Rechazo(Yeongyu)

Epílogo

Cualquier error me avisan hermosuras
.
.
.
.
.
.
Beomgyu

A pesar de que tengo una esperanza de vida de dos milenios, creo que empiezo a creer eso que dicen los humanos sobre el tiempo, que se pasa volando y sin notarlo. Quiero decir: siento que fue ayer cuando llegué de regreso a Dalion esperando presenciar una entonces estúpida coronación, deseando largarme lo más pronto posible; y en cambio aquí estoy, cinco años después, tras haber vivido una guerra, convertirme en luna y pasar por tantas otras descabelladas cosas que se necesitaron para que mi manada no volviera su antigua gloria, sino que mejorara.

Y con el asunto de la paz y la estabilidad resulta, por fin llegó el día que tantos esperaban. Ni siquiera logro procesar que el hermoso, poderoso y elegante hombre con un precioso traje ceremonial en el espejo soy yo mismo alistándome para dar el gran paso.

La tela azul característica de nuestro escudo cubre mi cuerpo de pies a cabeza incluyendo los brazos, y es complementado con un resistente peinado adornado con un broche plateado y otras joyas a juego. Apenas tengo veinticinco años, y ya pasé por tantas cosas con total de llegar a este punto que la emoción en mi interior quiere salir disparada por todos lados. No quiero moverme y a la vez estoy tan inquieto como la vez que papá me llevó a mi primera ceremonia de invitado.

-¡Ahora somos los protagonistas!

Tori aúlla de felicidad. Tanto o incluso más ansioso que yo. Y es que desde aquí se perciben todos los olores deliciosos saliendo de la cocina; y los pasos de todas las personas yendo de un lado al otro entre risas y festejos al son de la música. Cada uno de los habitantes de Dalion, y hasta personas allegadas de otras manadas, ansiamos que el reloj marque la maldita hora por la que tanto hemos trabajado sin descanso en pos de que hasta la más mínima flor luzca radiante en las decoraciones. Y gracias a la diosa que conté con Felix y su experiencia. Es que ni Yeonjun ni yo nos acostumbramos aún a tener que liderar con cada tipo de ceremonia existente. Estar a cargo no es trabajo fácil.

Nos pusimos la meta de siempre dar la mejor fiesta que pudiéramos ofrecer, y hasta el momento siempre dimos en el clavo. Salvo que hoy la cosa es personal, no una celebración por el inicio de la primavera o algún agradecimiento a la diosa Luna.

No, hoy todo cambia para Yeonjun y yo. Al punto de que tras informarles a mis padres, estos se sorprendieron y en seguida mamá se lanzó a abrazarnos. Papá al inicio opuso resistencia, es un hombre celoso que no dudó en tirar varias amenazas. Innecesarias cabe destacar, ya que con el carácter de su mujer pronto aceptó la realidad y ofreció su apoyo en todo lo posible.

-Y aquí estamos.

Sí, la verdad es que no soy fan de tener que estar solo aguardando a ser llamado. Entiendo el punto y que es primordial que delegue mis obligaciones y me centre en lucir impecable ante la vista de todos los invitados (sobre todo los chismosos). Entonces me dejé caer cuidadosamente en uno de los sillones, admirando por milésima vez el obsequio que entre sueños se me fue otorgado.

Fui específico con la estilista sobre que si bien quiero que el objeto se luzca, también espero poder sacarlo y colocarlo en su lugar sin problema. Supongo que ya es habitual para mí el toquetearlo en momentos de tensión o a la hora de pensar. Y justo ahora, mi vida entera parece reproducirse en mi cabeza cual película en cine.

-Tantos giros y vueltas por llegar a este punto, y ni hablar de todo que me depara el futuro...

A veces felices, a veces malos. Pero no me arrepiento de nada. Así como perdí, gané cosas que ni creía posibles. Por ejemplo, con Elian cumplimos nuestra promesa de convertirnos en hermanos jurados y hay una pequeña cicatriz que nunca se irá en mi mano que lo respalda. Con sangre y delante de miles unimos parte de nuestras vidas sin retorno. Ahora compartimos incluso un link propio, privado.