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"Felix"

Ahí me quedé, destrozado, sin prendas cubriéndome, temblando de dolor y pánico, solo... se habían ido cuando terminaron conmigo, me dejaron con muchos sentimientos negativos. Sacando lágrimas de mis ojos imparablemente traté de levantarme, pero no podía, estaba débil, así que volví a sentarme en el suelo y mi llanto aumentó más y más. Mi corazón dolía, mi mente me destrozaba.

Felix, eres un estúpido por permitirlo

Pero cómo se suponía que debía detenerlos, no podía aunque quisiera, y ya ni siquiera lo intentaba. Como pude tomé cada una de las prendas y me las puse, cubriendo por fin mi cuerpo ahora lleno de marcas, marcas que jamas se irían, porque si no se quedaban en mi cuerpo, en mi mente si, para siempre.

Abracé mis piernas recargando mi cabeza en ellas, y cerré mis ojos con la esperanza de que eso me hiciera perderme un poco, salir de la realidad y sentirme yo de nuevo, pero no lo lograba, porque las imágenes de lo que me hicieron aparecían una y otra vez en mi cabeza... miré al cielo con mis ojos cristalinos y me concentré en las bonitas estrellas... eran hermosas, ¿Y si me convierto en una de ellas?¿Sería así de brillante?
Han ama las estrellas, si lo hago, ¿Me seguirá adorando como siempre?
Mi mejor amigo... Agradecía mucho su amistad, él era todo para mí.

Gracias Hannie, pero si me rindo, ¿Puedes perdonarme?

Sonreí un poco al ver la Luna, tan única como siempre, ella y yo nos parecíamos, dependíamos del brillo de alguien más para brillar nosotros, ese alguien de la luna era el sol y el mío era mi mejor amigo...

Así pasé toda la noche, mirando a mi alrededor, muriéndome de frío, analizando hasta la cosa más pequeña, totalmente perdido, no sentía nada ahora, no lloraba, no me sentía molesto, no sentía miedo, nada... tal vez era por el shock que todo lo sucedido me había causado, me bloquee de la nada, como si estuviera muerto en vida, ¿Eso era posible?

☆☆☆☆

"Hyunjin"

Era muy temprano en el día siguiente, aun estaba oscuro y me sentía muy preocupado, Felix aún no me respondía. Lo llamaba, mandaba más mensajes y no sabía nada de él. Estaba tan arrepentido de no insistir más en llevarlo, ¿Y si le había pasado algo? No me perdonaría si así fuera...

Pasaron más horas, y aún esperaba alguna señal del pecoso, ni siquiera me sentía concentrado mientras trataba de hacer una pintura nueva que debía entregar. Pintaba una línea y volteaba mi celular para ver si por fin respondía, así una y otra vez hasta cansarme y mejor dejar de lado los pinceles y colores. Me recosté en el sillón cerrando los ojos suavemente, aunque el sonido del timbre me hizo abrirlos de inmediato y al mismo tiempo ponerlos en blanco por interrumpir en mi "tranquilidad".

Caminé a la puerta como si los pies me pesaran demasiado y al abrir encontré a mi mejor amigo parado y viéndome ahora con confusión.

– ¿Todo bien?

Dijó pasando y yéndose a sentar al sillón como si de su casa se tratara, idiota de Changbin, siempre hacía lo mismo.

– Ni permiso pides

Sacaba comida de la bolsa que había traído y levantó los hombros mostrando que no le importaba mi queja en lo absoluto.

Solo rodee los ojos y después de cerrar la puerta de nuevo me fui a sentar en el espacio libre que estaba a su lado.

– Agradece que traje comida

Iba a seguir quejándome, pero mi estómago hambriento se sentía muy agradecido con ello, así que no dije más y asentí tomando una papa frita y llevándola a mi boca rápidamente.

El arte más bello, eres tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora