𝗗𝗘𝗞𝗨𝗧𝗢𝗗𝗢 || OneShot's/Drabbles

Mío

› AU sin quirks
› Vampire Shouto! Human Izuku!
› +18, fluff, humor
› Ooc

Izuku observó con las mejillas pintadas de carmín la espalda pálida del chico frente a él, viendo las gotas de agua resbalar por su piel y perderse una vez llegan al suelo.

En su mente solamente pueden reproducirse las imágenes de lo que había ocurrido anoche, una y otra vez. Como si no fuera suficiente con haber dejado que aquél vampiro de actitud pacífica bebiera un poco de su sangre. ¿Por qué lo permitió? Ni siquiera él puede responderlo. Solo sabe que, desde que lo vió por primera vez, a llamado su atención.

—Mhmm..

Sus ojos llegaron a parar a la cintura marcada y ancha del bicolor, en la cual se podían ver muy bien las marcas de sus propios dedos debido a lo que ocurrió anoche.

¿Se folló a un vampiro? Sí, lo hizo. Se cogió a un maldito vampiro siendo su primera vez teniendo intimidad.

Le entregó su virginidad a una criatura cuya existencia es un verdadero peligro. Genial.

«Debiste haberlo pensado dos veces antes de hacerlo, torpe» se regañó mentalmente, soltando un gemido resignado. Claro, no es su culpa. Si no de sus estúpidas hormonas que reaccionaron inmediatamente con solo un roce del trasero contrario y su pelvis.

Lo siguiente fue... demasiado indecente.

—Oh, Izuku. Estoy tan feliz —expresó el vampiro frente a él repentinamente, dejando de lado el jabón en sus manos para voltearse en su dirección.

Izuku sintió unos terribles nervios al sentir sus manos pasar por su propia cintura, observando desde su altura el rostro contrario que descansaba en su pecho.

Además de ser un poco —demasiado— directo y a veces desvergonzado, también es alguien que no tiene problemas con el contacto físico y eso lo demostró perfectamente en aquél momento, también en la noche anterior.

—Quisiera hacerte mío de nuevo —expresó con una sonrisa coqueta en los labios, hizo aquella mirada “inocente” mientras se mostraba cómodo en su lugar.

La cara de Izuku enrojeció al punto de  sentirla extremadamente caliente, podía jurar que estaba echando humo por las orejas ante la indecencia de aquél chico.

—Hmmm.. y-yo... tal vez después, tengo cosas que hacer y eso...

—Oh, claro. Recuerdo que tienes trabajo, y lo entiendo —musitó en respuesta, asintiendo en forma de que comprendía—. Lo que no entiendo es por qué después de lo que pasó anoche, estás tan tímido.

Aquél simple comentario hizo que se pusiera más nervioso de lo común, mientras el vampiro se dedicaba a reír al escucharlo murmurar incoherencias.