≛𝟘𝟙𝟛≛

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Umeji

Estaba en lo que parecía ser algún almacén raro,en donde estaban varias cosas las cuáles no podía identificar por la oscuridad del lugar. Era raro,por más que intentaba levantarme y buscar una puerta solo encontraba más oscuridad.

De la nada la oscuridad se volvía peor,haciendo más que un cuarto,un lugar todo oscuro,el cual me retenía como una especie de araña en jaula. Hasta que mire una figura a lo lejos,podía jurar que era Shin. Corrí,corrí hasta donde estaba mi amado.

S-shin...—Dije con algo de miedo.

El se volteo,sus ojos se veían cansados,y su mirada estaba igual que el día cuando ella desapareció... Se aferró a mi,llorando,llorando tanto que sentía como el piso se empezaba a llenar de agua, específicamente de sus lágrimas.

—Shin,por favor,Shin deja de llorar—Dije en un intento de consolarlo, mientras que el agua subía —¡Shin! ¡Deja de llorar ahora!—Lo tome de los hombros,y lo sacudí bruscamente.

Al dejar de sacudir,me di cuenta que no era Shin,si no era Budo. Este me veía con rabia, mientras el agua seguía subiendo al punto de que ya estaba la mitad de mi cuerpo sumergido.

—Te dejaré que te pudras en el infierno, Kizuguchi —Dijo eso con una voz muy diferente a la suya,era una voz aún más gruesa y amenazante.

En un rápido movimiento,ya estaba dejando del agua,siendo ahogado por ese imbécil. Intentaba defenderme,pero mis movimientos eran lentos,tanto que me desesperaban mientras gritaba,y seguía gritando en busca de poder salvarme de esta situación.




Desperté.

Mire a mi alrededor,mi cuarto estaba oscuro. Sin pensarlo dos veces,corrí a encender la luz,quedando un minuto ciego por la fuerte luz de la bombilla. Sacudí con fuerza mi cabeza,secando el sudor que corría por mi frente.

—No... No debo dejar que me separen de su lado—Dije en un pequeño susurro,mirando aquellas fotos.

Maldito karateca,hasta muerto sigues amargandome mi vida.




No sé que hacía aquí,pero era mucho mejor que estar en mi cuarto a altas horas de la madrugada. Veía a mi amado,el cual estaba en su más pacífico sueño,roncando y babeando, haciéndome reír mientras disfrutaba de cada facción de su hermoso y delicado rostro.

Saque mi teléfono,y de manera silenciosa tome varias fotos,a pesar de tener más de 75 fotos de el durmiendo,pero quería más,quería apreciarlo todo el rato,y si fuese por mi las imprimiría en una camisa y la usaría todos los días.

Me pasee un poco por su habitación,mirando sus gabinetes y abriendo uno por uno. El primer cajón parecía ser un lugar en donde guardaba cosas como pulseras y collares y esas cosas,las cuáles admire y luego dejé en su lugar.

El segundo cajón,era de ropa como algunos shorts para la playa,y camisetas de mangas cortas. Baje,hasta el tercer cajón,y allí estaba lo que más ansiaba encontrar.

Su ropa interior.

Retuve un chillido de felicidad,tomando uno en mis manos,apreciando cada detalle que tenía. Shin aún seguía en su profundo sueño,por lo que tome uno y decidido me fui dejando de perturbar en sus cosas,pero sabía que pronto dejaré de ser algún tipo de perturbador,si no su pareja y estare en derecho de revisar sus cosas cuando quiera.

Ya estaba en mi cuarto,mirando con admiración aquel tesoro que logré traer de su casa sin que nadie se diera cuenta. Mire aquella repisa,para doblarlo y ponerlo en ella. Ya tenía varias cosas de el,aquel lápiz,una funda de celular que casualmente "perdió",un bolígrafo,y etc. Amaba tener todo de el,quería más que todo,tenerlo a él para mí.

Solo para mí...




Ni siquiera sabía que estaban hablando esas dos señoras,solo me interesaba que Shin bajara para poder estar con el. Estábamos en la casa de Shin,y la señora Keiko,su mamá,me dijo que podía subir a su habitación,y sin más corrí hasta allí.

Toque la puerta antes de entrar,y ahí estaba el. Me sonrió,y me dejó pasar. Yo me senté en su cama y empezamos a hablar de muchas cosas, mientras amaba cada facción de su rostro al hacer alguna expresión. El se sentó a mi lado,y siguió hablando conmigo de manera normal.

—Y bueno,sabes,estos últimos días se me han estado perdiendo muchas cosas,incluso se me perdió... Un boxer,y eso es raro,ya que yo siempre soy muy delicado con mis cosas...

—Tal vez olvidas en dónde las dejaste,por eso se pierden —Dije intentando ocultar mis nervios.

Si,yo tenía cada una de las cosas que se le habían perdido,pero,ahora eran mías,eran un lindo recuerdo del amor de mi vida. Me quedé mirándolo un rato,detallando sus hermosos labios.

Besalo,besalo,besalo!.

Quería besarlo,quería saborear sus labios nuevamente. En cuanto se descuidó,lo tome de la cintura y lo acerque a mi,acariciando su mejilla y sus labios con mi dedo pulgar. Me acerque a él, haciendo que nuestras narices se rozaran,suspirando ante la idea de sentir sus labios.

Lo necesito,por favor,besalo ahora!.

Sin más,junte nuestros labios. Se sentían tan suaves,y era tan gracioso cuando Shin intentaba seguirme el paso del beso,pero por lo menos así se que le está gustando. Pegue más su cuerpo al mío,para meter mis manos en su ropa,acariciando su espalda de arriba a abajo,amando cuando Shin temblaba.

Deje de besarlo,para empezar a dejar besos desde sus labios,bajando hacia su mandíbula,y terminando en su cuello,subiendo mis manos por todo su torso. El suspiraba,haciéndome sentir muy excitado ante todo esto.

Lo quiero ahora... Hazlo ahora.

Lo acosté,para ponerme arriba de el haciendo lo mismo, mientras que el se veía algo tenso. Me detuve, mirándolo.

—¿Te... Desagrada esto?...

~𝐋𝐨𝐜𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐮 𝐚𝐦𝐨𝐫~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora