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Umeji

Con pasos cortos llegaba a la Academia. No había dormido casi nada debido a que no dejaba de pensar en Shin, y el sueño me estaba matando. Llegue a la Academia y cambie mis zapatos, mientras veía a Shin, el estaba en su casillero. Quería acercarme a el, pero antes de poder hacerlo alguien más lo hizo.

Al mirar eso, sentí como me hervía la sangre, y los celos empezaban a crecer en mi. El era alguien de cabello negro y ojos de igual color, y se veía muy alegre de estar al lado de Shin.

Maldito.

Me aleje con la rabia más grande del mundo hasta llegar al incinerador en donde estaban mis amigos, y ellos solo pusieron música para seguir conversando.

-¿Escucharon la nueva noticia? -Dijo Hayanari, el cual estaba con sus manos metidas en sus bolsillos.

-¿Qué ocurrió?.

-Se dice que una chica que estudiaba aquí desapareció. Dicen que ya es la cuarta chica que desaparece sin dejar rastro alguno-Dijo Hayanari, dejándome sorprendido.

-¿De donde sacaste eso? -Preguntó Hokuto.

-Mi mamá me lo reenvío esta mañana, además me envió una foto de la chica por si la llegaba a ver-Dijo Hayanari, sacando su teléfono, mostrando aquella foto.

Mis ojos se abrieron de par en par, y mi sorpresa fue aún más grande que mi completa felicidad. Esa chica era la que siempre estaba con Shin.

Por fin aquella chica había cumplido su palabra.

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Shin

Había llegado algo tarde a la Academia, mientras caminaba por los pasillos buscando a mis amigos. Ellos estaban al frente del club, sentados en las bancas. Al verme ellos se pusieron alerta, y empezaron a murmurar entre sí.

-Hola chicos... ¿Qué sucede? -Dije intrigado, mientras me ponía al lado de ellos.

-Shin, no podemos ocultarte esto porque es muy delicado... Pero... No queremos verte mal-Quedé aún más confundido.

-¿Qué sucedió? -Pregunté, no esperando lo peor.

-Oka... Ella... Esta desaparecida.

Esas palabras llegaron hasta lo más profundo de mi ser. Sentí como empezaba a temblar y mi respiración se cortaba, mientras mi corazón se hacía cada vez más pequeño. Sentía como mis ojos picaban, y como de ellos caían lágrimas poniendo mi vista borrosa.

-No... No... No... ¡No, no, no, no, no! ¡NO! ¡NO ES CIERTO! ¡NO PUEDE SER ELLA! -Grité desesperado, mientras sentía como mis piernas temblaban como fideos. Hasta que fallaron.

Caí al piso de rodillas negando una y otra vez, mientras le pegaba en el piso lastimando mis nudillos. Chojo y Daku intentaban calmarme, pero no, no podía estar tranquilo en este momento. No podía, no... No...

-¡¿Por qué tenía que ser ella?! ¡NO! ¡NO TENÍA QUE SER ELLA!.

Todos nos veían. Todos quedaban totalmente sorprendidos mientras veían como seguía pegándole al piso.

-Y-yo... Yo la amaba...

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Todas las actividades del club se habían acabado ese día. Mi mamá estaba a mi lado mientras acariciaba mi cabello, mientras intentaba regular mi respiración desde hace un rato. Hoy había venido un policía y me había interrogado, y yo solo pude llorar como todo un imbécil.

-Ellos tienen razón... Yo... Yo soy un estúpido llorón...

-No digas eso-Dijo mi mamá, para dejar un beso en mi frente-Esta bien llorar, es el mejor consuelo.

Yo aún seguía mal. No podía procesar nada, en mi mente no cabía la idea de que ella estuviera desaparecida. Había llegado Kokuma con una botella de agua, y me la dio. Yo la mire, y luego la mire.

-Intenta tomar algo de agua Shiny, te hará bien ahora... -Mi mamá tomó la botella y las destapó, para darmela.

-Shin, nosotros ya nos iremos. La consejera y la directora tomaron la decisión de cancelar las clases hoy, claro, después de interrogar a los estudiantes. Nosotros ya pasamos, será mejor que vayas a descansar-Dijo Chojo, el cual acarició mi cabello.

-Si, es mejor que nos vayamos. Hasta mañana chicos, espero verlos pronto otra vez-Dijo mi mamá, y justamente de nuestro club, en donde se estaban haciendo los interrogatorios, salió Umeji-¡Umeji! ¿Ya te vas? -Dijo mi mamá llamando la atención del nombrado, y yo solo me quedé al lado de mi mamá.

-Ah, si, ya me iba. Eh, Shin, yo... Lo lamento mucho-Dijo Umeji, mientras sonreía.

Yo solo le devolví la sonrisa, y al hacerlo pude notar como un pequeño sonrojo invadía sus mejillas. Los tres nos fuimos, hasta que llegamos a aquella calle, y allí, mire como Umeji solo se despedía y cruzaba. Entre a mi habitación, y me fui a dar un baño para poder dormir.

Me sentía profundamente dolido.

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Ya había pasado más de una semana desde que Oka desapareció. No hay rastros de ella, ni mucho menos algo que nos lleve a algún lado. La respuesta más lógica que ha dado la policía es que "tal vez se escapó con un chico" pero al revisar su habitación aún tenía sus cosas y su ropa allí. No habían señales de que ella pudo haber escapado, por lo que la policía tuvo que tomar más cartas en el asunto.

Yo no he ido a la Academia esta última semana, y los profesores insisten que debería ir a un psicólogo. Mi mamá no quiere aceptar aquella idea tan descabellada, ni mucho menos les presta atención. Yo tampoco lo consideró algo útil, por lo que ambos nos negamos con la idea.

Estaba acostado, sin fuerzas. Apenas había comido el desayuno, ya eran las 4 de la tarde y aún no aparecía mi apetito. La puerta se abrió, dejando ver a mi mamá, la cual se veía preocupada por mi. Detrás de ella estaba Umeji, y el se acercó a mi, haciéndole un ademán a mi mamá para que nos dejara solos. El se sentó a mi lado una vez que mi mamá se fue, y acarició lentamente mi cabello.

-Lo siento-Fue todo lo que dijo, y yo lentamente me levante hasta quedar sentado-Lo siento mucho... Entiendo que... Ella te gustaba mucho... Bueno, solo lo siento, no se que más decir-Dijo Umeji, el cual pasó su brazo por mis hombros, y recosto mi cabeza en su pecho.

Ahí sentí que no podía más. Mis lágrimas empezaron a caer sin control alguno, mientras me aferraba a Umeji. El me abrazo, mientras acariciaba mi cabello, y yo solo podía sollozar al sentirme seguro entre sus brazos.

-Sin ella no soy nada... Ahora mi vida no tiene sentido...

~𝐋𝐨𝐜𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐮 𝐚𝐦𝐨𝐫~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora