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Si papá, te lo digo todos los días, estoy comiendo y durmiendo bien— exclamó Zoro caminando junto a Perona.

¡Tío dile a tu hijo que deje de comerse todos mis postres!

¿Esa es Perona? me repites lo que

Dijo que te manda saludos— respondió el peliverde subiéndose al auto mientras le hacia muecas a la pelirosa para que se callara. Ella se cruzó de brazos y le susurro un 'idiota' pero Zoro no le prestó más atención y se concentro en lo que su padre le decía.

Ayer vino Ace, y más tarde Luffy, ellos quieren

Papá, evita mencionarlo, ya no quiero saber nada relacionado a él, te lo he dicho

Quiere verte y hablar contigo

Yo en su momento iré a verlo con los papeles del divorcio en mano, papeles que de hecho vengo de solicitar con un abogado

Hijo, no tomes decisiones apresuradas sin haber hablado con él antes

¿Tú también dudas de mi? ¿por que ciento que nadie me cree?

Bien, no diré nada más, Zoro sabes que tienes todo mi apoyo

Gracias, te llamo luego papá

Te quiero hijo, adiós

Finalizando la llamada, Zoro entregó aquel celular a la dueña.

¿De verdad era necesario vestirte así? resaltas más en mi opinión— señaló Perona refiriéndose a toda la ropa negra que portaba, sumándole un cubrebocas, lentes de sol y gorra.

No quiero exponerme dijo él retirándose aquellos accesorios.

Éstas loco, tanto tiempo encerrado te hizo daño, ¿tu de verdad crees que hay una red de informantes y que si uno te ve le dirá de tu ubicación a Luffy? ¿crees que están por toda la ciudad o que? y antes de que el omega pudiese decir una palabra, el auto estacionado a su lado, bajo sus vidrios y un flash salió de ahí.

Y allí esta tu respuesta la chica se quedo con la boca abierta, analizando lo que había sucedido en cuestión de segundos Llévame al supermercado

¿Q-qué? ¿Que harás ahí? creí que solo veníamos a este lugar

Bueno, Luffy ya debe saber en donde y con quien estoy, así que ya no tiene sentido todo esto exclamó soltando un largo suspiro, el pensar que tan pronto tendría que ver al alfa, le revolvía el estomago...

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Voy a hablar con Kumashi, te alcanzó en unos minutos, así que no compres más comida chatarra en mi ausencia, tenemos suficiente en casa— ordenó la chica en cuanto se estaciono.

No prometo nada— murmuró siendo escuchado por su amiga, ella toco la bocina en respuesta, haciendo fruncir el ceño al peliverde.

Con mayor razón compraría lo que se le antojara.

Al entrar al local noto que no había mucha gente, era bueno, odiaba hacer fila. Tomo una carrito y comenzó a llenarlo, estaba de arrimado en casa de Perona, ella se negó a cobrarle renta, pero tenia que reconocer que si se la pasaba comiendo su comida, así que por lo menos, hoy se encargaría de llenar hasta el tope la alacena.

Después de un rato de andar por aquí y por allá, por fin su carrito estaba lleno, pero al revisar, algo hacía falta, la ultima vez la pelirosa se quejó por que se comió todo su helado, así que no perdía nada por ir a ver si de casualidad se vendían ahí también los mismos de aquella marca.

𝑀𝑖 𝐷𝑢𝑙𝑐𝑒 𝐸𝑠𝑝𝑜𝑠𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora