911: Borderline

Capítulo 26

El día de la despedida de TK y Carlos llegó más rápido de lo que esperaba. Mientras los acompañaba al aeropuerto, traté de ignorar la sensación de nostalgia que comenzaba a apoderarse de mí. En el camino, TK me sorprendió con sus palabras. Me tomó por sorpresa cuando mencionó a Buck y nuestra relación. Con su típico humor sarcástico, TK sugirió que debería dejar de ver a Buck con esos "ojos de amor" y darme la oportunidad de sentir algo por él. Traté de descartar sus palabras, asegurándole que no sentía nada romántico por Buck.

Pero TK no se dejó engañar tan fácilmente. Con una sonrisa irónica, mencionó el "radar gay", insinuando que los gays pueden detectar el amor en el aire con facilidad. Intenté negarlo, pero sus palabras se quedaron flotando en el aire mientras se despedía y se dirigía hacia el aeropuerto junto a Carlos.

Quedé en silencio, sintiéndome un poco abrumado por la franqueza de TK. ¿Acaso mis sentimientos por Buck eran tan evidentes para los demás? Solo esperaba que nadie más lo note, traté de alejar esos pensamientos de mi mente, pero su persistencia hizo que me cuestionara aún más, lo único seguro es que, desde Austin, TK quiere que pase algo entre Buck y yo.

A medida que TK y Carlos se alejaban, me quedé con la sensación incómoda de que había algo más que necesitaba explorar, algo que había estado evitando durante demasiado tiempo y la verdad a Buck le gustan los hombres, si puedo descubrir si con alguien puedo descubrir si esto puede funcionar es con él. Pero por ahora, solo podía desearles un buen viaje y regresar a casa, donde tendría que enfrentar estas nuevas dudas y reflexiones por mi cuenta. Hoy había quedado de encontrarme con Buck para ir a correr un poco, y no quería llegar tarde. Así que después de despedirme de TK y Carlos, quienes partían temprano, me dirigí hacia el loft de Buck. Aunque era temprano, el sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte, y el aire fresco de la mañana me animaba un poco.

Llegué al loft de Buck justo a las 7:00 am, como habíamos acordado, pero no me sorprendió encontrar la puerta cerrada. Buck siempre había sido un poco perezoso cuando se trataba de levantarse temprano, así que era muy probable que todavía estuviera durmiendo.

Con las llaves en mano, abrí la puerta del loft de Buck y me adentré en el espacio. Subí las escaleras hasta el segundo piso. Al llegar, lo vi dormido, cubierto solo por una sábana ligera. Decidido a despertarlo, me acerqué y le quité la sábana, pero al hacerlo, me sorprendió verlo solo en ropa interior y noté que tenía una erección. Un escalofrío recorrió mi espalda, sintiéndome incómodo ante la situación.

Buck se despertó sobresaltado al sentir la falta de la sábana y, al darse cuenta de su estado, se cubrió apresuradamente. Su rostro mostraba sorpresa y cierta vergüenza, mientras yo intentaba mantener la compostura, aunque por dentro me sentía un poco avergonzado.

— Lo siento, Buck. No sabía... no quería asustarte — me disculpé, tratando de ocultar mi incomodidad.

Buck parecía aún aturdido por el despertar repentino, pero asintió con comprensión. Nos miramos por un momento, ambos sintiendo la tensión en el aire, antes de que yo decidiera romper el silencio.

— ¿Listo para salir a correr? — pregunté, tratando de desviar la atención de la incómoda situación.

Buck asintió rápidamente, agradecido por el cambio de tema, y comenzamos a prepararnos para nuestra carrera matutina, dejando atrás el incómodo despertar en el pasado.

La mañana se presenta fresca y con energía mientras trotamos por las calles. Me divierto burlándome un poco de Buck, quien parece tener problemas para seguir el ritmo. Sus intentos por mantener el paso me hacen sonreír, y entre risas continuamos nuestro ejercicio matutino. Aaproveché el momento para proponerle a Buck una idea que había estado rondando en mi mente.