Peter suspiró impaciente y consultó su reloj de bolsillo. Llevaba más de media hora paseando con su tía abuela, lady Paddington, por el condenado parque, y la buena mujer no parecía cansarse. Tía Paddy, como la llamaba cariñosamente la familia, juntó las manos regordetas delante del pecho y examinó satisfecha a un grupo de jovencitas que paseaban juntas.—La señora Clark me ha dicho que Pablo está muy interesado en la hermosa señorita O'Meare, ¿lo sabías? Por desgracia, viene de una familia numerosa —añadió señalando con la cabeza a la dama en cuestión.
Peter no alcanzaba a imaginar qué podía tener que ver el tamaño de su familia.
—¿En serio? —observó con hastiada indiferencia—. Pensé que a Pablo le interesaba la señorita Delia Harris.
—¡Ah, tu hermano es de lo más testarudo! ¡Cambia de opinión en cada evento! —graznó—. También está la señorita Rocío Pritchit. Muy hermosa..., ésa es su madre —le susurró Paddy y enhebró su brazo, posesiva, en el de Peter—. Buenos días, lady Pritchit..., señorita Pritchit... —proclamó jovial mente .
Peter miró con disimulo a la dama, quien, en su afán de darles alcance, casi iba arrastrando a su sumisa hija.
—Lady Paddington, ¿cómo se encuentra? —preguntó ésta sin aliento, mirando a Peter con descaro.
Él inclinó la cabeza respetuosamente y observó que la simplona muchacha no dejaba de mirarse los pies mientras hacía una reverencia.
—Buenos días, excelencia. No sabía que estuviera en la ciudad —señaló lady Pritchit mientras se estiraba coqueta el historiado cuello de encaje.
—¿De veras? Entonces, ¿aún no se han publicado en The Times mis últimos movimientos? —preguntó él, algo sarcástico.
Los labios de lady Pritchit esbozaron una amplia sonrisa que terminó convirtiéndose en una risa similar a un relincho.
—¡Claro que no! ¿Se quedará entonces para la Temporada social? —inquirió con descaro.
—Aún no lo he decidido, lady Pritchit.
—Pero ¿asistirá al menos al baile de Harris? ¡Será el evento de la temporada! Mi Rocío acaba de presentarse en sociedad y espera ilusionada el acontecimiento —anunció con entusiasmo al tiempo que le propinaba a su hija un codazo nada sutil en las costillas. La señorita Pritchit hizo una mueca, pero no levantó la mirada.
—Su excelencia tiene muchos compromisos, lady Pritchit—respondió Paddy altivamente antes de que Peter pudiera abrir la boca—. No me cabe ninguna duda de que aún no ha decidido a cuál de ellos asistirá.
Lady Pritchit se quedó muda y boquiabierta. Se hizo un incómodo silencio hasta que fue consciente de que no tenía nada más que añadir.
—Bueno, quizá tengamos el placer de verlo en el baile de Harris, excelencia. Buenos días, lady Paddington. —Se despidió con una desganada reverencia y agarró por el brazo a su hija, que, sin dejar de examinarse la punta de las zapatillas, se retiró precipitadamente.
Tía Paddy resopló con desdén en cuanto madre e hija desaparecieron de su vista.
—¡Me cuesta creer el descaro de esta mujer! —rezongó indignada—. Por mucho que acabe de presentarse en sociedad, esa muchacha no vale nada. La señora Clark cree que lady Pritchit tiene algunos contactos lejanos, pero nada que le permita fijarse en algo más que un barón, ¡por todos los santos!
Peter tiró de su tía antes de que a ésta le diese una apoplejía y siguieron andando, mientras Paddy iba soltando una retahíla de fatuidades que Peter apenas oía, hasta que de pronto, señalando un landó negro, exclamó:
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Todo o nada
FanfictionAlgo inesperado tocó por la espalda Tengo todo, pero si te elijo me quedo con ¿nada?