Capitulo 28

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Pifiii. Piiii. Piiiii...
Denna alarga el brazo y para el despertador.
Violeta se mueve en la litera superior.

—No lo dirás en serio... —dice esta última con un hilo de voz.

—Quedamos en levantarnos para estudiar...

—Denna, nos hemos acostado a las seis de la mañana.

La rubia tiene tan pocas ganas de levantarse como ella.
Así que no es difícil convencerla.

—Vale, un rato más —claudica.

—Mmm...

Ambas se acurrucan en sus camas.
Y el «rato más» se convierte en casi tres horas más.
Al cabo, Violeta entra en la cocina y ve a Juanjo.

—Buenos días —saluda.

—Buenos días. Vaya voz tienes, reina —bromea él.

Violeta se pone un café con leche de soja.

—Mereció la pena —dice susurrando.

Anoche cantó y disfrutó como la que más.
Ambos salen al jardín y se unen a los demás, que ya desayunan al sol.

—Por favor, qué bien me lo pasé —comenta Lucas.

—Fue brutal —susurra la pelirroja.

Todos la miran. Está muy afónica.

—Te lo pasaste tan bien que te dejaste la voz por el camino —le dice Martin.

Ella da un sorbo a su café.

—Buena forma de definirlo —responde.

Todos se quedan unos minutos en silencio, disfrutando del sol que les da en el cuerpo.
Denna es la primera en levantarse.

—Voy a dejar la taza vacía dentro. ¿Saco los apuntes?

Lucas y Violeta se miran y ponen cara de circunstancias.

—Qué horror... —responde Álex.

Lucas niega con la cabeza.

—¿En qué momento se nos ocurrió que estudiar por las mañanas tras una noche de fiesta era buena idea?

Violeta se tapa la cara con las manos y mueve la cabeza hacia los lados.
Los cuatro afectados se miran unos a otros.

—Yo paso —afirma.

—¿Segura? —pregunta Álex.

—Sí. El primer examen es el martes 14. Así que cuando volvamos a Madrid tendré, como mínimo, una semana para encerrarme a estudiar y olvidarme de mi vida social.

Denna los mira en silencio.

—Pues yo también paso —asegura Lucas.

Álex lo piensa unos segundos.

—Y yo..., con una semana tengo más que suficiente —acaba diciendo.

Todos miran entonces a Denna.

—Conociéndote como te conozco, seguro que tú ya llevas al menos dos semanas estudiando —le dice Juanjo.

Y no le falta razón. Denna es de las que prefieren hacer las cosas con tiempo.

—Entonces, porque te tomes cuatro o cinco días de descanso no va a pasar nada —señala Álex con una sonrisa.

—Venga, valeeeeee —Denna se da por vencida—. Pero cuando volvamos a Madrid, no pienso veros hasta que terminemos los exámenes. Sois una mala influencia.

Todos ríen por su comentario.

—Entonces, hoy podríamos ir al campo —propone Lucas.

—Eso, no podemos irnos de aquí sin haber pisado el campo —añade Martin.

𝑇𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora