John Lennon's Girl. [✓]

０５. Manzanas

Arabella estaba en la estación de tren, eran las siete de la mañana y hacía un poco de frío. Su tío James estaba detrás de ella con una expresión sería.

—Arabella.

—¿Sí?—susurro sin mirarlo.

—No vuelvas a fumar.

—Tío James, yo jam..

—Yo no me trague el cuento de Paul. Se que fumaste.

El tren llego y Arabella sujeto con fuerza su maleta.

—Buen viaje.

Durante el trascurso Arabella se quedo dormida hasta llegar a Blackpool, donde bajo y no espero dos segundos para irse a casa ella sola.

✎ᝰ..

Su padre Arthur se cruzo de brazos mientras la miraba con seriedad.

—¿Como te atreves a venir sola?

—Tenía frío y ustedes no venían.

—Esa no es excusa para venir tu sola.

—Papá, ya no soy una niña.

Arabella se dio la vuelta y subió a su habitación dando un portazo.

Comenzó a desempacar y quitarse la ropa, quedando en ropa interior. Se miró en el espejo y sus ojos bajaron a sus pechos.

—A John no les gustan los pechos pequeños—susurro—. Sí fueran un poco más grandes.. quizás me mire.

La puerta se abrió y ella rápidamente se cubrió con las manos.

—!Mamá! Dios, toca antes de entrar.

Miriam dejo una taza con té y rió por la reacción de su hija, tomo la ropa tendida en el suelo y la doblo para llevarlo.

—Te compre algunos sostenes mientras no estabas, están en tu cajón—beso su frente y se fue.

Arabella suspiro y abrió sus cajones viendo un sostén de gatitos animados.

—Mierda.

Mientras tomaba su taza de té pensó en los momentos que paso con los Quarrymen, eran divertidos y talentosos. Como bailo con alguno de ellos y como probó tabaco.

Cuando llegó la noche la joven se desvelo haciendo su tarea pendiente, estaba harta. Pero mañana tenía un evento escolar, lo único bueno.
No haría más tarea.

✎ᝰ..

Arabella se puso perfume y se vistió para ir a la escuela, apago las luces de su habitación y salió para tomar su bicicleta.

Durante la tarde estuvo charlando con sus amigas de la escuela, ella no dudo en comenzar a hablar de los Quarrymen y de John.

—Dudo que ese tal John se fije en ti.

Arabella dejo el espejo que tenía en manos y la miro.

—¿Por qué lo dices?

—Bueno, es mayor que tú y no tienes senos—se burlo.

—Violeta cállate—la pelinegra empujó a su amiga—. No la hagas caso.

—No tengo senos grandes, pero soy atractiva.

—A los hombres les gustan los senos grandes.

—No todos buscan eso.

—Pero John sí.

Había llegado la tarde y mientras el curso se preparaba para su baile, la pelinegra llamada Rachel se acercó a Arabella.

—Tu primo vino y también vino John.

La rubia se sonrojo y antes de salir de acomodo la ropa, miró las manzanas que estaban enfrente de ella y las tomó.

—Ayúdame por favor—Rachel se acercó a ella y la ayudo a meterse esas manzanas en los senos—. ¿Se ven bien?

—Un poco, pero estarán bien—sonrió—. Ánimo, ve.

La rubia se acomodo una ves más el vestido y salió del salón donde estaban.
Cuando vio a Paul, este la abrazo y luego John la saludo guiñando el ojo.

—¿Que hacen aquí?

—Quise venir a visitarte, además es viernes.

—¿Tus padres me dejarían dormir en tu casa?—preguntó John tomando su caja de cigarrillo—. No conozco a nadie de Blackpool.

—Hablaré con ellos, no te preocupes—sonrió.

—Te veremos bailar y luego iremos por unas malteadas.

Paul y John se fueron.

Arabella sonrió y volvió al salón donde tuvo que apresurarse.

Durante la presentación del baile en pareja, John entre el público no sacaba su vista de Arabella y aquel pelinegro. Como el pasaba sus manos en su cintura y la hacía girar.

En un movimiento de giro la manzana que tenía Arabella en sus senos se cayó, trato de disimular y terminar el baile.

✎ᝰ..

Después de esa vergonzosa presentación, Paul, John y Arabella estaban por las frías calles de Blackpool. Yendo por malteadas, cuando entraron al local. Fue Paul el encargado de pedir las malteadas.

—Creo que esto te pertenece—dijo John sacando la manzana de su bolsillo.

Arabella lo miro y lo saco rápidamente.

—Sí querías impresionar a ese sujeto con el que bailaste, no debiste usar manzanas. Debiste usar calcetines.

—¿Ese sujeto? Para nada, es solo mi compañero.

—Como sea, estuviste increíble allí—le guiño el ojo—. Deberías ser mi bailarina privada.

Arabella no contesto y Paul dejó las malteadas enfrente de ellos.