––––––––––El estadio era un caos de sombras, formas borrosas y nubes giratorias. A medida que Chaeyoung volvía en sí, recuperando lentamente la vista y el oído, las piezas desordenadas de la habitación en la que estaba tumbada empezaron a adoptar una forma más reconocible, palpitando y reorganizándose al ritmo constante de los latidos de su propio corazón, fuertes y ensordecedores en sus oídos.
Sintió que la cara le ardía y le escocía, sin duda los efectos de los últimos acontecimientos que recordaba: los hombres de Hyunwoo golpeándola contra el suelo y haciéndola papilla.
A juzgar por la humedad de las mejillas y el pelo, ella también sangraba. Las piernas y los brazos le pesaban demasiado y el ojo derecho no parecía poder abrirse. Consiguió entreabrir los labios y respirar hirviente y largamente antes de que unas gotas de sangre cayeran en su garganta y la hicieran toser.
El dolor estalló de inmediato en cada parte de su cuerpo, cegándola durante unos diez segundos. La nariz y el labio le ardían, hinchados y amoratados, mientras el ojo le palpitaba y goteaba sangre en señal de protesta.
La despertó para siempre.
Gimiendo y silbando, se levantó. Desde su limitada visión, se fijó primero en Nayeon, sentada en el suelo cerca de ella, pálida y asustada, que la miraba con los ojos enrojecidos.
La pista era la siguiente. Amplia y abierta, rodeada de altas filas de gradas, con una docena de hombres de pie en círculo.
Fue entonces cuando Chaeyoung se dio cuenta de dónde estaba y con quién.
Intentó levantarse, pero sus pies no cooperaban; sus tobillos, así como sus muñecas, estaban fuertemente envueltos en algún tipo de tela. Tiró infructuosamente de los nudos, lo único que consiguió fue causarse aún más dolor.
"Chaeyoungie..."
La voz de Nayeon era fina y ronca, lo que sugería que había pasado mucho tiempo llorando. Chaeyoung se volvió hacia la mayor, intentando tranquilizarla de algún modo. Sin embargo, ella no encontraba nada que decir, todavía mareada y débil por el ataque, pero intentando desesperadamente encontrar una forma de escapar.
"Ah. Miren quién está despierta."
La voz provocó un escalofrío instantáneo en Chaeyoung, que se sobresaltó.
Una figura alta se separó del círculo principal y caminó tranquilamente hacia el centro, donde yacían las dos chicas, quietas y temblorosas. Con la cara de Hyunwoo justo delante de la de Chaeyoung, el hombre se agachó hasta ponerse a su altura.
Apretó la mandíbula, mirándola con el mayor desprecio.
"Pequeña mierda, ¿sabes lo que le has hecho a mi pobre Jeongsik?" señaló el hacha roja, tirada en el suelo a unos metros, junto a un montón de ropa desechada.
"Le partiste la puta pierna. Eso es lo que hiciste."
Chaeyoung recordaba haber golpeado a los hombres que iban a por Nayeon en la piscina olímpica. Sabía que había golpeado algo, pero estaba tan oscuro –y su latido posterior era tan fuerte– que todo lo demás estaba borroso. Miró fijamente a Hyunwoo, luchando contra el dolor punzante de su ojo derecho.
"Mi mano... debió resbalar." graznó ella, observando cómo su rostro se crispaba.
Levantó el puño para golpearla, pero cambió de opinión a mitad de camino. Sonrió satisfecho y suspiró, volviendo a sentarse en la silla blanca de plástico.
"Como quieras. Me divertiré contigo muy pronto, de todos modos."
Nayeon soltó un sollozo ahogado al oír sus palabras, haciendo acopio de todas sus fuerzas para contener más lágrimas. Chaeyoung se sentó en una posición más cómoda y se limpió la sangre de la cara con las muñecas atadas.
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Burnt Down To Ashes | Twice FF | TRADUCCIÓN
FanficLo que ocurre cuando nueve chicas se encuentran atrincheradas en un edificio, sin nada más que ellas mismas, mientras el mundo exterior se derrumba y arde. o TWICE en un apocalipsis zombi, en el que todo empieza con suavidad, pero se convierte rápid...