37. Director de cine

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Desde el mediodía, Arabella había estado bajo el cuidado de los mejores estilistas de la ciudad. Su melena rubia, que enmarcaba su rostro como una cascada dorada, fue cuidadosamente peinada en suaves ondas, un estilo que evocaba el glamour de Hollywood, pero con el toque moderno que definía su era. El maquillaje, en tonos naturales, resaltaba sus ojos marrones y sus pómulos altos, mientras que un delicado tono rosa pintaba sus labios.

Después de horas dedicadas a su peinado y maquillaje, llegó el momento de escoger el vestido. En su habitación del Hotel Ritz, Arabella había preparado una selección de los diseños más exclusivos de la temporada. Tras probarse varios vestidos, finalmente se decidió por uno que tenia lentejuelas.

El vestido blanco y lentejuelas plateados, acompañado de un exagerado collar también de lentejuelas plateados.

El cabello tenía una especie de colmena, esto le causaba gracia. Pero estaba más que perfecta para esa noche.

Combino el vestido con un par de tacones planetados, y unos pendientes pequeños.

En cuando cayó la noche, Arabella bajo del ascensor al vestíbulo. Algunas miradas se posaron en ella y en su extravagante vestido, ¿a quien no le gusta la atención?

Vio un auto negro llegar y al bajar la ventanilla, Paul la saludó con la mano. Ella sonrió y Paul abrió la puerta para ella.

—Que bella te ves hoy.

—¿Enserió?

—No, pero ponte cómoda.

Arabella le dio un codazo y se acomodo a su lado, el chófer la saludó con el sombrero y empezó a conducir.

—¿Y los demás?

—Están en la fiesta, hay tantas cosas por hacer hoy.

—¿Como tirarse a una mujer estando en una relación? Dime, ¿que paso con Asher? Aparentemente se amaban.

Paul rodo los ojos.

—Voy a tirarte del auto si sigues así.

✎ᝰ..

En cuando los primos McCartney ingresaron al evento, las miradas se dirigieron a ellos. Más a Paul, obviamente. El era el beatle y Arabella solo una modelo.

Tras unas fotos de ambos decidieron irse por su lado, Paul se fue a hablar con algunas personas y Arabella se dirigió a la barra de bebidas.

Al llegar a la barra, pidió un cóctel clásico, un martini seco. Mientras esperaba su bebida, aprovechó para observar a su alrededor.

Algunos rostros familiares, otros desconocidos, pero todos con el aire de sofisticación que acompañaba a las élites de la época.

Varios hombres le lanzaban miradas discretas, cautivados por su presencia, y algunas mujeres la observaban con una mezcla de admiración y envidia.

Después de un rato, mientras Arabella disfrutaba de su martini y conversaba con algunos conocidos, notó que Paul se acercaba nuevamente hacia ella.

Esta vez, su primo tenía una sonrisa misteriosa en el rostro, la clase de sonrisa que siempre significaba que algo interesante estaba a punto de suceder.

—Ven, Arabella—le dijo, ofreciéndole el brazo—. Quiero presentarte a alguien.

Arabella aceptó el brazo de Paul y juntos caminaron hacia un grupo de personas en el otro extremo del salón.

John Lennon's Girl. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora