─Se fué Shinobu...─Dijo Muichiro para cargarme en modo bombero y tirarme en la cama.
─Jaja, Muichiro!, eres un travieso.─Dije algo sonrojada mientras lo veía cerrar la puerta y subirse a la cama, gateando hacia mi.
─Podemos continuar ahora que se fueron, amor.─Exclamó con una sonrisa coqueta.
─¿Y el desayuno?.─Pregunté.
─Es lo que te voy a dar, abre las piernas.─Me dijo, separándo su entrada favorita.
─MUICHIRO!?!, A-AMOR!, JUSTO AHORA?.─Me puso nerviosa.
─Grr, deja de gritar, ayer te corriste rápido y me dejaste con más ganas. Además, dijiste que hoy lo compensarías.
─Tienes razón. En ese caso...─Moví mi cuerpo al cajón a lado de la cama y saque algo. ─Ponte el condón.
─Nada de eso, no se siente igual.
─Pero... Oye...
Cuando menos me di cuenta, este hábil hombre ya me había quitado las bragas y el se había quitado la toalla, mostrándome su pene levantado con una fuerte erección.
─¿Tanto me deseas?.
─Demasiado.
─No seas sumiso conmigo, ese papel a tí no te queda.
─No estoy esperando a que me dejes entrar, me estoy posicionando para meterte lo de una.
─Qu-.
Como fué. Tomó mis caderas con fuerza y lo metió de una estocada, casi haya adentro, creando un fuerte grito de mi parte.
─¿Te dolió?. ─Preguntó con una cara burlona.
─S-sí, me dolió.─Dije con una pequeña lágrima en el ojo, pero era menos de dolor.
─¿Puedes comenzar a moverte? P-por favor...
─No mi amor, no antes de que yo.....
Se inclinó encima de mi, soltó mis caderas y me beso los labios.
Con las manos libres comenzo a quitarme la blusa, buscando mis pechos.
Al momento de.. Inclinarse y besarme... Lo metió más dentro de mi, lo que me provocó más dolor, pero aún así, me gusto.
Comencé a regresarle el beso cada vez más de manera apasionada, como lo hacía el conmigo...
Solo podía sentir sus manos... Buscando mis pechos de manera desesperada.
Yo ya no podía más, el tenía que moverse ahora.
Levante las piernas y lo aleje de mi, subiendo mis piernas en sus hombros, dándole chance a penetrarme de manera más violenta.
─De verdad te duele.
─Es muy ancho, solo... muévete... Te lo ruego.
─Lo que sea que necesites, amor.
No volvió a posicionar sus manos en mis caderas, sino que puso sus manos encima de mis pechos y comenzo a quitarme el sujetador. Una vez lo logró vio mis pezones ligeramente puntiagudos.
─No tenemos un bebé, y aunque lo tuviéramos. Esas hermosas tetas las reclame primero, son mías y no pienso compartirlas.─Comenzó a jugar con mis pezones.
─Mngh~.... También... Serán de nuestro... Futuro hijo... ─Baje las piernas de sus hombros.
─Por ahora los aprovecharé.─Comenzó a mover sus caderas, sacándolo sin sacarlo y metiendolo, penetrando fuertemente.
─Muichiro... Esto es muy sumiso de los parte pero.. Por favor... Bésame...─Susurré, comenzando a soltar jadeos y suspiros pesados.
─Ruegalo.─Ordenó.
