—Creo que el colegio ha mejorado mucho —le decía Marinette a sus padres —. Me siento más tranquila y menos sola que antes, eso me relaja y hace que ir a clases no se sienta como una pesadilla —explicó.
Tom y Sabine compartieron una mirada, escuchar a su hija hablar de ese modo los sorprendía mucho, no esperaban ese cambio tan radical en ella. Antes no quería ir a clases, incluso lloraba, suplicaba con tal de no ir, pero de un tiempo hasta ahora, se veía feliz, sonreía más y sus ojos no se veían tristes, ya no parecía esconder sus lágrimas.
—¿Te gusta mucho tu colegio? —le preguntó Tom.
—Es un lugar agradable, no tiene muchas salas interesantes abajo, pero de todas formas me gusta la cafetería y mi salón es bastante lindo —respondió la azabache —. No lo pasas mal.
—¿Y qué hay de tus compañeros, Tesoro? —preguntó Sabine. La azabache tenía una sonrisa en su rostro, porque tenía un presentimiento de madre, pensaba que su hija tenía amigos y quizás, le gustaba alguien.
—Digamos que en temas de relacionarme con los demás, aún me falta algo de práctica —respondió con sinceridad. Sus padres asintieron, después de haberse aislado durante un tiempo, era claro que convivir y relacionarse con los demás no sería una tarea sencilla —. Pero aunque suene sorprendente, tengo dos amigos, curiosamente ambos son primos. Uno de ellos se llama Adrien, es amable y algo tímido. Y también está Félix, él al principio es algo serio, pero es realmente alguien interesante, le gusta mucho leer, puede hablar de muchos temas distintos y miren... —Marinette sacó su libro, enseñándoselos a sus padres —, ahora podré leer Mujercitas por primera vez —una sonrisa se apoderó de sus labios. Ese era el fin del misterio, parecía ser que a la linda y tierna Marinette le gustaba Félix.
*
En la cena, Félix le estaba contando lo que sucedió a sus familiares, les contó que estuvo con Marinette y que le mostró la biblioteca.
—Debiste haber estado feliz, tú amas la biblioteca y todos los libros que tienen, aunque seguramente Marinette se aburrió un poco, no a todo el mundo le apasionan los libros como a ti, primo —le dijo Adrien.
—De hecho, le encantó la biblioteca, vimos distintos lugares y se emocionó con la sección de clásicos, incluso se llevó el libro Mujercitas.
—No pensé que a Marinette le gustaba leer, aunque... no la conozco tanto, creo que hace mucho no hablo con ella.
Amelie sonreía, todo eso era tan emocionante. Ella jamás pensó que viviría para ver a su hijo enamorado, su sonrisa de amor lo delataba, eso y el cariño tan grande con el que hablaba sobre Marinette, su hijo podía dar ternura.
—Sí, muy pocas personas hablan con ella, como sucede conmigo.
—Creo que por eso se llevan bien, ambos necesitaban a alguien con quien hablar —Félix solo fue capaz de asentir, porque eso era exactamente lo que sucedía: ellos hablaban porque tenían mucho que decir, pero nadie a quien contarle —. Aunque yo te he dicho que eres bienvenido a mi grupo de amigos cuando quieras, eres tú el que no se incluye.
—Sí, lo tomaré en cuenta —respondió por cortesía, de ese modo daba por terminada la conversación. Sinceramente a Félix no le agradaban los amigos de Adrien, a muchos de ellos los consideraba unos tontos.
*
La profesora había anunciado un trabajo en parejas. Marinette quería llorar, porque todos tenían su grupo de amigos y ella no, además, ella no era tan inteligente como Félix, seguramente estaría sola o la profesora tendría que asignarle un compañero y eso no siempre resultaba bien, muchas veces era algo muy incómodo.
Solo que no sabía lo equivocada que estaba, porque...
Una akumatización ocurrió y todos tuvieron que salir corriendo. Félix ayudó a Marinette, la cargó y la escondió en el salón de los casilleros.
*
Una vez que toda la akumatización terminó, Chat Noir suspiró cansado. Ladybug no dijo alguna de sus palabras de ánimo, porque notaba que no era un buen momento para ello.—¿No te parece extraño que repentinamente existan villanos en París? ¿Nunca te has preguntado cómo llegaron o de dónde salieron?
—No —admitió Ladybug —. Solo me concentré en la parte de mi nueva vida, jamás me pregunté por los villanos y sus poderes, es cierto, todo esto es un misterio...
—Y no tenemos respuestas...
—Pero al menos podemos investigar todo esto juntos, tranquilo, Chat Noir —eso desconcertó al felino, él en ningún momento pensó en esa posibilidad de investigar juntos, como un gran equipo —. Resolveremos el misterio y todo estará bien, es una promesa —Ladybug le regaló una sonrisa y por alguna razón que él no comprendió, su sonrisa logró tranquilizarlo.
*
Félix y Marinette se encontraron en el patio del colegio, ambos se preguntaron si estaban bien y rápidamente...
—¿Te gustaría trabajar conmigo en el trabajo grupal? —le preguntó.
—¿En serio? —preguntó sorprendida, no pudo esconder la sorpresa de todas sus facciones.
—Claro, no quiero que me pongan con otra persona y a ti te entiendo, creo que podríamos trabajar bien juntos.
—Seremos un gran equipo, Félix —respondió la azabache sonriendo.
Y por alguna razón, Félix sintió que ya había escuchado esas palabras y ese tono de voz, se sintió como una especie de deja vu y fue bastante raro. Algo estaba pasando. Pero decidió ignorarlo, por ahora. Lo importante era volver al salón, no había tiempo que perder.
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Otro día.
FanfictionSerie de relatos protagonizados por Félix, utilizando las palabras del calendario Marichat.