≛𝟘𝟙𝟙≛

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Umeji

Esta semana he estado yendo mucho a la casa de Shin. Me excusó con eso de que "voy a ayudarlo con lo que pasó" y así logró pasar el día junto a él sin que parezca que tengo otras intenciones. En tan poco tiempo, Shin dejó de mirarme como un peligro que esta detrás de él, si no como un amigo. De verdad que esa chica me había ayudado bastante, porque sabía que teniendo a "Oka" en medio de nosotros no iba a llegar muy lejos como ahora.

Eran las 6:00 de la mañana, estaba listo para ir a la Academia, y entonces, cruce la calle y toque la puerta de la casa de Shin. De ahí salió Keiko, su mamá, y me miro con una sonrisa.

—¿Y Shin?.

—Oh, el ya esta listo. Shin, querido, aquí está Umeji—Al escuchar eso, no pude evitar sentirme nervioso.

¿Por qué me ponía así? Hoy Shin y yo iríamos a la Academia juntos, como amigos, y eso me ponía muy nervioso debido a que no podía pasar más de tres minutos junto a Shin sin querer besarlo. Claro, sin contar aquellas veces que me "escabulli" en su habitación solo para verlo dormir(y tomarle una que otra foto).

Este salió, no se veía bien. Estaba más Delgado y si tenía ojeras antes, ahora las tenía peor. Su cabello se veía largo, ya le llegaba hasta el cuello, y era ondulado. Por mi parte eso no me molestaba, se sumaba a su encanto, lo que me molestaba es que estuviera tan triste por esa chica, hasta el punto de estar así, no podía permitirlo!.

Ambos caminamos en dirección a la Academia. El aún se veía triste, y caminaba aún más lento que yo. Un fuerte rugido me hizo voltear a verlo, y mire como se agarraba su estómago.

—¿No has desayu...?

—No tengo hambre—Al escuchar eso aprete los puños.

¡Era claro que tenía hambre! Quería golpear a alguien en este momento. Aquella chica lo único que hizo fue enfermar a mi lindo chico, y tenía que hacer algo al respecto. Cuando llegamos a la Academia, pude notar muchas miradas curiosas, y sobre todo las de Musume y su grupo de renacuajos. Sin importarme nada, acompañe a Shin hasta su club, y me despedí de el.

Tenía que ayudarlo, y hacerle olvidar completamente aquel "amor" que sentía por esa chica rara.




Shin

Mi estómago me dolía, y mucho. Tenía hambre, pero... Pero no podía comer. No me sentía feliz, de verdad que odiaba cada bocado de comida que paraba en mi boca, y el olor era tan insoportable que solo me hacía vomitar.

—Oka... —Susurre con tristeza.

Ya habían pasado casi tres semanas desde su desaparición, y nadie sabía nada de ella. Entre al club, y allí estaban todos mis amigos, ellos me miraron, y me regalaron una linda sonrisa. Me acerque a ellos, saludandolos y me senté en mi lugar.

—Shin... —Escuche a Chojo, y lo mire, el estaba con sus manos detrás de su espalda, y me sonrió—Bueno... Oka me dijo, que cuando le pasará algo, te diera esto... —Chojo dejó ver sus manos, y allí estaba aquella banda que se ponía alrededor del brazo, la cual portaba Oka—Me dijo que tu fueras el siguiente líder si ella no llegaba a estar, así que de ahora en adelante eres nuestro nuevo líder—Al escuchar eso, sentí como mis ojos se cristalizaban.

La tome, y me la puse, mirando con una sonrisa a todos mis amigos. Ellos se acercaron a mi y me abrazaron, para hacerme sentir mejor.

—Siempre estaremos para ti—Dijo Daku, para revólver mi cabello mal peinado.

De verdad que quería mucho a mis amigos.




Ya se había hecho la hora del almuerzo, por lo que iba a salir del Salón para almorzar con mis amigos. Tan pronto como lo hice, pude ver cómo dos figuras se ponían al frente de mi, impidiendo mi paso.

—Hola Shin—Dijeron los dos unísono, y después se miraron entre sí.

—Ahg, tú... —Dijo Umeji, el cual tenía dos bentōs en sus manos.

—Mhg, tú... —Dijo Budo, el cual estaba igual que Umeji.

—¿Q-qué sucede? —Pregunté algo confundido por la presencia de estos dos.

—Mi mamá hizo este bentō para ti, ten—Umeji dejó el bentō en mis manos, para tomarme de la muñeca—Y ahora nos vamos, adiós... Karateca.

—Hey! Shin no se va así como así! Tengo que hablar con el—Escuche de parte de Budo, y umeji gruño.

—Hablan después, son del mismo Salón no? Así que hablen en otro momento—Sin más, Umeji me jalo hasta la azotea, en donde me llevo a una parte algo desolada y se sentó en la banca.

—¿Q-qué hacemos aquí?...

—¿Es obvio no? Siéntate, come conmigo—Dijo Umeji con una sonrisa.

Yo dudé un poco, y me senté. Abrí el bentō, y tan pronto como me llegó el olor muchas náuseas recorrieron mi cuerpo, y deje la bentō de lado.

—¿Qué pasó? —Dijo Umeji, el cual se veía muy feliz comiendo de su bentō.

—No nada... —Dije intentando disimular las náuseas que tenía.

Umeji alzó una ceja, y tomó el bentō, para agarrar un poco con los palillos y acercarlo a mi boca. Yo lo mire confundido, y el me sonrió de manera tranquila.

—Di, ahh—Dijo enseñandome como debía hacerlo.

—Ahh... —Dijo abriendo mi boca, y el metió un poco del bentō en mi boca.

Mi estómago rugio con fuerza después de sentir algo de comida en el. Umeji río, para hacerlo otra vez, y yo solo volví a comer. Hace días que no había comido, y sentía como mi estómago pedía desesperado aquella comida y algo para beber, pero yo podría arreglarlo después.

Después de terminar, aun tenía algo de hambre. Mi estómago gruño nuevamente, y Umeji tomó de su bentō, repitiendo la misma acción.

—Eh?... P-pero s-si es tu comida y-y...

—Puedo conseguir algo de las máquinas después, tu solo comé—Dijo con una sonrisa, y yo sin esperar más volví a comer.

Me sentía bien, las náuseas no recorrían mi cuerpo y me había olvidado completamente de aquella sensación de asco por la comida. Cuando Umeji término de darme comida en la boca como un bebé, se acercó a mi y dejó un beso en mi frente. El calor se subió a mi cara, y mi corazon empezó a latir con fuerza.

No, esto no es bueno.

~𝐋𝐨𝐜𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐮 𝐚𝐦𝐨𝐫~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora