Félix se sentía como un tonto adolescente, pero siguió el consejo de su primo. Llamó a Marinette y le preguntó si lo acompañaba a ir de compras.
—¿Quieres comprar ropa? —preguntó ella.
—Sí, me gustaría ver algo nuevo —respondió —. Y sé que a ti te gusta mucho la moda, recuerdo cuando me lo contaste —Marinette sonrió, eso había sonado muy tierno, ¿qué es más lindo que un chico que recuerda lo que le cuentas?
—Sabes que me gusta mucho diseñar, sé bastante sobre moda —respondió la azabache —. ¿Qué te parece si vamos a uno de mis lugares favoritos? Quizás pueda ayudarte un poco.
—Claro, me encantaría conocer ese lugar —a Félix le encantaba cuando podía conocer más sobre Marinette, porque aunque ambos tenían conversaciones, él sentía que ella siempre tenía sorpresas consigo, esa era una de las cosas que más le gustaban de ella.
Entonces quedaron de acuerdo para juntarse en la parada de autobús.
—Le daré esto —Félix llevaba el collar que le compró aquel día, pensaba que ya era el momento adecuado para dárselo, hoy era el gran día, ya basta de posponer las cosas y decir "otro día".
—Tendré que ver demostraciones románticas, ¿qué hice yo para merecer esto? —se quejó Plagg.
—También preferiría que te quedaras, pero no todo puede ser perfecto —Plagg se enojó y le sacó la lengua. Esa reacción tan infantil hizo reír a Félix, en el fondo sentía que Plagg actuaba como un niño berrinchudo, por eso no le caía tan bien.
*
Cuando se reunieron en el lugar, se saludaron como de costumbre (con un beso en la mejilla) y esperaron conversando un rato.
—Hace tiempo que no venía a este lugar —dijo Marinette —. Ni a la parada de autobús ni al lugar que te mostraré, aunque, ¿por qué quieres cambiar tu estilo?
—No lo sé, solo quería buscar algo nuevo —no quería admitir que estaba siguiendo un plan de su primo y de su madre, ambos se emocionaban mucho y les entusiasmaba mucho la idea de que ellos sean pareja, estaban algo locos con ese tema —. Siento que puedo cambiar un poco.
—Si te soy sincera, me gusta tu estilo —eso sorprendió a Félix, sus mejillas se ruborizaron de inmediato —. Es un estilo algo vintage, creo que queda muy bien con tu personalidad, es ropa formal, elegante, tú eres así.
—Gracias.
Justo en ese momento, el autobús llegó. Félix ayudó a Marinette a subir, la azabache lo agradeció mucho porque en ocasiones le costaba mucho subir a los autobuses, sobre todo cuando salía sola, muchas veces las personas no se dan cuenta del esfuerzo que es para una persona distinta subir, porque pueden ser muy altos. Después de eso, ambos se sentaron.
—Hace tiempo que no voy, en ese lugar venden muchas telas y ropa también, te va a gustar. Aparte de eso, venden otras cosas, incluso helado.
—Creo que tendremos una tarde ocupada —respondió —. Me gusta la idea.
—A mí también —y ambos sonrieron.
*
En cuanto llegaron, Félix conoció otra faceta de Marinette: una Marinette emocionada y feliz por la vida. Marinette entraba a las tiendas y veía las telas, las tocaba y te contaba qué tipo de tela era y para qué servía. También hizo que Félix se probara ropa, incluso un gorro de color gris que le quedó muy bien, ella lo compró y se lo regaló, él le regaló uno de color rosado.
Vieron algunas poleras de colores sobrios, como le gustaban a Félix. Marinette compró telas y Félix compró una polera negra y una gris. Nada más.
—Creo que fue un día bastante productivo después de todo —Marinette sonreía, se sentía cansada, pero había sido una tarde única —. Me gustó mucho venir aquí, amo este lugar.
—Se nota, Marinette. Te vi muy feliz, te veías en tú mundo, se nota que esto es lo que te apasiona.
—Gracias —Marinette sonrió.
*
Ambos fueron por helado y se sentaron en una banca cercana, para conversar un poco más.
—Oh, en realidad, una vez le dijeron a mis padres que lo que tengo es operable, pero como es algo en todo el cuerpo, no tiene sentido operarme, porque es algo de por vida y serían diversas operaciones que en el fondo no servirían —explicó la azabache —. Siempre he sentido que operarme no tendría sentido, porque de todas formas mi musculatura siempre será distinta, solo es cosa de acostumbrarse a esto y ya, es una vida distinta, pero sigue siendo una vida al fin y al cabo.
—Es cierto, Marinette, sigues siendo una gran persona —Félix acarició la espalda de Marinette de modo suave, a Marinette le gustó eso, sonrió.
—Sí, siento que mi muleta forma parte de mi vida, me acostumbré a ser como soy —admitió Marinette —. Creo que así estoy bien, sigo siendo Marinette, soy fuerte, soy valiente, soy Marinette.
—Estás bien tal y como estás.
—Gracias —la azabache volvió a sonreír —. A mi padre le cuesta un poco aceptarlo, yo sé que él haría cualquier cosa con tal de que yo sea "normal", creo que le cuesta un poco aceptar esto...
—Es normal, mi madre también haría lo que sea con tal de que yo sea feliz, los padres siempre se preocupan por sus hijos o bueno, solo los buenos padres —Félix recordó un poco lo que había sucedido con Adrien, Gabriel no era un buen padre.
—Creo que cuando tu hijo es "diferente", tus padres te protegen un poco más —admitió la azabache —. Yo misma me considero una chica un tanto infantil y sé que eso es vergonzoso, pero no puedo evitar ser así...
—Para mí tú eres increíble tal y como eres Marinette, es por eso que me gustas —confesó. La azabache abrió su boca debido a la sorpresa, la mantuvo así, quedándose sin palabras —. Me gustas mucho, Marinette. Tú supiste como ganar mi corazón, si te soy sincero, creo que lo robaste. Eres tan inteligente, valiente, fuerte. Eres miedosa, pero es porque no ves el potencial que tienes. Eres bella por dentro y por fuera y también, eres muy especial. Amo como sales adelante a pesar de todo lo que pasas, porque no cualquiera seguiría luchando, pero tú sí, Marinette.
Ella comenzó a llorar. Félix suspiró y sonrió, había sido capaz de confesar sus sentimientos, Marinette por fin sabía de sus sentimientos y... lloraba.
Él acarició su espalda de arriba a abajo, le estaba recordando que seguía ahí. Un momento... ¿qué haces cuándo le confiesas tu amor a una chica y ella comienza a llorar? De repente se sintió algo inseguro, pero ya no había marcha atrás...
Una confesión, al fin. ¿Esperaban que eso sucediera? ¡Ya era hora! Jajajaja.
¡Ay! ¿Recuerdan que el jueves tenía dos pruebas? Bueno, las cancelaron por la lluvia, ahora son el lunes y dije: bueno, no hay nada pendiente, escribe un rato y tenía muchas ganas de actualizar este fanfic, jajaja, ¡espero lo disfruten! :D
ESTÁS LEYENDO
Otro día.
FanfictionSerie de relatos protagonizados por Félix, utilizando las palabras del calendario Marichat.