capítulo veintidós

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Omnisciente;


El suelo del cementerio era lo único que los ojos de June Amery tenían a la vista. Sus converse blancas pisaban el pasto medio marchito del camino, mientras, frente a ella, cuatro personas cargaban el ataúd con el cuerpo sin vida de su mejor amiga, Payton Eason, fallecida hace tan solo tres días.

Su hermano, Chester Amery, tomaba su mano delicadamente, mientras ella sentía que se había quedado sin lágrimas para derramar. La última noche no había dormido casi nada, pero ¿quién podía culparla? Payton era su hermana, y ahora estaba muerta.

La madre de la jovencita, Amelia Eason, se había enterado en plena junta de trabajo que su hija había fallecido por un colapso cerebral. Su secretaria suspendió cualquier evento que tuviera esa semana y buscó, casi al instante, dos boletos de avión que irían desde la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, a la ciudad de Montreal, en Canadá.

La horrible muerte de Payton se había dado en un hospital, tras ser internada inconsciente. Pero, la verdad, era que su pulso ya estaba débil desde la escena en la escuela.

Los padres de los gemelos Jack y Jennifer Hughes habían llamado desesperados a su abogado, pero este les dijo que, lo más probable, era que Jack fuera enviado por la orden de un juez a una correccional para menores y que, luego de cumplir los 18 años en marzo de 2019, fuera transferido a una cárcel judicial con una condena de 15 años sin posibilidad de libertad condicional.

¿Causa? Asesinato en primer grado.

El asesinato en primer grado normalmente se define como un homicidio con las agravantes de ser deliberado, premeditado e intencional. Jack Hughes, cegado por la furia machista de haber sido golpeado y humillado por una mujer, ahorcó a su compañera Payton Eason, y ahora debía pagar las consecuencias por ello.

Naturalmente, todo el mundo lo sabía. La noticia se había vuelto nacional, y todos tenían los ojos puestos en Ladpow. Uno espera inconscientemente que cosas así pasen en países como Estados Unidos, no en países amantes de la paz como Canadá. Y si, rara vez pasa una situación así tan difícil de tratar, se espera que sea en una ciudad gigante, como Toronto, Vancouver o Montreal, no en un pueblo tan chico como Ladpow.

Pero la verdadera pregunta que June se hacía era: ¿Cómo había sabido Jack que ella, June Amery, la pobre jovencita que había perdido a su hermano ese verano, era acosada y perseguida por un psicópata como para divulgar el rumor?

La respuesta es fácil: porque el psicópata se lo había hecho saber.

Se trataba del mismo psicópata que, en ese momento, se encontraba camuflado entre los cuerpos jóvenes y tristes que acompañaban el cadáver de Payton a su tumba, a unos metros de June y su familia.

—Me parece que te pasaste un poco... —habló su amigo y compañero incondicional.

—No... con todo lo que planeo hacer, esto es será un piquete de mosquito.

—¿Los vas a separar?

—No, no soy tan cruel. June tienen que rescatar al menos una cosa de toda esta situación, ¿cierto?

—Me parece que la muerte de Payton era innecesaria...

—No. Todas las muertes son necesarias. Le enseñan a June que siempre la vida puede doler un poco más.

—Pero... ¿no te da pena? Es decir, primero Bobby, luego Payton, ¿quién sigue?

—Aún no lo sé... estoy analizando la muerte de quién puede doler más...

RAMÉ © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora