capítulo diez

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June; 


Jueves 27 de Septiembre. Oficialmente, tenía 18. Me desperté, y no fue por una agradable razón.

Últimamente, mi sueño era bastante delicado. Me despertaba ante el mínimo ruido. Esa noche, por ejemplo, me había despertado, incluso, con el sonido de las pisadas de mi papá por el pasillo, a la 1:52 am. Luego me desperté cuándo sentí que George se movía sobre mi cama, a las 3:35 am. Y después, me volví a despertar a las 4:32 am, porque alguien había tirado la cadena del baño.

Esa mañana, fue por una razón menos agradable. Cuándo prendí mi celular, a las 6:52 am, por una notificación, ví precisamente lo que no tenía ganas de ver:


Desconocido

Feliz cumpleaños, bonita.

Quería saludarte antes que nadie.

Hoy te acompañaré todo el tiempo.

Es tu día especial :) 


No le contesté nada. Simplemente, sabía que no podría volver a dormir.

Me paré de la cama, pero cuándo mis pies tocaron el frío del piso, me mareé. Salí de mi cuarto y fuí al baño. Ya no tenía sentido intentar dormir. Mis manos se apoyaron en la mesada de mármol gris y me miré al espejo. Parecía un mapache.

Cómo dormía y comía poco, y lloraba bastante, mi apariencia no era para nada buena. Tenía ojeras grandes, había bajado de peso notablemente y también estaba más pálida. Me lavé la cara con la esperanza de que cambiara algo, pero seguía igual. Así que me puse absolutamente todo lo que tuve al alcance para mejorar mi apariencia. Parecía un cadáver viviente.

Volví a entrar en mi cuarto, para cambiarme para la escuela. George miraba a la puerta cuándo entré, pero parecía desanimado.

—Hola, bonito —susurré, mientras le acariciaba la cabeza —. Feliz cumpleaños para mí —susurré, sin mucho ánimo.

Me puse el uniforme, como todos los días, una campera abrigada, porque empezaba a hacer frío, y bajé las escaleras con mi mochila al hombro. La dejé en la sala y fuí hasta la cocina.

Estaba todo oscuro, por lo que supuse que nadie se había levantado todavía. Pero al prender la luz, mi familia entera gritó al unísono "¡Feliz cumpleaños!", mientras yo me asustaba y gritaba.

Tanner y Tyler comenzaron a reír a carcajadas, mientras yo, agachada, me ponía una mano en el pecho. Mi corazón latía fuertemente.

—¡Les dijimos! —festejó Tanner, mientras chocaba palmas con su gemelo.

—Feliz cumpleaños, princesa—saludó mi papá, mientras me abrazaba fuertemente y besaba mi cabeza.

—Gracias, pa.

—¡Sopla las velas que tengo hambre! —habló Tyler, mientras tomaba mi muñeca y me arrastraba hasta la isla, dónde había un hermoso pastel cubierto de lo que supuse que era crema. Fue muy tierno ver que habían intentado que la decoración fuera de lo que más me gustaba, porque había un libro comestible junto a una paleta de acuarelas y lo que simulaba ser el cd de Red, de Taylor Swift.

Sonreí.

—¿De quién fue la idea de poner a Taylor?

Mis hermanos apuntaron casi al instante a Tanner.

RAMÉ © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora