multitud. Y a un lado, separado de todos ellos, los jóvenes aprendices que representan el futuro de la manada. Aron en la primera hilera mantenía una postura ejemplar que relajó para saludarme.

-Cómo odio la armadura.

-Aguanta solo un poco, cariño; te ves espléndida.

Mamá trató de subirme el ánimo en un caso perdido. Las armaduras nunca fueron de mi agrado, y al ser un beta las veo incluso más innecesarias. Es decir, soy el doble de resistente y fuerte que los omegas. Pero al ser una ocasión especial en la que hay que dejar una buena impresión, no tengo escapatoria. Incluso si ya no vivo aquí, nunca dejaré de lado mis raíces, mi familia. Estoy orgulloso de la manada en la que crecí y por ella usaría la maldita armadura las veces que sean necesarias. Al grado de que ni me molesté porque mi madre me levantó muy temprano para asegurarse de que luciera perfecto.

-Otras desventajas de estas cosas: son pesadas y llevan tiempo ponérselas.

En fin. Ya vestido y peinado, me ocupé de la labor más pesada: explicarle a Taehyun que por nada en el mundo tiene permitido salir de la casa o un lobo malo se lo comerá, literalmente.