—No se preocupe, me encargaré de todo...— afirmo Vergo mientras recibía los documentos. —Me contactaré con usted en cuanto su matrimonio quede absuelto—
—"¿Así de fácil... todo se termina?"— se preguntó el peliverde, sintiendo un vacío en su pecho. Su mirada se posó en los papeles, gracias a ellos, todos sus años junto a Luffy acabarían. El futuro, no habría ninguno con él...
—Me retiro, que tenga un buen día señor Roronoa— se despidió indiferente el abogado, mientras guardaba lo recibido en su portafolio y se preparaba para marcharse, tenía más clientes aparte de ese.
—"Mierda, no quiero pasar el resto de mi vida arrepintiéndome... si te estás equivocando, voy a aplastarte corazón..."—
—Espere— el pelinegro se detuvo en seco ante el llamado -Devuélvamelos- pronunció Zoro con el rostro serio, confundiendo a Vergo.
—¿Disculpe?—
—Dije que quiero esos papeles de vuelta—
El abogado, aún sin comprender los motivos del todo, le regreso al peliverde lo dicho.
—Quiero cancelar esto— avisó Zoro decidido, a la vez que delante del alfa, partía en dos aquellos papeles, para hacerlos trizas después —Envíeme sus honorarios por correo, le transferiré en seguida, muchas gracias por sus servicios.— dijo para finalizar y dejar con la palabra en la boca al hombre, quien no le quedo de otra más que retirarse sin saber que había pasado exactamente...
...
—Oh, así que decidiste creer en él antes de que yo llegará, pensé que no tenías corazón estúpido marimo— declaró Sanji en tono burlesco, con una sonrisa irónica.
—Cómo sea, estaba a punto de ir a verlo, hasta que apareciste— soltó Zoro con desdén, volteándole los ojos al rubio, se sentía un poco más calmado después de maldecir un buen rato, pero sabía que no estaría satisfecho hasta que esa mujer pisara la cárcel también.
—Por lo menos deberías darme un gracias, no tienes idea de lo que me espera en casa— murmuró con cierto toque de temor y nerviosismo al recordar a su esposa.
—Nami te matará, estoy seguro que ni siquiera le contaste lo que estabas haciendo— "Dios, quiero burlarme de él, pero a mí también me matará en cuanto me vea... esa maldita bruja..."—
—No quería preocupar a mi Nami-san, por eso no le dije nada—
—Sí si, sabes que, largo, yo tengo que salir— exclamó Zoro, revisando su celular, siendo tentado para marcar cierto número, pero era mejor aclarar todo en persona.
—Deberías ir primero a la estación de policía— sugirió Sanji.
—Supongo... después iré a casa— aceptó Zoro levantándose, siendo imitado por el contrario.
—Por cierto, ¿tu padre no ésta en casa? quiero saludarlo antes de irme— preguntó el Rubio, notando el silencio del lugar.
—No, mi prima se fracturó una pierna o algo así, él esta con ella—
—Demonios... no quiero hacerlo, pero tendré que llevarte— refunfuño Sanji con resignación.
—Oi yo no te estoy pidiendo nada ero-cook—
—¿Entonces te iras en taxi? si Nami-san se entera de que no te ayude, me matará después de haberme matado, además no lo hago por ti, lo hago por mi ahijado—