20. Comida

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"La amistad es delicada como un cristal, una vez rota se puede arreglar pero siempre habrá grietas."

-Waqar Ahmed


Apenas la primera luz del amanecer se filtra por las rendijas de la cortina, sé que ha sido una buena decisión quedarme despierto un poco más, solo para verla dormir

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Apenas la primera luz del amanecer se filtra por las rendijas de la cortina, sé que ha sido una buena decisión quedarme despierto un poco más, solo para verla dormir. Mi brazo izquierdo está completamente adormecido bajo el peso de su cabeza, entumecido, sintiendo el hormigueo que cualquier otra mañana me habría hecho cambiar de posición inmediatamente. Pero hoy no. Hoy la observo detenidamente, asombrado, desde su nariz pequeña a sus labios carnosos ligeramente entreabiertos. Su rostro refleja paz. Una paz que raramente se la ve durante el día, cuando sus mil demonios internos la hacen opacarse. Me quedo así, inmóvil, temeroso de que el más mínimo movimiento rompa su sueño que, por primera vez, parece tranquilo.

Arruga la nariz, moviéndose rápidamente y tapándose con la sábana lo suficiente para dejar solo sus ojos al descubierto, los cuales abre lentamente, encontrándose con mi mirada.

—Buenos días amor —susurro provocando una sonrisa de su parte y se acerca para dejar un beso en mi mejilla.

—Me encanta cuando sonríes. —Bosteza, incorporándose—. Y el hoyuelo tímido que asoma en tu mejilla cuando lo haces.

Suelto una ligera risa, revolviendo mi pelo.

—A mí me encantas entera. —Me muerdo el piercing del labio—. Tú completa, absolutamente todo lo que te conforma.

Me observa resplandeciente, subiéndose a orcajadas encima de mí y aproxima su rostro al mío.

—Bueno mi capitán —dice sobre mis labios—. ¿Qué me vas a preparar de desayuno?

Voy a besarla cuando el rugido de su estómago rompe el momento, por lo que paso mi dedo pulgar sobre sus labios.

—Podríamos hacer tortitas -sugiero—. Un poco de sirope, plátano y fresas.

Asiente sonriendo y se levanta rápidamente, poniéndose mis zapatillas de andar por casa y desapareciendo de la habitación.

Preparo las tortitas, haciéndola de vez en cuando cosquillas, lo que provoca que se ría de manera plena. Después de desayunar y de un polvo en la cocina me despido de Alys, quedando en ir a comer a su casa más tarde y deseándole suerte en su cita con la madre de Leia.

 Después de desayunar y de un polvo en la cocina me despido de Alys, quedando en ir a comer a su casa más tarde y deseándole suerte en su cita con la madre de Leia

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