—¿Y? ¿y? ¡¡Por el amor de Dios!! ¡¡¿Qué demonios dice Zoro?!!— Medio laboratorio la veía como una loca, pero daba igual, no se volvería a topar con esa gente, así que seguiría gritando hasta que alguien la callase o incluso así, no le importaría.
—¡¡Es-espera ya casi lo abro bruja!!— Dos histéricos gritando en medio del pasillo, era algo muy normal para las personas que trabajan ahí.
—¡¡Pero date prisa que me estoy muriendo!!—
Ante tales gritos, los presentes se sintieron culpables por juzgarla, pensando en que la pobre chica quizá tenía una enfermedad muy grave.
Pero regresando con el peliverde, tanta presión le provocaba un temblor en las manos, no iba a mentir, estaba nervioso, muy nervioso, tal vez igual de nervioso como cuando intercambió los votos de matrimonio con Luffy.
—¡Mejor léelo tú!— tal vez estaba exagerando, pero juraría que todas las letras daban vueltas y se mezclaban con todos los renglones.
Nami no espero a que Zoro se lo repitiese otra vez, con prisa tomo aquel papel fuera de su sobre, en unos segundos más se enteraría si sería tía o no.
—Haber, veamos veamos...— se concentró para leer de pies a cabeza, no quería saltarse nada y cometer un error, leyó por completo, desde las letras chiquitas hasta los términos que no entendía, y cuando por fin estuvo segura de los resultados, miró con una enorme sonrisa a Zoro.
—Es oficial, ¡¡Estas esperando un bebé Zoro!!— anunció con una alegría desbordante, y se lanzó para abrazar a su amigo —¡¡Un bebé viene en camino!!— con esté, sería el tercer cachorro que nacería en el viejo grupo de amigos, eso contando las dos hijas de Ussop y Kaya.
—Hey... no estas feliz Zoro?— dejando un momento su emoción, noto lo rígido que se hallaba el omega, algo pálido y tenso —¿Te sientes mal?— preguntó preocupada, y empeoró más cuando el peliverde comenzó a derramar lágrimas.
Estaba por pedir ayuda, más cuando Zoro le devolvió el abrazo, descartó la idea.
—¡¡P-por supuesto que lo estoy!! ¡¡Voy atener un bebé de Luffy!!— exclamó eufórico, con una resplandeciente sonrisa y ojos cristalizados, acariciando su vientre, pues dentro de él, se hallaba algo muy preciado.
—¡Idiota me asustaste!— recriminó Nami, volviendo a abrazar a su amigo para felicitarle nuevamente.
—O-oi Nami, como crees que lo tome Luffy?— Zoro formuló la pregunta con algo de incertidumbre, el tener un hijo no estaba en los planes de ninguno, por su parte, la noticia le había hecho sumamente feliz, pero... que había de Luffy?
—Bueno, no lo sabrás hasta decírselo, pero tranquilo Zoro, Luffy te ama más que nada en este mundo, seguro explotará de emoción al enterarse—
—Tienes razón— Sabía que su amiga estaba en lo correcto, así que por ese lado ya estaba un poco más tranquilo.
—Y... ¿Cómo vas a decirselo?—
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Buena pregunta, tan buena que no dejaba de rondar en su cabeza, tal vez si se lo decía de forma directa sería lo mejor, pero vamos, era el primer embarazo de la pareja, tenía que ser algo especial, no podía llegar y decirle "Oi Luffy, en nueve meses vas a estar cambiando pañales", tenía que pensar en la manera más adecuada...
—Relájate Zoro, lo importante es que le des la noticia— dijo la chica mientras le daba palmaditas en el hombro.
—Gracias Nami— murmuró el mayor lo suficientemente alto como para que la pelinaranja le escuchase.
—¿Eh? ¿Por que me das las gracias Zoro?— preguntó algo confusa, pues si tuviera una moneda por las veces que el peliverde se mostraba agradecido, no le alcanzaría ni para un chicle.
—Ya sabes, por llegar y meter tus narices donde nadie te llama, aunque por el lado bueno, eso llega a solucionar mis problemas—
—¿Ah? No se si molestarme o sentirme halagada— pronunció con burla, más le daba igual, ella feliz por entrometerse, corrección, dar una pequeña ayudita a los demás.
—¿Nos vemos la próxima semana?— preguntó el peliverde ya bajando del coche
—Por supuesto, tienes que contarme todo acerca de la reacción de Luffy— Zoro solamente asintió antes de cerrar la puerta y despedirse con la mano, mientras el coche de Nami se alejaba.
—¡¡ZOROOOO!! ¡¡Te extrañe muchooo mi Amooorr!!— y ahí estaba su otro bebé, con una sonrisa más grande de lo habitual, el mayor se giró para atender el llamado, encontrando a un azabache que corría hacia él —¡Esa Nami te robo mucho rato de miii!— se quejó tomando la cintura de su esposo, para luego besarle con anhelo.
—Bueno, ya estoy en casa, y soy todo tuyo otra vez Lu— afirmó tomándolo de la corbata, obligándole a bajar un poco la cabeza y así poder besarle nuevamente, sintiendo como su batería interna, se llenaba al estar junto a su pareja —Espero que no hayas comido nada aún, o tendré que comerme todo esto solo— mencionó alzando las bolsas que sostenía en una de sus manos.
—No te preocupes Zo, tengo espacio para eso y más— avisó divertido, más su tono de voz cambio al pronunciar la siguiente oración —Además, después de la cena planeo comerme el postre, será nuestra reconciliación shishishi...—
El peliverde solo trago grueso al sentirse observado de pies a cabeza, si le decía a Luffy que podían hacerlo sin condón a partir de ahora, ¿sospecharía algo?
Pues tendría que arriesgarse y descubrirlo el mismo...
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