-Zoro- Ya con está eran cinco veces en que le llamaba, no sabía si el peliverde no escuchaba o simplemente le estaba ignorando.
No tuvo más remedio que ponerse al frente de él y cerrarle la laptop, ganándose una mirada llena de disgusto o quizá odio, pero en este instante soportaría cualquier reclamo con tal de sacar al peliverde del trabajo -Zoro ya es tarde, vayamos a comer- insistió nuevamente, pero el mayor ya tenía documentos en las manos, y se encontraba leyéndolos.
-Desayune demasiado, no tengo hambre- dijo por fin animándose a hablar, más su tono de voz no era el mejor.
-Zo, de verdad, deja esto un momento, el trabajo no se va a terminar- exclamó Luffy cansado, no sabía como convencer a su terco esposo -Tienes que comer por el bebé, anda, vamos-
Zoro lo sabía, si no accedía a lo que Luffy le decía, este no pararía de alegar hasta convencerlo, y de esa forma, ninguno de los dos podía avanzar en sus pendientes, por ello suspiró y habló poniendo una pequeña sonrisa en sus labios.
-Tú ganas Lu, pero no tengo ganas de salir, que tal si ordenamos algo de comida china, hay un restaurante cerca de aquí- el azabache sonrió al ver que su esposo estaba cooperando.
-Bien, yo mismo iré, quiero revisar el menú y pedir algo apropiado para Zoro- aclaró acercándose para dejar un beso en los labios del omega -Pero tu descansa mientras me esperas, no quiero que trabajes, nos tomaremos un tiempo, así que no toques nada relacionado a la empresa, ¿entendido?-
-Si Amor, ahora ve de una vez- y luego de otro beso, el pelinegro salió de la oficina.
Odiaba mentirle a Luffy, pero en serio que era necesario trabajar sin perder un solo segundo.
Desde la muerte de Big Mom, habían surgido varios conflictos entre sus hijos, los cuales no se ponían de acuerdo para elegir a un solo representante.
-No estaba...- pronunció con algo de nervios al verque las puertas frente a él se abrian, más al notar que no era Luffy quién ingresaba, reanudo su trabajo -¿Qué pasa?- preguntó sin mucho interés al ver como la pelirosa se acercaba y depositaba algo en su escritorio.
-Le traje un té de lavanda, supuse que ya era hora de cambiar el té de menta- comentó Reiju, observando como el peliverde tomaba la taza y sorbia el líquido, para darle un 'gracias' entre dientes -Debe ser agotador reunirse con todos los hijos de Big Mom...-
-No sé como el país le permitió adoptar tantos, el dinero quizás- añadió Zoro sin prestarle atención a la chica.
-Y ahora los hijos de sangre están armando tremenda guerra con ellos- más no volvió a recibir palabra alguna del omega, era obvio que no la quería ahí -Es increíble que ya hayan convencido a varios de ellos para dejar a Katakuri-san al mandó-
-Es lo que debió hacer esa vieja antes de morir, en vez de dejar desparramadas sus acciones entre quién sabe cuantas personas- exclamó dando un sorbo a la taza para dejarla vacía, y que Reiju pudiese tomarla y largarse de paso -Ahora Luffy y yo debemos lidiar con esos problemas-
-Solo recuerde no sobrepasarse, le puede hacer daño al bebé- fue lo último que dijo la omega para después retirarse...
[...]
-¿Qué pasa Luffy?- preguntó al ver como el azabache le miraba fijamente en el comedor, hacia un rato que habían llegado a casa y justo terminaban de cenar.
