Capítulo 7

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Las semanas que siguieron al incidente con Buck fueron un verdadero infierno. Cada vez que veía a Chris, el recuerdo de su llamada con Buck volvía a mí, provocando una mezcla de culpa y frustración. Intenté mantener la rutina, pero era evidente que Chris sentía la tensión entre nosotros.

Una tarde, mientras Chris y yo estábamos en la sala, él finalmente rompió el silencio que había estado creciendo entre nosotros. Papá, ¿por qué no puedo hablar con Buck?

Suspiré, tratando de mantener la calma. Chris, es complicado. Buck y yo tenemos que resolver algunas cosas primero.

— ¿Pero por qué? ¡Él es mi amigo! ¡Me prometió que jugaríamos juntos! La voz de Chris se elevó, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Lo sé, hijo, pero hay cosas que tú no entiendes. Mi intento de sonar firme fracasó, y Chris no se dejó convencer.

— ¡Siempre dices eso! ¡No es justo! Chris cruzó los brazos, su rostro rojo de ira.

— Chris, por favor, trata de entender... Me dolía verlo así, pero no podía evitar mi propia rabia y dolor.

— ¡No! ¡Tú no entiendes! Chris se levantó y se fue a su habitación, cerrando la puerta de un golpe.

Me quedé sentado, sintiendo la impotencia y el dolor arrastrándome. Me dolía ver a Chris tan afectado, pero cada vez que pensaba en Buck, la traición volvía a abrirse como una herida fresca. No sabía cómo manejar esto, y me sentía atrapado entre el amor por mi hijo y la necesidad de protegerlo de más dolor.

Decidí darle a Chris un poco de tiempo para calmarse. Después de unos minutos, me acerqué a su puerta y la toqué suavemente.

— Chris, ¿puedo entrar? pregunté, mi voz llena de preocupación.

— No quiero hablar contigo respondió desde el otro lado, su voz aún llena de rabia y dolor.

Me apoyé contra la puerta, sintiendo el peso de la situación. Chris, solo quiero que sepas que te amo. Y que todo lo que hago es porque quiero protegerte.

No hubo respuesta. Suspiré y me alejé, dejando a Chris solo con sus pensamientos mientras me dirigía al sofá, abrumado por la culpa y la desesperación. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar mis propios sentimientos y encontrar una manera de arreglar las cosas, pero por ahora, todo lo que podía hacer era esperar y esperar que el tiempo curara algunas de las heridas.

Las últimas semanas habían sido difíciles. No solo por mi propia confusión y dolor, sino también por ver cómo Buck se desmoronaba. Llegaba tarde a los turnos, con los ojos inyectados en sangre y el aliento cargado de alcohol. Intenté no prestarle atención, pero cada vez que Hen y Chimney comentaban sobre su comportamiento, mi rabia crecía.

Una mañana, mientras estábamos en la cocina de la estación, Hen y Chimney nos sabían que estana allí y aun así hablaban en voz baja. No podía evitar escuchar. ¿Viste cómo llegó Buck? Está hecho un desastre dijo Hen, sacudiendo la cabeza.

— Sí respondió Chimney. Maddie me dijo que ha estado saliendo con todo el mundo, hombres y mujeres, y bebiendo como un loco.

Sentí un nudo formarse en mi estómago. No podía creerlo. ¿Esta era la forma en que Buck quería que volviera a confiar en él? ¿Saliendo con un montón de gente y ahogándose en alcohol? Mi rabia se mezclaba con una sensación de profunda decepción.

— ¿Cómo espera que alguien así cuide de Chris? murmuré para mí mismo, pero lo suficientemente alto como para sorprender a Hen y Chimney.

911: BorderlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora