𝗠𝗬𝗦𝗧𝗘𝗥𝗬 𝗢𝗙 𝗟𝗢𝗩𝗘 ; rivers gg

38 - Nunca te dije, ¿verdad?

MYSTERY OF LOVE
CHAPTER 38

Como tal y lo habían planeado, habían tenido una noche de películas.

Vieron toda la saga de Crepúsculo toda la noche a petición de la castaña.

Podría ser que a Samantha no le interesaran tanto esas películas pero quien era ella para decirle que no a su enamorada.

Actualmente eran las once de la mañana y ambas se encontraban dormidas en la sala de la rubia, tapadas por unas cobijas y estando abrazadas.

Los rayos de sol cada vez se hacían más presentes en la habitación, y cada vez molestaban más a Rivera.

Su molestia seguía aumentando que no le quedo de otra más que despertarse, y al momento de querer estirarse un poco, Isabela se despertó.

—Buenos días Samy— Sonrió al abrir los ojos y ver a Samantha.

—Buenos días, bonita— Dejo un beso en su mejilla.

Isabela volvió a sonreír y se escondió en el cuello de la rubia.

Estaba realmente feliz de que habían vuelto a poder arreglar las cosas y poder volver a sentirse en casa.

Se quedaron unos momentos así y se pusieron a hablar de cosas del viaje, hasta que la rubia se quedo callada.

—¿Todo bien?— Preguntó Isabela.

—Tengo hueva de todo.

Laurent rió.

—Sam, siempre tienes hueva de todo. Y aparte, ¿hueva de que? Ni modo de que fueras a trabajar.

—Ey, déjame en paz, la hueva es parte de mí— Rieron. —No iré a trabajar pero si voy a entrenar, pendeja.

Se le borró la sonrisa a Isabela y la miró confundida.

—¿Entrenar para que cosa?

Samantha imitó la acción de la menor y ambas se quedaron viendo raro, hasta que a la rubia le cayó el veinte.

—Nunca te dije, ¿verdad?

—¿Decirme qué?

—Voy a pelear en la Velada.

Isabela se levantó de la posición en la que estaba y se sentó en el sillón, para luego mirar sorprendida a Samantha, abrir sus ojos como plato y tener su boca abierta por el asombro.

—¿Vas a hacer que?

—Agarrarme a putazos con una vieja en España.

La castaña no hizo más que sonreír y seguir sorprendida y emocionada por lo que le acababan de decir.

—No te pases de verga Samantha, ¡que chingón bonita!— La abrazó.

—Mhm, lo se lo se.

Laurent rió por la respuesta de su novia.

—¿Me quieres acompañar a entrenar hoy?— Preguntó Rivers con ilusión.

—No.

Samantha la miró triste.

—Es broma— La besó. —Claro que te acompaño.

La rubia sonrió y abrazó a Isabela.

—Nunca me cansaré de decir lo agradecida que estoy de que seas parte de mi vida, no tengo las palabras para explicar lo mucho que te quiero, Isa.

Esta última nombrada sonrió.

—Me encanta cuando sacas tu lado cursi— Rieron. —Digo lo mismo, Samy. Te quiero más de lo que te imaginas.