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"Felix"

Ahora sentado en mi cama aún mantenía esa emoción de todo lo que había pasado en el día, tomé mi teléfono decidido a contarle a Hyun todo y me metí a su chat primero saludando

Hyun

- ¡Hola, Hyun! ¿Cómo estás?

Apagué la pantalla para esperar su respuesta, pero fue casi al instante cuando llegó el sonido de una notificación

- Hola, Lixxie. Estoy muy bien, ¿Y tú? ¿Qué tal tu día?

- Muy feliz, hoy pasaron
cosas increíbles, ¿Puedo contártelas?

- Claro, ¿Qué te parece que me lo cuentes en persona? Tengo ganas de verte y tengo tiempo

- Me encantaría

- Bien, paso por ti en una hora, alistate

Mi emoción era ahora más grande, le sonreía al celular ampliamente y mis mejillas de mantenían rojas. Me levanté de mi cama, dispuesto a arreglarme.

Me senté frente a mi espejo y saqué mis maquillajes que tenía guardados. Comencé a realizarme un maquillaje "sencillo", pero que me hiciera lucir bien. Con la base para mi piel cubrí cada una de mis odiosas pecas.

Ya estaba listo, pero aún faltaban 20 largos minutos, me sentía desesperado y ansioso, ya quería que llegara. Miraba mi reloj cada 5 segundos mientras estaba sentado en el sillón de la sala con mi pequeña mochila en mis manos. Ahora faltaban 10 minutos, solo 10... Maldita sea, ¿Por qué el tiempo pasaba tan lento?
Mientras maldecía al aire mi celular vibró y lo abrí con toda la rapidez posible. 

Hyun

- Ya estoy aquí, Lix

Sonreí y me levanté del sillón tomando mis llaves, salí corriendo de la casa y cerré la puerta. Vi el auto de Hyun estacionado al frente, me acerqué con algo de nervios y me detuve cuando estuve frente a la puerta de él asiento del copiloto. Hyun bajó de su auto y se acercó a mí con una sonrisa grande.

– Hola, lindo

Me abrazó y yo correspondí inmediatamente rodeando su cintura con mis brazos. Él era muy alto, y yo a su lado era muy pequeño. Dio unas cuantas caricias en mi cabeza y ambos nos miramos uno al otro.

– Vamos al parque, ¿Te parece?

Asentí observando como abría la puerta para dejarme pasar. Cuando ambos estábamos ya en el auto, él arrancó, me dejó poner música aunque el caminó fuera corto y no hablamos mucho durante este.

Bajamos del auto cuando ya habíamos llegado y él bajó su cobija, la misma que había utilizado en nuestro picnic de nuestra primera salida. Pusimos la cobija abajo de un árbol y puso un par de cojines.

– ¿Qué querías contar, Lixxie?

Me preguntó mientras se sentaba en la cobija y me hacia señas con su mano para sentarme a su lado.

– Mmm, algo que me dijo mi maestra de arte

Me acomodé a lado suyo y él hizo que me recostara en su pecho cómodamente, sonreí poniéndome un poco nervioso, pero acepté su acción y me acomodé totalmente. Pensé en como contarle lo que quería, pero al momento en el que sentí que empezó a acariciar mi cabello se me olvidó todo, una ola mayor de nervios recorrió mi cuerpo, y el sonrojo en mis mejillas se hizo presente.

El arte más bello, eres tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora