29 de febrero de 2020 - Día 13 (parte 2)

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"¿Qué dije del tipo? Me retracto de todo." Jeongyeon se rió, mientras llenaba una segunda mochila con comida enlatada y papel higiénico. "¡Qué buena persona! ¡Tan digna de confianza!"

Chaeyoung resopló, mientras recogía un puñado de cepillos de dientes de una estantería.

Resultó que los dos hombres no tenían malas intenciones en absoluto, e intentaban indicarles una tienda de comestibles cercana, un poco más pequeña que la anterior, pero completamente limpia de zombis (quizás gracias a que el mostrador de la carniceria estaba totalmente vacío). En cuanto las dos chicas doblaron la esquina, se alegraron al ver la pequeña tienda, entrando lo más rápido posible, pudiendo por fin reunir las cosas que tan desesperadamente necesitaban.

Además de alimentos y artículos de higiene, la tienda ofrecía una gran variedad de utensilios de cocina, incluida una selección de enormes cuchillos y tenedores para trinchar, que las chicas guardaron alegremente, contentas de tener por fin armas adecuadas. Jeongyeon incluso consiguió encontrar un bate de béisbol, escondido en un compartimento detrás del mostrador, que seguramente pertenecía al dueño del local. No pudieron encontrar una cuerda (o un sucedáneo de cuerda, como esperaba Dahyun), pero después de recorrer a fondo la tienda, las dos chicas tenían sus cinco mochilas completamente llenas. Se tomaron un minuto para sentarse junto al mostrador, juntando algo de energía para el viaje de vuelta a casa, mientras tomaban dos botellas de Coca-Cola light.

"Esto pesa mucho." se quejó Jeongyeon, mirando las mochilas en el suelo. "Vamos a estar agotadas cuando lleguemos a JYP."

Chaeyoung se rió, secándose la frente con el guante. "Si parecemos lo suficientemente agotadas, quizá Jihyo no nos pegue por no seguir el plan." Jeongyeon no pudo evitar reír a carcajadas, atragantándose con su coca-cola.

"Jihyo puede que no, pero Nayeon seguro que sí." Hizo una mueca. "Lo juro, a veces esa mujer me asusta más que los zombis."

Chaeyoung sonrió, mirando a la chica mayor. Jeongyeon y Nayeon habían estado juntas desde que ella podía recordar, y por mucho que las dos se amaran clara y profundamente, nunca dejarían de hacer travesuras. A los ojos de Chaeyoung, eso era una prueba más de que las dos chicas estaban hechas la una para la otra. Nadie sería capaz de replicar el vínculo único que compartían y la forma en que parecían encajar perfectamente como dos piezas de puzzle. Incluso sus travesuras formaban parte de esa conexión especial que tenían, hasta el punto de que sería raro imaginarse a la pareja sin sus riñas habituales.

Al notar que la joven la miraba, Jeongyeon inclinó la cabeza con curiosidad. "¿Qué?"

Chaeyoung suspiró, tomando un sorbo de su coca-cola. " Ustedes dos son muy lindas, unnie."

Jeongyeon se sonrojó ligeramente. Incluso después de todos esos años, todavía se ponía un poco nerviosa cada vez que una de las miembros hacía un comentario sobre su relación. "Gracias, Chaengie."

Permanecieron así unos minutos, relajándose contra el mostrador, hasta que llegó la hora de ponerse en marcha. Mientras Chaeyoung se dirigía hacia las mochilas, vio un trozo de papel en el suelo. Al inclinarse para recogerlo, se dio cuenta de que era una nota escrita a mano. ¿Cómo no se habían dado cuenta en cuanto entraron en la tienda?

"¡Unnie!" Ella gritó. "Ven a echar un vistazo a esto." Jeongyeon rápidamente alcanzó a la chica más joven, con cara de preocupación. Chaeyoung levantó el papel, para que la mayor lo viera.

"Alguien dejó una nota. Probablemente estaba en el mostrador, pero teníamos tanta prisa que no la vimos, y con todo el movimiento acabó en el suelo." Las chicas se acercaron la una a la otra, leyendo en silencio.


Burnt Down To Ashes | Twice FF | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora