≛𝟘𝟙𝟜≛

274 26 31
                                    

Umeji

Mi mamá se estaba arreglando. Keiko,la mamá de Shin,nos había invitado a una fiesta de un primo de Shin que se haría en su casa,y entonces,mi mamá por las buenas o por las malas quería ir. No sé,solo se que a ella le gusta traerse recuerdos de esas fiestas,y entonces yo está vez me veía arrastrado por ella.

Me puse ropa sencilla. Un pantalón de jean azul,junto a una camisa negra de mangas largas,y me pase mis manos por mi cabello con intenciones de peinarlo,pero solo fue un poco y ya estaba listo.

Al llegar,Keiko nos invitó a pasar a la sala en dónde estaban todos los invitados. Mi mamá se presentó y me presento a mi igual,aunque no me lleve muy buenas miradas. Después de un rato,bajo Shin. El se veía espectacular,tan lindo que quería devorarlo a besos.

Tenía un pantalón blanco algo ancho,junto a una camisa de cuadros negros y blancos. El se veía tan hermoso,y cargaba un peinado algo diferente. Sin pensarlo me acerque a él para hablar un rato,admirando su belleza sin igual.

Después de un rato juntos,su mamá le pidió el favor de que ayudará a repartir las bebidas y algunos bocadillos. Shin asintió,y yo solo me fui a sentar. En la sala había un montón de personas,que parecían ser primos y entre otros familiares de Shin.

Apenas logré sentarme en un pequeño espacio del sillón,que mi mamá tenía reservado para mí. Pude notar como entre ellos se sentaban en sus piernas o se peleaban por un puesto,dando a entender la gran falta de asientos por todas esas personas.




Después de varios minutos,me estaba dando un sueño. Shin había dejado de ayudar a repartir los bocadillos,así que estaba parado a mi lado hablando. Mi mamá lo miro,dándose cuenta de su presencia,y entonces sonrió.

—Shin,cariño,no te gustaría sentarte,puedo darte mi puesto,si quieres.

—Oh,no,no se preocupe señora. Así estoy muy bien—Dijo con una sonrisa,haciendo sonreír a mi.

—Puedes sentarte en mis piernas si quieres.

—No gracias,ya le dije,así estoy bien—Shin quería insistir en su respuesta,y yo solo quería que mi mamá dejara de insistir con sus propuestas.

—Puedes sentarte en las piernas de Umeji. Vamos,no seas así,siéntate,total,no estás haciendo algo raro. Vamos, siéntate—Cuando mi mamá dijo eso,todos mis sentidos se alteraron.

¡¿Shin?! ¡¿El chico por el cual estoy completamente loco?! ¡¿Sentado en mis piernas?!.

¡Dios mío,dios mío,dios mío!.

Mi respiración empezó a volver irregular,y mis nervios crecieron. Shin parecía dudar de la propuesta de mi mamá,pero al ver su insistencia, asintió. Me dió la espalda,y lentamente se sentó arriba de mi. Lentamente se acomodo arriba de mi,en alguna posición que el considerará más cómoda,pero trajo sus consecuencias.

Por todo eso,se me había parado.

Me sentía como el peor de todos ante un acto tan inocente como esto,y lo peor? Shin no dejaba de moverse. Podía notarlo algo incómodo,por lo que solo se quedó usando su celular sin compartir palabras conmigo. Eso me hacía sentir mal,y si se dió cuenta? Y si ahora piensan que soy un pervertido?!... Bueno,solo un poco solamente cuando se trata de el... Pero ahg! Al diablo con eso!.

Esto era terrible. Si tan solo el día de ayer no tuve respuesta a aquella pregunta que le hice después de besarnos... Ahora pensará mal de mi?.

Intenté actuar normal,sin querer levantar sospechas de nada,y más por qué la mayoría de los presentes eran niños. Suspiré varias veces e intentaba despejar mis pensamientos con cualquier cosa,pero cuando Shin se movía buscando acomodarse mejor era imposible. Mi cuerpo se ponía caliente y mi mente empezaba a ser un mar de pensamientos locos.

Llegaba al punto en el que incluso pensaba en cosas realmente indecentes con Shin. Maldita sea,me siento como la peor persona del mundo.




Después de más de una hora,por fin la gente empezó a irse y la fiesta parecía acabar. Cuando me quise ir,Shin me detuvo. El me dijo que si quería tener una pijamada con el,y yo,como todo un tono dominado por sus nervios dije que si.

Vamos! No es tan malo,estarás está noche con el amor de tu vida,en su habitación,sin necesidad de escabullirte como lo haces todo el tiempo.

Aquella vocecita hablo,haciendo bufar. Aunque ella ha Sido una buena consejera,a veces se vuelve molesta.

Había ido a mi casa para buscar mi pijama y alistarme,así que no hacía falta nada más. Al entrar a la habitación de Shin,pude sentir como su olor estaba en todas partes. Shin usa un hermoso perfume que huele como a menta,o algo así,y era tan embriagador que me derretía de tan solo olerlo.

Me cambié,para dejar que Shin lo hiciera de igual forma. Al ver que cambia dormiríamos en la misma cama,me hizo sentir una gran chispa de emoción. Mi yo interior saltaba y gritaba como una adolescente,pero por fuera, estaba neutral.




No sabía que hora es,pero eso no importaba ahora. Shin y yo llevábamos tanto rato hablando que amaba cada palabra que salía de su boca,era como la misma voz de un dios que endulzaba mis oídos.

Para mí Shin siempre tendría algo bueno que decir.

Cuando llegó la hora de dormir,me acosté cerca de el con la excusa de que hacía algo de frío. Ambos nos quedamos viendo las caras por un rato... Hasta que mire sus labios,y me mordí los míos,recordando todo lo que había pasado hace un rato. Quedando erecto nuevamente.

Me acerque más a el,quedando a ganar solo centímetros de su cara,el se veía confundido

—U-umeji?...

—Shhh—Dije poniendo un dedo en sus labios,para después acariciarlos —Solo... Déjame ser verdaderamente yo ante ti está noche...

~𝐋𝐨𝐜𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐮 𝐚𝐦𝐨𝐫~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora