capítulo veintinueve

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June; 


—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Chester, mirándome serio.

Habíamos entrado adentro, porque afuera nos estábamos muriendo de frío, y Tanner y Tyler habían visto el video. Ahora todos estábamos sentados alrededor de la mesa del comedor, y ya sabíamos que Bobby estaba vivo, pero era otra la cuestión: dependía de mí si salía o no con vida esta noche.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunté, mirando a mi hermano —¿Qué voy a hacer? —corregí —Quieren que vaya yo, ustedes se quedan aquí.

—¡No! —gritaron Corbyn y Chester al mismo tiempo, parándose de la mesa.

—Ellos me quieren a mí —remarqué —. A mí.

—¡Te acompañé durante todo este tiempo! —contraatacó Corbyn, ofendido —¡No puedes dejarme afuera justo ahora!

—¿Ahora está de nuestro lado? —Tyler frunció el ceño.

—¡Nunca estuve del lado contrario! —gritó Corbyn, frustrado —¡Siempre estuve con June! Traté de decirles, pero ninguno de ustedes dos quiso escucharme.

—¡No creo en una sola palabra de lo que dices! —exclamó Chester.

—¡Si peleamos, van a aniquilar a June como si fuera una mosca! —gritó Tanner, entrometiéndose —¡Hay que buscar formas de ayudarla, desde dónde podemos!

—De todas formas, ¿cómo sabemos que ese video es real? —preguntó Tyler —Podría ser una trampa, Bobby podría no estar vivo.

—¿Pero y si sí está vivo? —remarqué —¿Y si está bien, y está con ellos, asustado, solo?

—No puedes estar segura de eso.

—Como sea, no puedo dejarlo ahí.

—¡Sacaron su cuerpo del agua! ¡Hubo un funeral, por el amor de Dios!

Me quedé callada.

—¿Recuerdas lo que nos dijo mi mamá cuándo nos contó lo que pasó con Elizabeth? —pregunté de repente, mirando a Corbyn.

—¿A qué te refieres, específicamente?

—Dijo que ella sentía que Bobby seguía vivo, y dijo algo así como que la intuición paterna va más allá que cualquier cosa.

Corbyn asintió.

—Si mi mamá lo presiente, es por algo. Y jamás perdería la oportunidad, si supiera que Bobby está allá afuera. Y esta noche voy a...

—¿Voy? —Corbyn y Chester volvieron a hablar al mismo tiempo.

—¡No vas a ir sola!

—¡De ningún modo irás sola allí!

—¡Vamos contigo!

—¡Voy a preparar la camioneta!

—¡Voy a buscar las mochilas!

—¡Sí! Y tenemos que...

—¡Basta! —grité, y los dos se callaron al instante. Me paré de la mesa y suspiré cansada, bajo la mirada atenta de mis hermanos —Me voy a pensar.

—Pero June...

—Tenemos que...

—No puedes...

—Deberíamos...

—Basta —volví a decir, y los cuatro se callaron —. Me voy a pensar, denme una hora. Necesito... —volví a suspirar —Analizar muchas cosas.

RAMÉ © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora