Capítulo 2

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El ambiente en la estación era tenso, cada uno de nosotros preparándonos para lo peor. La alarma sonó de repente, interrumpiendo el silencio con su estridente llamada a la acción. Me levanté de un salto, mi corazón latiendo con fuerza mientras corría hacia el garaje donde estaban estacionadas nuestras unidades.

Maddie, con su voz tranquila pero firme, anunció la noticia a través de la radio de la central del 911. Explosiones en el centro de la ciudad. Un atentado. La gravedad de la situación golpeó como un puñetazo en el estómago, pero no había tiempo para dudar. Teníamos un trabajo que hacer.

Las luces parpadeaban y las sirenas llenaban el aire mientras nos abríamos paso a través del tráfico caótico. Las calles estaban llenas de gente corriendo en todas direcciones, el pánico palpable en el aire. Nosotros éramos su única esperanza.

Finalmente llegamos al lugar de los hechos, y el caos era aún peor de lo que habíamos imaginado. Humo negro se elevaba en el aire, mezclado con el sonido de los gritos de dolor y desesperación. Nos dividimos en equipos, cada uno asignado a una tarea específica.

Me encontré junto a Eddie y Ravi, enfrentando la devastación frente a nosotros. Una camioneta destrozada yacía volcada en el suelo, sus ocupantes atrapados en su interior. Nos abalanzamos hacia ella, nuestras manos trabajando frenéticamente para cortar la puerta y liberar a los heridos.

Eddie y yo trabajamos en perfecta sincronía, nuestra conexión innegable a pesar del caos a nuestro alrededor. Con cada movimiento, sentía el peso del peligro sobre mis hombros, pero también la determinación de salvar vidas.

Finalmente, logramos sacar a cada uno de los atrapados, pero uno de ellos estaba gravemente herido. Ravi se apresuró a llevarlo en la camilla, mientras Eddie se quedaba para tratar a los heridos menos graves. Nos miramos brevemente, compartiendo un entendimiento silencioso antes de seguir adelante con nuestras tareas.

Regresé junto a Eddie, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación al ver su expresión tensa. La mirada en sus ojos decía más de lo que sus palabras podían expresar, y su gesto de cabeza hacia la camioneta me hizo temer lo peor.

Me acerqué con cautela, mis sentidos alerta mientras observaba los restos de dinamita y explosivos en el interior del vehículo. La realidad de la situación golpeó con fuerza, haciéndome darme cuenta de que estábamos tratando con algo mucho más peligroso de lo que habíamos anticipado.

Intenté llamar a Bobby, buscando una solución para esta pesadilla, pero antes de que pudiera siquiera oprimir el botón, un movimiento repentino me hizo girar hacia los hombres en la camioneta. Uno de ellos había notado mi intento y ahora apuntaba un arma hacia mí, su mirada llena de peligro.

El miedo se apoderó de mí mientras trataba de mantener la calma, pero antes de que pudiera hacer algo, sentí un golpe brutal en mi rostro que me hizo tambalear y caer al suelo. Todo parecía suceder demasiado rápido, y me encontré luchando por recuperar el aliento mientras trataba de procesar lo que estaba pasando.

Eddie intentó negociar con los hombres, su voz llena de determinación mientras trataba de encontrar una solución pacífica. Pero sus palabras parecían caer en oídos sordos, y me vi atrapado en medio de un enfrentamiento del que no podía escapar.

De repente, el sonido de un disparo llenó el aire, seguido de un silencio tenso. Abrí los ojos con cautela, encontrando a Eddie sosteniendo un arma que le quito a uno de los hombres. Su mirada estaba llena de determinación, su rostro serio pero decidido.

— Dejen que se vaya — dijo, su voz firme. — Yo me quedaré y los ayudaré a salir, pero bajo la condición de que lo dejen ir sano y salvo.

Los hombres parecieron considerar la oferta por un momento antes de asentir con la cabeza en acuerdo. Sin embargo, antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, todo se volvió negro a mi alrededor, el dolor de mi cabeza resonando en mis pensamientos mientras perdía el conocimiento.

Cuando finalmente desperté, me encontré rodeado por mis compañeros de la 118, sus rostros llenos de preocupación mientras me ayudaban a incorporarme. Sin embargo, la ausencia de Eddie me hizo sentir un nudo en el estómago, una sensación de temor creciendo en mi interior mientras me preguntaba qué había pasado con él.

La desesperación me consumía mientras luchaba por mantener la compostura frente a mis compañeros. Mis manos temblaban, mis palabras salían entrecortadas mientras insistía en la necesidad de encontrar a Eddie.

— Buck, cálmate — me dijo Bobby, su voz firme pero comprensiva. — No sabemos quiénes son esos hombres ni dónde pueden estar. No podemos arriesgarnos a ir tras ellos sin más información.

Mis ojos recorrieron todo el lugar, buscando desesperadamente alguna señal de esperanza, pero solo encontré miradas preocupadas y rostros sombríos. Cada segundo que pasaba sin noticias de Eddie aumentaba mi angustia, y la sensación de impotencia se apoderaba de mí.

Fue entonces cuando Athena llegó, su presencia me dio seguridad, Athena puede encontrarlo ella siempre puede. Me acerqué a ella, mis palabras saliendo en un torrente mientras trataba de explicar lo que había sucedido, pero me encontré incapaz de articular nada coherente.

— No sé quiénes eran, no puedo describirlos — le dije, mi voz temblorosa. — Solo necesitamos encontrar a Eddie. Por favor, tienes que encontrarlo.

Athena asintió con solemnidad, su expresión determinada mientras tomaba nota de cada detalle que podía recordar. Sabía que estaba haciendo todo lo posible para ayudarnos, pero la sensación de impotencia seguía pesando en mi pecho.

Mientras observaba a Athena trabajar, una oleada de desesperación me inundó. Eddie era más que un amigo; era mi familia, mi ancla en medio de la tormenta. No podía permitirme perderlo, no ahora.

Mientras el tiempo pasaba y las horas se convertían en días, mi determinación solo se fortalecía. No descansaría hasta que Eddie estuviera a salvo, y haría todo lo que estuviera en mi poder para encontrarlo, sin importar las consecuencias.

911: BorderlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora