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"Hyunjin"

Felix aún se recargaba en mi pecho mientras yo acariciaba su cabeza con suavidad. Él después de unos minutos de estar de esa forma se sentó en su sitio y me observó con una sonrisa.

– Creo que debería irme, Hyun

– ¿Quieres que te lleve?

– No, ya es mucha molestia

Negué y le sonreí un poco. En su mirada y expresión note algo de tristeza, como si no quisiera irse.

– ¿Estás seguro de que quieres irte?

– Pues seguro seguro no, no quiero llegar a casa

– Quédate

– No Hyun, cómo crees

– Es en serio, quédate

Él me miró un poco más sonriente pero aún negaba moviendo su cabeza de un lado a otro y yo hacía lo contrario, asentía.

– Pero yo...

– Si piensas decir que es una molestia, mejor no hables, porque no es así

Asintió por fin aceptando y yo me levanté del sillón con una gran sonrisa en mi rostro. Tomé su mano para que me siguiera y lo llevé a la puerta de mi estudio.

– ¿Es tu cuarto?

– No

Abrí el lugar y entré con él, luego prendí la luz de este dejando ver todo mi desastre.

– Ignora que tengo un poco de desorden

Él no me respondió, solo miraba a su alrededor con sorpresa.

– Este es el estudio de Hwang Hyunjin, ¿Qué opinas?

Él se soltó de mí agarre para poder avanzar y ver todo lo que había, se asombraba por cada cosa que veía y sonreía ampliamente.

– Esto es... increíble

Se acercó a la pintura incompleta que estaba a un lado de la mesita y la observó detenidamente.

– Es una pintura que aún está en proceso

Me acerqué un poco para poder ver su sonrisa más de cerca, y al notar que veía el pequeño espacio en donde tenía las pinturas que había hecho de él me puse un poco nervioso.

– Wow, ¿todo esto es realmente sobre mí?

– Si

– ¿Acaso eres un acosador?

– No, soy un enamorado

Y fue en ese momento en el que hizo que nuestras miradas se encontrarán, me veía con duda y sorpresa, pero no decía nada, al menos no por un momento.

– Enamorado...

Dijó en un susurro poco audible, pero yo pude alcanzar a escucharlo, también soltó una pequeña risa y la sonrisa en su rostro se había agrandado e iluminado. Yo solo sonreí mientras veía como se volteaba a analizar cada una de las pinturas que tenían que ver con él.

– Yo también he hecho pinturas tuyas, aunque han sido más dibujos

– ¿De verdad?

El arte más bello, eres tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora