Veneno.

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—¿Estás bien?

Ya había pasado un rato y seguían en silencio. Félix había abrazado abrazado la azabache para intentar reconfortarla, ambos se mantuvieron de ese modo durante algunos minutos, pero la situación no parecía mejorar.

Marinette se separó. Ambos compartieron una mirada, los ojos de ambos estaban brillantes.

—Es la primera vez que un chico me declara sus sentimientos —admitió la azabache —. Yo jamás pensé que podría gustarle a alguien, sabes bien que soy diferente —tocó su muleta, era una de las principales diferencias entre ambos.

—Recuerda que con o sin muleta, sigues siendo la increíble persona que eres. Eres especial —Félix acercó su mano a ella para acariciar su brazo —. Todos somos diferentes, solo que algunos más que otros.

—Jamás pensé que le gustaría a alguien... —repitió —, siento que estoy en un sueño.

—¿Tú sueñas conmigo? —le preguntó. Ella se sonrojó mucho, no podía creer lo que había dicho. Félix sonrió —, Marinette, me gustas —repitió —. Jamás me cansaré de decírtelo, de verdad me gustas mucho.

—Félix...

—No te sientas obligada a darme una respuesta ahora mismo, Marinette. Solo quería que lo supieras, quería atreverme y con haberte dicho, ya me siento bastante bien —Félix sentía que se había quitado un gran peso de encima, se sentía bien. Aunque si debía ser sincero, se sentía ansioso por escuchar la respuesta de Marinette, pero no la forzaría.

—Es solo que tú sabes bien que yo nunca he tenido un novio, nunca he dado mi primer beso y cosas como... darle la mano a un chico son nuevas para mí.

—Podemos ir paso a paso, Marinette —de modo lento, Félix se sentó un poco más cerca de Marinette y unió sus manos, la mano de Marinette tenía algo de sudor, ella quería apartar su mano debido a ese vergonzoso detalle, pero Félix no lo permitió, acariciaba la suave mano de la azabache —. Es normal.

Marinette se sentía cómoda con Félix. Ella sabía que sentía algo por él, algo más fuerte que una simple amistad, pero había algo que le impedía admitir sus sentimientos.

Entonces, tomó aire, cerró los ojos y...

—Félix...

Justo cuando iba a hablar, un ruido ensordecedor interrumpió lo que diría. Se sintió un movimiento muy fuerte, algo parecido a un temblor y... el destino hizo de las suyas: cuando ambos se movieron, ellos estaban tan cerca el uno del otro, que sin querer... se besaron. Había sido el primer beso de ambos.

Marinette abrió mucho sus ojos, no esperaba eso. Pero Félix actuó más rápido, tomó a la azabache en brazos y la escondió en una tienda cercana, él cerró la puerta y se alejó.

—¡Ese fue un primer beso rápido!

Félix no tenía ganas de hablar con Plagg, por lo que sin responder absolutamente nada, se transformó y fue al lugar.

—Fuimos el primer beso de ambos... —susurró Maeinette mientras tocaba sus labios con un roce. Los labios de Félix eran suaves, sabían bien.

Esa batalla fue distinta, ninguno de los superhéroes estaba del todo concentrado. El akumatizado tenía poderes potentes, era capaz de envenenar y quería que todo París desapareciera, estaba furioso.

De todas formas, ganaron. Ambos se despidieron y volvieron al lugar, regresando a la normalidad.

Apenas se encontraron, sonrieron de modo tímido, aún algo incómodos por lo ocurrido.

—Ya es tarde, te acompañaré a casa.

Ambos fueron a la parada de autobús, esperaron y en cuanto llegó, subieron. Ninguno mencionó el beso ni la declaración, actuaban como si nada de eso hubiera sucedido.

Cuando llegaron, se detuvieron en el parque cercano y Félix le entregó sus regalos a Marinette. Él le colocó el collar, el cual se veía precioso en su cuello, resaltaba mucho.

—Esperaré por tu respuesta, Marinette —le recordó —. Puedes pensarlo bien, solo no dudes de mis sentimientos, porque no van a desaparecer.

*

En cuanto Félix llegó a su casa, le contó lo sucedido a su familia.

—Pero no somos novios, no aún.

Adrien y Amelie compartieron una mirada con una ceja alzada.

—Marinette es muy tímida y eso la hace ser miedosa, quiero que si sale conmigo, ella se sienta realmente lista, no que lo haga por obligación.

—¡Eres tan lindo, hijo mío! —Amelie lo abrazó con todas sus fuerzas, se sentía orgullosa del niño que estaba criando.

—Tierno, pero tonto.

*
Una vez dentro de su habitación, Félix hablaba del tema, estaba parloteando y el pobre Plagg lo escuchaba rogando que se callara de una vez por todas.

—Quise que supiera de mis sentimientos, mi lado irracional pensó que nos convertiríamos en novios hoy, pero mi lado racional sabía que esto podría pasar —mientras hablaba, jugaba con su Miraculous —. Supongo que el hecho de que sepa la verdad ya es algo grande...

En un momento, como si la magia hubiera acabado y la maldición hubiese terminado, el anillo salió volando de su dedo.

—Lo pude quitar —Plagg abrió su boca sorprendido, se supone que eso no debía suceder —. Tú me dijiste que eso podría suceder cuando yo logrará enamorar a Ladybug... pero... yo ni siquiera he coqueteado con ella y hoy me besé con Marinette. Eso quiere decir que...

Y de ese modo, Félix descubrió la verdad: Marinette es Ladybug.

—Ladybug siempre disfrutaba de todo, se emocionaba observando la ciudad y estando en la cima de la Torre Eiffel y cuando podía: corría o bailaba, pero siempre sonreía —ahora Félix estaba meditando sobre Ladybug —. Tanto veneno que le tire mentalmente, pensando que era ridícula y que no se concentraba, siendo que ella simplemente estaba disfrutando de la vida... cielos... fui un verdadero cretino con ella... —Félix suspiró.

Él no estaba enojado con Marinette, entendía que eso debía ser un secreto, porque también era su secreto. De hecho, se sentía culpable por sus pensamientos en su contra y por no haber pensado antes en esa posibilidad.

—Incluso tú me salvaste de la maldición, te debo tanto, Mari... —susurró.

《Si uno de ellos ya descubrió la identidad del otro, eso solo significa que el fin está cerca. ¿Qué planeas ahora, Maestro Fu...?》, se preguntaba Plagg.

—Cuando tenga una respuesta, le diré quien soy en verdad —decidió Félix.

Plagg se relajó un poco al escuchar eso, porque su portador seguiría siendo su portador. Plagg siempre pensó que Félix renunciaría al Miraculous apenas fuera capaz de quitarse el anillo, aparentemente se equivocó.

No quise que se hicieran novios enseguida, porque aún faltan algunas cosas por resolver y conocemos la personalidad de Marinette, aún le falta confiar en sí misma.

En fin, Félix ya sabe el secreto, jeje...

¡Pudo romper la maldición y ni siquiera pensó en quitarse el Miraculous! Ha madurado.

Otro día.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora