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¡Namii!— Con emoción la pequeña rubia saltó sobre su amiga para abrazarle y darle un beso en la mejilla, percibiendo el rico aroma a mandarinas que ésta desprendía.

Hola Carrot, ¿cómo estás?— saludó con una sonrisa, ya estaba acostumbrada a lo cariñosa que llegaba a ser Carrot, así que simplemente sonrió ante el gesto.

Me encuentro bien, gracias— Nami, una buena amiga que había conocido gracias a su trabajo, no salían juntas muy seguido, pero cuando lo hacían se la pasaban de maravilla, ya sea saliendo de compras o paseando en el enorme huerto de mandarinas que poseía la pelinaranja —¿Qué tal les va a ustedes? 

Muy bien, mira— ya libre del abrazo de Carrot, Nami comenzó a buscar en su bolso, entregándole algo a la chica.

¡¡Woow!!— exclamó con emoción al ver un sobre en sus manos —¡¿Puedo ser una de tus damas de honor?!—

Ni siquiera lo dudes— afirmó viendo saltar de alegría a su amiga —Muy bien, aún tengo que invitar a ese par, le avisé a Luffy en la mañana, pero sabes si ya están ahí ¿Carrot?

Si, Luffy, digo, el presidente está dentro de su oficina junto a su esposo— a pesar de que ellos también eran sus amigos, sabia que debía dirigirse con respeto mientras estuviera trabajando, así se lo había sugerido su hermano mayor Pedro —Puedes pasar sin problemas Nami— indicó recordando la indicación de uno de sus jefes.

Gracias Carrot, nos vemos en unos minutos— Después de esta visita aún le faltaba ir con sus otros amigos y entregarles la invitación, así que no quería demorar demasiado, aparte de que sabía lo ocupados que llegaban a estar esos dos.

Cuando estuvo frente al lugar, dio unos leves toques en la puerta de madera y tras el 'pase' se adentró a la oficina, cada que iba de visita no dejaba de sorprenderse al ver el enorme espacio, siendo el muro de cristal lo que más le encantaba, pues al estar a una increíble altura, el paisaje de las calles, autos, personas y demás edificios, era sorprendente y hermoso, más esta vez, el paisaje no fue lo que la dejo impactada.

¿Interrumpo algo? — preguntó al suponer que había llegado en mal momento, después de todo, Zoro no era muy abierto a mostrar afecto frente a otros, y encontrarlo sentado sobre Luffy, era... raro —"Que lindos, desde la preparatoria que no los veo así de juntitos en público "— se dijo a si misma mientras los presentes dejaban un momento su trabajo y se concentraban en la recién llegada.

Para nada, toma asiento donde gustes— contestó Zoro sin mucho interés.

¡Holaaa Nami!— tan animado como siempre, saludó Luffy, ganándose una sonrisita de su amiga, a pesar de los años, sus amigos seguían igual en ciertas cosas.

Dejando un momento la inusual escena, se sentó frente a la pareja —Veo que están algo... ocupados, así que iré directo al grano— no quería quitarles mucho tiempo, así que de su bolso sacó una bonita tarjeta blanca y dorada para entregársela al peliverde —Es la invitación de mi boda, será el próximo mes y no pueden faltar

¿Quién es el novio?S & N, las iniciales que resaltaban en el sobre.

—Aparte de desorientado, ciego— murmuró Nami en un suspiro.

Shishishi no preguntes eso Zo, sabes que es Sanji— obviamente el peliverde tenía conocimiento de aquello, pero le divertía imaginar que el rubio no existía en sus vidas —Por cierto Nami, su restaurante va a preparar la comida y el pastel?— Preguntó inquieto, pues de eso dependía su presencia en dicho evento.

𝑀𝑖 𝐷𝑢𝑙𝑐𝑒 𝐸𝑠𝑝𝑜𝑠𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora