Capítulo 14

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Me encuentro frente a la casa de los Díaz, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Estoy nervioso, incluso un poco asustado, pero sé que debo hacerlo. Reúno toda la valentía que tengo y golpeo la puerta.

La espera se hace eterna hasta que finalmente la puerta se abre y ahí está él, mi pequeño Chris. Su rostro se ilumina al verme y sus ojos se llenan de alegría. No puedo contenerme y me lanzo hacia él, envolviéndolo en un abrazo tan fuerte como puedo.

— ¡Buck! — grita Chris, y su voz suena como música para mis oídos. Me aferró a él, sintiendo el calor de su cuerpo y el latido de su corazón. Es un momento tan reconfortante que me llena de una sensación de paz y felicidad que no he sentido en mucho tiempo.

Mis brazos lo rodean con fuerza, como si pudiera protegerlo de todo lo malo del mundo. En este abrazo, intento transmitirle todo el amor y el cuidado que he guardado dentro de mí durante estos meses de separación. Quiero que sepa lo mucho que lo extrañé y lo importante que es para mí.

El abrazo se prolonga, como si el tiempo se detuviera por un instante. Y en ese momento, todo parece estar bien en el mundo. Mis ojos se encuentran con los de Eddie, quien está observando la escena desde cierta distancia. A pesar de la tensión entre nosotros, hay un gesto de reconocimiento en su mirada cuando me ve abrazando a Chris. Sin decir una palabra, me hace una leve señal con la cabeza, un saludo silencioso que acepto con gratitud.

Aunque las cosas entre Eddie y yo están lejos de ser perfectas, este pequeño gesto me reconforta de alguna manera. Es como si, a través de esa simple acción, reconociéramos que, a pesar de todo, estamos en el mismo equipo cuando se trata de Chris.

Asiento con la cabeza en respuesta al saludo de Eddie, dejando en claro que entiendo su mensaje. No es mucho, pero es un comienzo. Tal vez, con el tiempo, podamos resolver nuestras diferencias y encontrar una forma de seguir adelante juntos, por el bien de Chris y de nosotros mismos.

La luz del televisor ilumina nuestras caras mientras nos sumergimos en el juego, completamente absortos en la experiencia virtual que se desarrolla frente a nosotros. Mientras el sol se va ocultando lentamente en el horizonte.

Pero a medida que la oscuridad comienza a envolver el cielo, Eddie se acerca a nosotros con una expresión seria en el rostro. Chris protesta suavemente, renuente a poner fin a nuestra diversión, pero la firmeza en la voz de su padre lo hace ceder.

Con un suspiro resignado, Chris accede a la orden de Eddie y se despide de mí con un abrazo rápido pero cariñoso. Sé que no le gusta irse, pero también entiende la importancia de obedecer a su padre.

Mientras veo a Chris dirigirse hacia su habitación con Eddie, una sensación de calma y gratitud me envuelve. A pesar de nuestras diferencias, Eddie está haciendo lo mejor que puede como padre, y eso es algo que no puedo ignorar ni subestimar.

Me preparo mentalmente para el inevitable momento de despedirme de Chris y Eddie cuando este último sale de la habitación del niño. Pero antes de que pueda decir una palabra, Eddie me sorprende ofreciéndome tomar algo. Acepto, agradecido por el gesto, y opto por una taza de café, decidido a mantener la claridad y la lucidez en este encuentro tan importante.

Una vez que estamos sentados con nuestras bebidas, Eddie rompe el silencio con un sincero arrepentimiento por todo lo que ha pasado entre nosotros.

— Lamento mucho lo que ha sucedido, Buck — dice Eddie con sinceridad, su mirada reflejando un profundo pesar — No puedo quedarme de brazos cruzados mientras veo cómo te autodestruyes. Y menos aún si siento que de alguna manera soy responsable de ello.

Lucho por mantener la compostura mientras las palabras de Eddie me atraviesan. Intento ocultar las lágrimas que amenazan con escaparse, pero es inútil.

— Yo también lo lamento, Eddie — respondo con voz entrecortada y lágrimas cayendo — Me arrepiento profundamente de dejar que se llevaran a Chris. Fue un error terrible.

Mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar las palabras de Eddie. No puedo evitar sentir un nudo en la garganta al darme cuenta del peso de sus palabras y de la magnitud del perdón que me ofrece.

— Gracias, Eddie — apenas puedo articular, mi voz apenas un susurro — Prometo no volver a cometer el mismo error. No renunciaré a Chris.

Eddie me mira con una mezcla de gratitud y determinación en sus ojos. Su siguiente declaración resuena profundamente en mí — Chris no renunció a ti, Buck — dice Eddie con firmeza — Y si estamos de vuelta en Los Ángeles, es porque él no quiere perderte de su vida.

Sus palabras penetran en lo más profundo de mi ser, recordándome la importancia de mi vínculo con Chris y el impacto que mi ausencia ha tenido en su vida. Siento un peso en mi pecho al darme cuenta de lo mucho que he fallado, pero también una determinación renovada para enmendar mis errores y estar allí para Chris de la manera que se merece.

Me encuentro frente a Eddie. Nuestro encuentro fue emotivo, pero también un poco incómodo, como si estuviéramos caminando sobre huevos frágiles que amenazaban con romperse en cualquier momento.

— Bueno, supongo que debería irme — Digo, rompiendo el breve silencio que se ha instalado entre nosotros.

Eddie asiente, su expresión reflexiva y un tanto distante — Sí, claro. — Responde, su voz cargada de una mezcla de sentimientos que no puedo descifrar completamente.

Nos miramos por un momento, cargado de significado y emociones no expresadas. Luego, con un simple gesto de despedida, me doy la vuelta y comienzo a alejarme.

Cierro la puerta detrás de mí, sintiendo un nudo en la garganta mientras me alejo de la casa de los Díaz. No tenemos esa confianza inquebrantable de antes, esa conexión profunda que solíamos compartir. Pero sé que trabajaré en reconstruirla, en ganarme de nuevo su confianza y su amistad.

Conduciendo por las calles, me sumerjo en mis pensamientos, reflexionando sobre todo lo que ha sucedido en los últimos meses. Reconozco mis errores, mis debilidades, pero también veo una oportunidad para crecer, para ser mejor.

911: BorderlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora