June;
Dos semanas habían pasado desde que Bob Amery, mi hermano, había desaparecido. Como dije, Ladpow era un pueblo no muy grande, así que todo el mundo se había unido a la causa y, todos los días, a las siete de la tarde, una hora después de la finalización del horario laboral, mucha gente se juntaba en la plaza del pueblo, frente al ayuntamiento, y salían a buscar a Bob por todos lados: bosque, lago, carreteras. Pero nada, todavía no había aparecido nada.
La policía, en cambio, trabajaba día y noche. El jefe, Yordan Petrova, personalmente venía a mi casa todos los días para hablar con mi madre o mi padre, e informarles de la búsqueda y como iban, supuestamente, progresando. También habían avisado a la policía de Montreal y las otras localidades que nos rodeaban, y la desaparición de Bobby estaba cubierta por todos lados: desde redes sociales hasta los noticieros y algunos periódicos.
Todos estábamos nerviosos y asustados. Ladpow era un pueblo pequeño dónde todos nos conocíamos, y, un día, de la nada, un niño de apenas 7 años había desaparecido de enfrente a las narices de todo el mundo. Y no teníamos nada. Era como si la tierra lo hubiera tragado. Como si se hubiera esfumado.
Mi mamá había hecho todo lo que estaba a su alcance para encontrar a Bobby, pero aunque intentamos mantener la esperanza, sabíamos que mientras más tiempo pasara, más difícil sería que apareciera. Por no mencionar que ya nadie esperaba que lo encontraran con vida, aunque no había una sola persona que lo dijera en voz alta, por obvias razones.
Pero recuerdo claramente cómo pasó todo la noche que el mundo entero comenzó a derrumbarse y a venirse encima de mí. Porque aquel fue, realmente, dónde esta historia comenzó. Estaba en la sala de mi casa, jugando con mis hermanos cuando alguien golpeó la puerta. Mis padres habían salido y nosotros habíamos quedado a cargo de nuestra abuela, que en ese momento estaba en el baño y me había dejado a mí a cargo en los diez minutos que no estaba. Aunque pareciera exagerado, era realmente increíble como mis padres y abuela se habían vuelto cuidadosos y obsesivos en términos de seguridad: no nos descuidaban ni por accidente. Hasta habían instalado cámaras en todos lados por si las dudas, y nunca nos dejaban solos por más de diez o quince minutos.
Chester, Tanner, Tyler y yo jugábamos a las cartas cuando me paré a atender, sin alejar la vista demasiado de mis hermanos. Suponiendo que era el oficial Petrova, que siempre venía a aquella hora, abrí.
No era Petrova, pero las dos personas frente a mí eran policías. Un hombre y una mujer.
—Buenas noches —saludé, indecisa.
—Buenas noches, señorita Amery. ¿Podemos pasar?
Insegura, me corrí de la puerta.
—¿Quién es, June? —preguntó Chester, desde el piso de la sala.
—La policía —dije, guiandolos a dónde estaban mis hermanos.
Los mismos se quedaron callados, contemplando a los dos oficiales parados en el living de mi casa.
—¿En qué podemos ayudarles? —pregunté, cuándo mis hermanos ya se habían parado del suelo y nos habíamos acomodado frente a ellos.
La mujer nos contempló por unos minutos, como sintiendo lástima por nosotros.
—Diles tú, Logan, yo no puedo.
El otro suspiró.
—Será mejor que se sienten, niños...
—¿Por qué? —preguntó Tanner.
—¿Ya encontraron a Bobby? ¿Está bien? —habló Tyler, con la esperanza inundando su voz.
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RAMÉ © [COMPLETA]
Mystery / Thriller¿Qué pasaría si, un día, te das cuenta de que hay un acosador siguiéndote? ¿Y que no sabes absolutamente nada de él? ¿Y qué pasaría si te das cuenta de que, pasando los hechos en blanco, tu vida se está yendo a la mierda? Bueno, eso es lo que pasa c...