capítulo dieciocho

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June; 


Estaba parada frente a mi casillero, pero ni siquiera lo había abierto. Mi mente estaba en todo lo que había pasado estos últimos días: Petko, que ahora estaba muerto, la información que nos había dado, luego Corbyn, que me había dicho que no quería casarse con nadie que no fuera yo y, finalmente, mi hermano y su tumba profanada.

¿Quién podía tener la mente tan perversa para robar el cadáver de una criatura? Y, aparte, ¿para qué?

Naturalmente, el rumor ya se había esparcido por todos lados.

¿Cómo no iban a hablar de las actualizaciones sobre el caso más extraño que había pasado en Ladpow en los últimos años?

Más extraño para ellos.

Para mí, lo de Elizabeth era prueba de una completa crueldad y frialdad humana. Lo que le habían hecho a Elizabeth era simplemente imposible de creer.

Pero para quienes no sabían de eso, que era básicamente todo el pueblo, era claro que la desaparición de Bobby era lo más extraño que nos había pasado nunca.

En lo que respecta a Petrova, creo que el funeral de su padre se iba a realizar ese fin de semana. Le llamaron para notificarle de su muerte cuándo estaba hablando con mis padres, que no se tomaron nada bien lo que le hicieron a Bobby.

Estaban enojadísimos. Y yo les tuve que explicar a Chester, Tyler y Tanner qué era exactamente lo que había pasado. Ellos, al igual que toda mi familia, también se enojaron.

Fue la primera vez que vi a Chester insultar de aquella forma, y jurar venganzas imposibles de llevar a cabo, aunque ideales.

Y Corbyn... Bueno, en lo que respecta a él, llegó a mi casa más tarde junto a sus padres, que habían ido a ver a los míos para saber en qué podían ayudar. Aunque claro, no era mucho.

Bobby estaba una vez más desaparecido, aunque esta vez se trataba de su cadáver.

Pero, aparte de tener una duda existencial de mis sentimientos hacia Harris, tenía otra cosa en la cabeza: él psicópata quería matarme. Y ya no eran ideas mías solamente.

Que bien.

Mi mente se alejó de los pensamientos pesimistas que la invadían por un segundo cuándo escuché los gritos de Payton, que atravesaba el pasillo.

—¡CORRETE SI NO QUIERES QUE TE CORRA! —gritó, mientras yo veía como apartaba y empujaba a todo el mundo.

La mayoría decidía alejarse por cuenta propia, antes de ser atropellados por ella. Chester iba detrás, pidiendo perdón.

—¡ALÉJATE!

—Lo lamento...

—¡NO TE METAS!

—Lo siento...

—¡VETE SI NO QUIERES QUE TE GOLPEE!

—Está teniendo un mal día...

Y así, llamando la atención de todo el pasillo, llegaron los dos hasta mi. Parecían dos bichitos de Intensa-Mente: Payton era Furia, y Chester era Temor.

—¡¿DÓNDE DIABLOS TE HAS METIDO ESTE FIN DE SEMANA, JUNE ELIZABETH AMERY?!

—¿Puedes no gritarme, por favor?

—¡AQUÍ YO HAGO LAS PREGUNTAS! —dijo, con su dedo índice a centímetros de mi rostro.

Parecía tan molesta, que decidí subir mis brazos como señal de obediencia.

RAMÉ © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora