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El desayuno... de lo más incómodo, ninguno de los dos se dirigía la palabra, las miradas estaban fijas en sus platos.

Zoro estaba enojado, ya no sabía si con Luffy o con él mismo, todo le era confuso.

Luffy quería resolver las cosas, pero si le decía a Zoro alguna palabra incorrecta, esté terminaría más molesto de lo que ya estaba, en verdad se preguntaba cuando su feliz matrimonio comenzó a complicarse tanto.

En fin, mientras los dos pensaban en como reanudar su relación, la alarma en el reloj de Luffy sonó, indicando que debían partir rumbo a la empresa.

Zoro por qué no...— pero él ya no estaba, supuso que el peliverde ya estaría camino a la cochera, así que Luffy también se dirigió a su auto, viendo a Zoro listo en el asiento del copiloto.
"Tal vez necesite espacio"— quería arreglar las cosas, pero si Zoro no quería hablarle, respetaría su decisión y tendría paciencia para resolver esto.

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¡Buenos días Presidente, Vicepresidente!— saludó de manera alegre la secretaria cuando vio llegar a sus jefes. Esperaba la gran sonrisa de uno y la pequeña del otro, pero ésta mañana no las pudo apreciar, además, tampoco estaban tomados de las manos como regularmente lo hacían.

Buenos días— Respondieron ambos sin mucho animo, la chica supuso que seria alguna pelea de pareja, más no era algo en lo que ella debía meterse, así que no hizo comentarios al respecto.

Carrot, Nami vendrá en un rato más, cuando éste aquí hazla pasar por favor— indicó el pelinegro antes de reanudar su camino.

Por supuesto— afirmó la rubia observando a la pareja adentrarse en su gran oficina, la que ambos compartían.

Luffy, como de costumbre, tomó asiento en el sillón, quedando justo en medio del enorme escritorio, Zoro no se sentó, en cambio se quedó de pie a su lado, observándolo en silencio por algunos cortos minutos.

El peliverde llegaba a ser orgulloso en algunas ocasiones y Luffy también lo era, pero, en este caso se decidió por ser el primero en pronunciar palabra al sentirse observado.

No estoy molesto, ni nada por el estilo Zoro, pero de verdad tenemos que solucionar esto ya... no sé, tal vez podamos tomar terapia de pareja o buscar otra solución— Su tono era serio, con la vista en su manos, pensando en las palabras adecuadas para expresarse —Ya son varias semanas en las que esta ocurriendo lo mismo, te enojas de la nada, y cuando te pregunto que sucede, solo vuelves a enojarte más, quiero entenderte Amor, pero si no me dices que pasa, que es lo que sientes, no puedo hacerlo, no puedo ayudarte Zoro— para cuando por fin fijo su vista en el mayor, éste se encontraba llorando en silencio, mordiéndose el labio inferior para no soltar ningún sollozo.

Ante tal escena, inmediatamente Luffy se levantó y le abrazó con todas sus fuerzas, encargándose de liberar un poco de sus feromonas para tranquilizar a su omega —¡Zo lo siento! No debí decir eso, perdóname Amor— ¿Hace cuanto que no veía llorar a su esposo por tristeza?, odiaba verlo triste y derramando lágrimas de sus hermosos ojos. Se sentía mal por no medir sus palabras, había hecho llorar a la persona que más amaba en el mundo, necesitaba darse unos puñetazos más tarde.

N-no, tienes razón Lu, lo que dijiste es verdad— Detestaba mostrar sus emociones, más cuando eran de este tipo, pero era Luffy, el podía verlo sonreír a más no poder o verlo quebrarse como un cristal, él tenia permitido todo —P-pero te juro que no sé que pasa, en un momento me siento bien y cuando... cuando menos me doy cuenta, ya estoy gritándote de nuevo, soy yo el que lo siente, perdóname Lu— admitió sintiéndose aún peor al recordar esas discusiones que habían tenido por su culpa, discusiones sin sentido donde lastimaba a su esposo.

No te preocupes Zo, todo está bien Amor— le susurró suavemente, acariciándole la espalda, dándose cuenta como poco a poco el peliverde se calmaba —No pasa nada, ¿de acuerdo?— y con unos dulces besos consiguió que el mayor sonriera.

Ya estoy bien, gracias Amor— informó Zoro soltando un poco el cuerpo de Luffy del abrazo, utilizó una de sus manos para limpiarse los ojos y cualquier rastro de lágrimas.

Notando que Zoro ya se encontraba tranquilo, Luffy le dejó un beso más en su mejilla y frente, entonces tomo asiento una vez más, pero se quedo algo/muy sorprendido cuando el omega se sentó en sus piernas —Zoro?

¿Qué?— respondió de lo más normal, ignorando el hecho de que se encontraba ronroneando sobre su alfa.

No... no es nada shishishi río el azabache y continuó en su trabajo, luchando como podía por escribir en su computador, mientras Zoro trabajaba cómodamente en el propio, alternándose para susurrarle un 'Te amo', o deteniéndose unos segundos para besarlo en los labios y mejillas, haciéndole saber lo mucho que le quería...

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𝑀𝑖 𝐷𝑢𝑙𝑐𝑒 𝐸𝑠𝑝𝑜𝑠𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora