Capítulo 33

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Llegamos a la casa de Eddie, y mientras él llevaba mi maleta, no podía evitar sentir una oleada de emociones. Verlo tan atento y cariñoso me hacía querer llorar de felicidad. Este era un nuevo comienzo, y Eddie estaba allí para asegurarse de que fuera perfecto.

Al abrir la puerta, nos recibió Carla, con su habitual sonrisa cálida, y Chris, que saltó del sofá en cuanto nos vio.

— ¡Hola, Buckaroo! — exclamó Carla, con su distintivo saludo cariñoso.

— ¡Hola, Buck! — añadió Chris, corriendo hacia mí. Me agaché para recibir su abrazo, sintiendo su energía contagiosa.

— Hola, campeón — le respondí, revolviéndole el cabello.

— Hola, Carla — dije, levantándome y dándole un abrazo — ¿Cómo estás?

— Muy bien — dijo Carla, con una sonrisa — Me alegra verte por aquí. Luego miró a Eddie, con una expresión de curiosidad.

— Veo que traes compañía hoy, Eddie.

— Sí — dijo Eddie, devolviéndole la sonrisa — Buck va a quedarse con nosotros.

Carla arqueó una ceja, claramente interesada en saber más, pero no dijo nada.

— ¡Genial! — dijo Chris — ¿Vas a quedarte a vivir aquí, Buck? — Me puse nervioso, pero Eddie me dio una mirada tranquilizadora.

— Sí, Chris. Buck va a vivir con nosotros — respondió Eddie, mirando a Chris con una mezcla de cariño y seriedad — Hay algo importante que queremos decirte.

Chris nos miró expectante, su emoción contenida. Eddie me dio un leve empujón hacia adelante, animándome a hablar — Chris, Eddie y yo hemos decidido que queremos estar juntos, como pareja — dije, tratando de mantener mi voz firme — Eso significa que vamos a vivir juntos y... bueno, ser una familia.

Chris nos miró por un momento, procesando la información. Luego, una gran sonrisa se extendió por su rostro — ¡Eso es genial! ¡Siempre supe que eran como una familia! — dijo, abrazándome de nuevo.

El alivio y la alegría llenaron mi corazón. Miré a Eddie, que me sonrió con orgullo — Gracias, Chris. Eso significa mucho para nosotros — dije, devolviéndole el abrazo con fuerza.

Carla nos observaba con una expresión de satisfacción — Bueno, parece que todos estamos de acuerdo — dijo Carla — Será mejor que me vaya y los deje disfrutar de este momento en familia.

— Gracias por todo, Carla — dijo Eddie, abrazándola.

— De nada, Eddie. Cuídense mucho, y nos vemos pronto — respondió Carla, dándome una palmadita en el hombro antes de salir. Cuando la puerta se cerró, me sentí envuelto en una sensación de pertenencia y amor. Miré a Eddie y Chris, sabiendo que esto era solo el comienzo de una vida juntos.

— ¿Qué les parece si pedimos una pizza para celebrar? — sugirió Eddie, rompiendo el momento de silencio con una sonrisa.

— ¡Sí! — gritó Chris con entusiasmo.

El aroma a pizza recién horneada llenaba el aire mientras terminábamos de disfrutar nuestra cena juntos. Chris parecía estar en su elemento, compartiendo risas y anécdotas con Eddie y yo. Pero de repente, soltó una bomba que nos dejó a todos sin aliento.

— Oye, Buck, ¿puedo llamarte papá? — preguntó Chris, con una seriedad inesperada en sus ojos. Mi corazón dio un vuelco, y miré a Eddie en busca de orientación. Él me devolvió una mirada llena de amor y confianza.

—¿De verdad quieres hacerlo, Chris? — preguntó Eddie, con una sonrisa tierna. Chris asintió con decisión.

— Sí, si está bien para ti y para ti, Eddie. Porque, ya sabes, eres como mi otro papá, y... — sus palabras se detuvieron mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas.

911: BorderlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora