19 de marzo de 2020 - día 32

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Mientras la criatura se tambaleaba de un lado a otro, arrastrando sus piernas destrozadas en un simulacro de paseo, Chaeyoung hizo una señal a Jisung para que avanzara. El chico se agachó detrás de lo que quedaba de una maceta, antes de cruzar corriendo el pasillo para llegar al lado opuesto; con la mano en el bate de béisbol, se pegó a la pared y esperó.

Nayeon hizo su entrada en el pasillo del séptimo piso, empuñando un cuchillo de cocina liso y pulido. Sus piernas no se movían con la firmeza que deberían, pero la muchacha lucía un ceño lo bastante amenazador como para compensarlo. En cuanto el zombi se percató de su presencia, su comportamiento cambió; una poderosa embestida ocupó el lugar de su renqueante paseo, su boca salivando y mordiendo el aire en anticipación.

La mirada horrorizada en el rostro de Nayeon fue suficiente para que Chaeyoung desenvainara su hacha, sintiendo la peligrosa vacilación de la chica mayor. Aunque afortunadamente, no fue necesario.

A pesar del susto, Nayeon reaccionó con rapidez ante la embestida de la criatura. Aprovechó sus movimientos torpes y descoordinados para apartarse, evitando por los pelos chocar con sus extremidades. Con un gruñido, se subió a la espalda del zombi y le rodeó la garganta con el brazo, apretando la llave todo lo que pudo. La criatura se agitó y casi cayó al suelo, gruñendo y chillando; Nayeon le clavó el cuchillo en la nuca, apuñalando una y otra vez el podrido trozo de carne.

Al poco rato, el zombi había dejado de moverse. Su cabeza estaba casi completamente separada del resto del cuerpo, colgando de una fina tira de carne. Nayeon aflojó el agarre y se alejó a trompicones del cadáver, ahora cubierto de sangre y Dios sabe qué otros fluidos corporales.

"Eso fue impresionante." Jisung salió de su escondite, observando el desorden en el suelo con una mueca.

Nayeon se sentó con un movimiento de cabeza, completamente sin aliento. Levantó la mano para secarse el sudor de la frente, pero se detuvo al darse cuenta de la cantidad de sangre que había en ella. Tragó saliva y sintió náuseas.

Una suave palmada en la espalda le hizo levantar la vista, donde Chaeyoung estaba de pie con una amplia sonrisa.

"Te acercaste demasiado, unnie. Pero has hecho un gran trabajo."

Nayeon suspiró, riendo ante el cumplido de la joven. Qué tiempos aquellos para estar viva.

"La próxima vez, dame un cuchillo más grande entonces." rebatió ella, fingiendo desdén. "Ahora ayúdame a levantarme, por favor. Me tiemblan las piernas, maldita sea."

Chaeyoung sonrió y agarró la muñeca de Nayeon, tirando de ella hacia arriba. Admiraron la quietud del espacio ahora despejado, donde una docena de zombis yacían esparcidos por la alfombra manchada de rojo.

"Eso es todo para el piso número siete, entonces." Jisung desapareció del pasillo, haciendo un trote rápido alrededor de toda la sección del edificio para comprobar si había algo vivo -o apenas- dejado atrás, solo para estar completamente seguro.

Volvió con una amplia sonrisa, arrastrando una maltrecha silla de oficina y un puñado de bocadillos envasados.

"Podrías haber esperado a que Dahyun y Mina limpiaran este desastre primero." Nayeon murmuró, todavía bastante conmocionada por su iniciación aunque sin dejar de lado su astucia. "Vas a mancharlos de sangre."

Jisung se encogió de hombros, llenándose los bolsillos con el botín de la máquina expendedora rota que había encontrado. Esperó a que las dos chicas salieran del piso y se detuvo en el rellano que daba a la amplia escalera; levantó la silla y la atascó en el marco de la salida de incendios, consiguiendo que quedara alojada a un par de metros del suelo. Chaeyoung mantuvo la puerta abierta para él, mientras él se arrastraba por debajo del mueble para alcanzarla por el lado opuesto; luego cerraron suavemente la salida, asegurándose de que nadie -y lo más importante, nada- pudiera cruzar el umbral sin causar un ruido fuerte y reconocible.

Burnt Down To Ashes | Twice FF | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora