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"Han"

Felix se había ido junto a Hyunjin. Minho y yo nos quedamos viendo una película, la cual apagamos a la mitad ya que aburría demasiado. Al momento de apagar la televisión nos miramos sonriendo uno a otro, me acerqué a abrazarlo y me acomodé recargandome en su pecho. Él acariciaba mi cabello y yo sonreía al sentir su tacto relajante. Me gustaba pasar momentos lindos con mi novio, sentirlo cerca mío y sentirme como un niño consentido por su trato hacia mí, era algo increíble.
Levanté mi rostro para verlo a los ojos y le sonreí ampliamente cuando él me miró de vuelta.

Minho tomó mi mentón e iniciamos un beso lento y con cariño, aunque como era nuestra costumbre, este rápidamente se convirtió en uno con deseo.

Para sentirme más cómodo me subí en su regazo, rodeando su cuello con mis brazos y sintiendo como abrazaba mi cintura acercándome más a su cuerpo. El beso se volvía desesperado, al igual que nuestros cuerpos queriendo más del otro. Sin avisarme Minho se levantó del sillón, cargándome en sus brazos y aún besándome con la misma intensidad. Al entrar a nuestra habitación él me soltó dejándome caer a la cama y colocándose inmediatamente encima uniendo de nuevo nuestros labios en movimientos desesperados, mientras yo desabotonaba su camisa con lentitud.

Mis manos recorrían su torso ahora desnudo y las suyas mi cintura, la cual estaba de la misma forma. Ambos deseábamos tener el cuerpo del otro, algo que claramente sucedería, como si hace un rato no estuvieramos muriendo de vergüenza por lo mismo con Felix...

☆☆☆☆

"Felix"

La tarde había pasado, empezaba a oscurecerse y Hyunjin y yo seguíamos pasando un buen momento. El día era increíble, me sentía muy feliz estando juntos y ahora poder llamarlo novio, era como un sueño.

– ¿Quieres volver a casa, Lix?

– Supongo que ya es hora

Sonreímos y recogimos todas las cosas del suelo, le di la pintura que yo había hecho y él me dió la que él hizo.
Después ambos subimos a su auto y como era costumbre puse música desde su celular. El camino era tranquilo, no hablábamos mucho pero se sentía un ambiente lindo.

Al llegar a la casa me bajé y él se bajó conmigo, nos acercamos a la puerta para después ponernos de frente y sonreír.

– ¿Quieres pasar?

– Ah... no quiero molestarlos

– No molestas, de paso les podemos decir que estamos juntos

Logré que aceptara y abrí la puerta con mi llave, tomé su mano para poder entrar juntos y cerré la puerta detrás de nosotros. Nos adentramos a la sala y no vimos a los chicos, luego nos acercamos a mi habitación y...

– Ah... Minho

Me cubrí el rostro con vergüenza al escuchar el sonido proveniente de Han y de la habitación de a lado. Hyunjin me miró abriendo los ojos en grande pero luego empezó a soltar carcajadas.

– Malditos... que vergüenza, lo siento Hyun, creo que deberías irte

Él seguía riéndose, y al parecer los conejos no escuchaban gracias a lo que hacían. Los gemidos de aquel cuarto seguían sonando y volví a tomar la mano de Hyunjin para salir de ahí y llevarlo a la puerta rápidamente, ya ahí noté como no paraba de reírse mientras yo moría de vergüenza.

El arte más bello, eres tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora