1 de marzo de 2020 - Día 14 (parte 3)

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La tarde transcurrió confusa. Nadie hablaba mucho, apenas se miraban. El aire no era tan tenso como sombrío, y el cielo parecía intentar reflejar el estado de ánimo general con un repentino aguacero. Todos los colores se desvanecieron de la ciudad y la lluvia solo dejó grises y azules apagados. El edificio se oscureció casi por completo, no llegaba mucha luz a través de las espesas nubes negras que lo cubrían, lo que obligó a las chicas a situarse junto a las ventanas para poder ver algo.

A Dahyun le molestaba especialmente la falta de iluminación, ya que su pequeño proyecto no podía desarrollarse en una habitación completamente a oscuras. Por fin había encontrado algo con lo que contribuir, y allí estaba, una vez más, sintiéndose inútil.

Encontró la mano de Sana en la sombra, sentada a su lado, y la apretó con fuerza. La japonesa respondió llevándola suavemente a sentarse en su regazo, sin hacer mucho más aparte de acomodar de vez en cuando un mechón suelto de pelo detrás de la oreja de Dahyun. Estaban solas en una de las pequeñas salas de ensayo. Había cierta tranquilidad y, aunque no oían la lluvia debido a las paredes insonorizadas, podían seguir las pequeñas gotas que corrían frenéticamente por el cristal de la ventana.

Dahyun apoyó la cabeza en el cuello de Sana, con la respiración entrecortada, y se fundió por completo en los brazos de la mayor. Sana empezó a tararear en voz baja, una melodía apenas audible que recorría la habitación y hacía que Dahyun bajara los ojos.

Jihyo había hablado con el grupo, en cuanto Jeongyeon y Momo se acomodaron. Jeongyeon tenía un aspecto especialmente duro, pálida y aturdida como uno de los zombis, mientras escuchaba lo que su líder tenía que decir. Sin embargo, estuvo de acuerdo con cada palabra, al igual que todas las demás chicas (incluida Chaeyoung, a quien despertaron brevemente para que participara en la reunión, y que fue escoltada de vuelta a la cama por una aprensiva Mina en cuanto terminó).

Dahyun no podía dejar de pensar en ello. Su vida tal y como la conocían probablemente había terminado. Desaparecida, desvanecida, como un dulce sueño al que desearías volver en cuanto te despiertas. Había sacrificado tantas cosas para construir su carrera como idol, y ahora todo había terminado. Sus managers estaban muertos, el edificio de la empresa no era más que una guarida donde esconderse, mientras fuera la ciudad se derrumbaba en ruinas. Sus padres y su hermano estaban bien, por lo que a ella respectaba, aunque la última vez que supo de ellos fue hace dos semanas; muchas cosas pueden cambiar en ese lapso de tiempo, vaya si lo sabía.

¿Y si estaban todos muertos? O convertidos en esas... criaturas. Obligados a vagar sin descanso por las calles, reducidos a cuerpos sin mente movidos únicamente por un hambre inexplicable de carne humana. Se estremeció al pensarlo.

Sana sintió su piel de gallina y la estrechó contra su cuerpo, envolviéndola ligeramente. Fue entonces cuando Dahyun pensó en otra cosa.


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Chaeyoung se despertó con una mano familiar sacudiéndole el hombro. Inspiró profundamente y se removió en los cojines, con la cabeza un poco confusa. Cuando abrió los ojos, la cara de Jeongyeon estaba justo delante de ella.

"Jeong unnie." Ella habló entre dientes, moviéndose para levantarse y sentarse. Jeongyeon la presionó firmemente en el hombro, como diciéndole que se quedara donde estaba. En lugar de eso, la mayor se sentó en el suelo junto a la cama improvisada, se frotó brevemente la nariz con la palma de la mano y suspiró profundamente.

La mirada de Chaeyoung recorrió el rostro de Jeongyeon, notando su palidez, su mandíbula apretada y el brillo atormentado de sus ojos. De repente, se sintió mal por no haber estado con ella cuando ocurrió todo. Era perfectamente consciente de que su presencia, o la falta de ella, no habría cambiado nada en lo que la mayor se vio obligada a afrontar en el cuarto piso. Aún así, no pudo evitar sentir lástima por Jeongyeon, al ver el dolor y el trauma que tenía pintados en la cara.

Burnt Down To Ashes | Twice FF | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora