Capítulo 11

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Al llegar a casa, intercambié breves palabras con la cuidadora de Chris antes de que se fuera. Al entrar en la sala, encontré a mi hijo sentado en el sofá, parecía un poco nervioso mientras guardaba rápidamente su teléfono celular. Esa acción me hizo levantar una ceja con curiosidad.

— ¿Qué estás haciendo, Chris? — pregunté, acercándome y observando cómo mi hijo intentaba ocultar algo.

— Nada, papá. Solo estaba revisando algunas cosas en mi teléfono — respondió, su voz sonando un tanto nerviosa.

Intrigado, extendí mi mano y tomé el teléfono de Chris. Lo desbloqueé y comencé a revisar los mensajes. Lo que vi allí me dejó perplejo.

Todos los días, Buck le preguntaba a Chris cómo estaba y también por mí. Sus mensajes eran amables y llenos de preocupación. Me quedé sin palabras mientras leía cada intercambio, sintiendo una mezcla de emociones dentro de mí.

Después de revisar los mensajes entre Chris y Buck, decidí abordar el tema directamente con mi hijo. Me senté a su lado en el sofá, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar la situación.

— Chris, necesito hablar contigo sobre algo importante — comencé, mi voz cargada de seriedad.

Chris me miró con curiosidad, esperando a ver qué tenía que decir.

— He visto los mensajes entre tú y Buck — continué, notando cómo su expresión se tornaba un tanto preocupada.

— Lo siento, papá. No quise ocultártelo, pero Buck me preguntaba cómo estabas y... — empezó a explicarse, pero lo interrumpí levantando una mano.

— Chris, no deberías estar hablando con él — dije, tratando de sonar firme a pesar del nudo en mi garganta.

— ¿Por qué? — preguntó, confundido — Buck es mi familia, papá. No puedo simplemente dejar de hablarle.

Mi corazón se encogió al escuchar esas palabras. ¿Cómo podía Chris considerar a Buck como parte de nuestra familia después de todo lo que había pasado?

— Chris, Buck ya no es parte de nuestra familia — respondí, luchando por mantener la compostura — Ya no somos amigos.

Chris me miró con tristeza en los ojos, y su siguiente declaración me golpeó con fuerza.

— Pero Buck es también mi papá — dijo con voz temblorosa — No puedo simplemente dejarlo a un lado.

Sentí un nudo en la garganta al escuchar esas palabras. La idea de que Chris considerara a Buck como su padre me dejó completamente desarmado. No sabía cómo responder a eso, y me di cuenta de que había subestimado el vínculo que existía entre ellos.

Las lágrimas amenazaron con escaparse de mis ojos mientras luchaba por procesar lo que acababa de escuchar. En ese momento, me di cuenta de que esta situación era mucho más complicada de lo que había imaginado.

La conversación con Chris me había dejado con el corazón en un puño. Su afirmación de que tanto Buck como yo éramos sus papás resonaba en mi mente, desencadenando una mezcla de emociones que apenas podía procesar. Decidí abordar el tema con delicadeza, consciente de que cada palabra que pronunciara tendría un impacto en mi hijo.

— Chris, necesito preguntarte algo importante — empecé, buscando su mirada con seriedad.

Chris me miró expectante, esperando a ver qué tenía que decir.

— ¿Realmente consideras a Buck como tu papá? — pregunté, tratando de mantener mi voz firme a pesar del torbellino de emociones que me invadía.

Chris asintió con determinación, sin apartar la mirada de la mía.

— Sí, papá. Tanto Buck como tú son mis papás, y no quiero seguir lejos de ninguno de ustedes — respondió con sinceridad, sus palabras resonando en mi corazón con una fuerza abrumadora.

Sentí un nudo en la garganta al escuchar esas palabras, y un torrente de emociones encontradas se apoderó de mí. Por un lado, sentía una profunda gratitud por el amor incondicional que Chris sentía hacia nosotros. Por otro lado, me invadía la incertidumbre sobre cómo manejar esta situación.

— Chris, si quieres volver a Los Ángeles, podemos hacerlo — dije finalmente, luchando por mantener la compostura — Tu felicidad es lo más importante para mí.

Chris me miró con una mezcla de alivio y gratitud, y en ese momento supe que había tomado la decisión correcta.

— Te amo, papá — dijo, abrazándome con fuerza.

— Y yo a ti, Chris — respondí, devolviendo su abrazo con la misma intensidad.

En ese momento, mientras abrazaba a mi hijo, supe que estábamos unidos por un lazo indestructible, y haría todo lo posible por mantenernos juntos, sin importar los desafíos que se presentaran en nuestro camino.

El día de mi despedida finalmente había llegado. Me dirigí a la estación 126 para despedirme del capitán Owen Strand, sintiendo una mezcla de emociones mientras me preparaba para comenzar esta nueva etapa en mi vida.

Al llegar, me encontré con el capitán Strand en su despacho. Su expresión era seria pero amable, y me recibió con un gesto de reconocimiento.

— Eddie, estoy orgulloso de ti — dijo, su voz resonando con sinceridad — Sé que esta no fue una decisión fácil, pero estoy seguro de que es lo mejor para ti y tu hijo.

Me quedé sorprendido por sus palabras. Había esperado una despedida cordial, pero no esperaba que el capitán Strand expresara su apoyo de esta manera.

— Gracias, capitán — respondí, agradecido por sus palabras — Significa mucho para mí — El capitán Strand asintió con una sonrisa.

— El capitán Nash siempre tuvo una buena intuición sobre las personas, y creo que tenía razón al confiar en ti — continuó — De hecho, fue él quien me sugirió que te ofreciera un puesto aquí en Austin.

Mis ojos se abrieron con sorpresa al escuchar eso. No tenía idea de que la oferta del capitán Strand había sido influenciada por Bobby. La idea de que hubiera intervenido para ayudarme me llenó de gratitud y sorpresa.

— No sé qué decir, capitán. Estoy realmente agradecido por esta oportunidad —respondí, sintiendo una oleada de gratitud hacia Owen por su apoyo — El capitán Strand asintió, comprendiendo la magnitud de este momento para mí.

— No hay necesidad de agradecer, Eddie. Estaba seguro de que encontrarías la forma de volver a casa cuando fuese el momento adecuado — dijo con confianza.

Antes de partir de la estación 126, sentí la necesidad de despedirme de Marjan y el resto del equipo. Habían sido unos meses intensos, y aunque me alegraba de regresar a Los Ángeles, también me costaba dejar atrás a mis nuevos amigos.

Marjan me abrazó con fuerza cuando llegó mi turno de despedirme, expresando su deseo de volver a verme pronto. Me aseguró que siempre tendría un lugar en Austin si alguna vez decidía regresar.

El resto del equipo se acercó para despedirse, y sentí una oleada de gratitud al ser testigo de la camaradería y el apoyo que compartían entre ellos. Prometí mantenerme en contacto y mantenerlos al tanto de mis aventuras en Los Ángeles.

Antes de partir, TK y Carlos se acercaron con una expresión seria en sus rostros. Intercambiaron miradas significativas antes de dirigirse a mí — Esperamos que puedas arreglar las cosas con Buck — dijo TK, su tono lleno de sinceridad — Es evidente que se preocupan mucho el uno por el otro — Sonreí ante su comentario, pero negué con la cabeza.

— No tienes por qué preocuparte por eso. Buck y yo somos solo éramos amigos —respondí, tratando de sonar convincente — TK y Carlos intercambiaron otra mirada antes de que TK se dirigiera a mí una vez más.

— Envíale saludos a Buck. Y dile que, en algún momento, Carlos y yo iremos a Los Ángeles. Quizás puedan enseñarnos la ciudad — dijo con una sonrisa. Asentí, agradecido por su amabilidad, pero en mi interior sabía que enfrentar a Buck nuevamente no sería tan fácil como pretendían hacerlo creer.

911: BorderlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora