RAMÉ © [COMPLETA]

capítulo veintiocho

June;

—¿Cómo que no puede arreglarse lo que ya está roto, Chester? —gritó Corbyn, haciendo fuerza para sacarse a Chester de encima.

—¡Precisamente eso! —gritó hermano cuándo Corbyn lo apartó de un empujón —¡¿Por qué?!

—¡Porque no tenía otra opción!

—¡Tienes otras opciones! ¡Tienes muchísimas opciones! ¡Mira lo que hiciste!

—¡¿Lo que yo hice?! ¡Tú me atacaste!

—¡Sabes que no me refiero a esto! ¡Yo sé bien lo que escuché! —gritó Chester, enojado —¿Tenías que hacer esto?

Corbyn no contestó, simplemente se quedó mirando a mi hermano, contemplándolo.

—No tienes idea...

—¡Te odio, Harris! —Chester hizo un ademán de volver a lanzarse sobre Corbyn, por lo que Tanner corrió y lo tomó de los hombros —¡Suéltame, tú no sabes nada!

—¡Tanner no tiene la culpa de lo que está pasando! —gritó Corbyn.

—¡No, tú la tienes, maldito hijo de puta!

—¡Chester! —grité.

Jamás lo había escuchado hablar así.

—¡Cállate, June! ¡No tienes idea de lo que está pasando! —Chester intentaba desesperado zafarse de los brazos de Tanner, que estaba decidido a no soltarlo.

—¡No le hables así! —saltó Corbyn, enfadado —¡No le digas que se calle!

—¡¿Ahora vas a defenderla?! —Tyler bajó rápidamente las escaleras de la entrada —¡¿En serio?! ¡¿Cómo te atreves, Harris?!

—¡Mira lo que hiciste, Harris! —repitió Chester —¡Mira lo que hiciste!

—Podemos arreglarlo —arremetió Corbyn —. Tiene solución.

—¡No tiene solución! ¡Nos traicionaste! ¡La traicionaste a ella!

—¡No lo entienden! ¡No los traicioné!

—¿Piensas que con eso estaremos bien? —exclamó Tyler —¿Por qué habríamos de creerte una palabra?

—¡Porque no me están dejando decirles la verdad!

—¡Con lo que escuché me alcanza!

—¿Alguien puede decirme de qué diablos están hablando? —pregunté, molesta —¿Qué está pasando aquí?

Nadie habló durante unos segundos, en los que Chester miraba a Corbyn con los ojos centelleantes de enojo. Tyler se habría cruzado de brazos y fulminaba a Corbyn con la mirada, pero él solo mantenía la cabeza gacha.

—Adelante —insistió Chester —, dile.

Corbyn negó.

—Si no lo haces tú, lo haremos nosotros —afirmó Tyler.

Corbyn abrió la boca, pero luego la cerró.

—¡Habla, maldito traidor! —volvió a gritar Chester.

—¿Pueden dejar de pelear y decirme qué diablos está pasando?

—Corbyn sabe quién es el acosador —espetó Tyler, ya que nadie se disponía a decir nada —. Lo sabe, porque él también es parte de esto.

Me quedé helada unos segundos, analizando lo que mi hermano acababa de decir.

Miré a Corbyn, esperando a que lo negara, pero su silencio fue suficiente.