Sentía el cuerpo de Eddie temblar en mis brazos, su frustración y desesperación se filtraban a través de cada fibra de su ser. Sus palabras habían sido duras, hirientes, pero entendía que no eran más que un reflejo de su propio dolor. Él necesitaba desahogarse, expulsar toda la rabia y la impotencia que lo consumían, y yo era el único en quien confiaba lo suficiente para hacerlo.
Lo escuché sollozar contra mi hombro, sus lágrimas mojando mi camisa, y en lugar de sentirme herido, sentí una profunda empatía. Eddie estaba sufriendo, y si ser su punching bag emocional era lo que necesitaba, estaba dispuesto a soportarlo. Mi amigo estaba atrapado en una oscuridad que no podía controlar, y yo estaría allí para él, sin importar cuánto me lastimaran sus palabras.
Me quedé en el pasillo, esperando a que Eddie terminara de vestirse. Mi corazón estaba pesado al verlo tan destrozado emocionalmente. La frustración y la impotencia que sentía eran casi palpables, y deseaba poder hacer más para aliviar su dolor. Pero sabía que, en este momento, lo mejor que podía hacer era estar ahí para él, ser su apoyo constante.
Escuché el suave ruido de la ropa mientras Eddie se movía lentamente dentro de la habitación. Cada sonido me hacía imaginar su esfuerzo por vestirse, una tarea tan simple y rutinaria que ahora se había convertido en un desafío monumental para él. Me dolía profundamente verlo así, tan vulnerable y frágil.
Pensé en la caída en el baño, en cómo su cuerpo aún estaba sanando de múltiples fracturas. Necesitaba asegurarme de que no se había lastimado más. La preocupación por su bienestar físico se mezclaba con la angustia de verlo emocionalmente abatido. Sentía una responsabilidad inmensa de cuidarlo, de protegerlo, de ser la roca que necesitaba en este momento.
Finalmente, escuché la puerta abrirse y vi a Eddie salir, vestido y listo. A pesar de su esfuerzo por mantener una apariencia fuerte, podía ver el dolor y la lucha en sus ojos. Me acerqué a él, manteniendo una expresión calmada y reconfortante.
— ¿Todo bien? — pregunté suavemente, intentando no sonar demasiado preocupado — Necesito revisar si no te lastimaste más con la caída.
Eddie asintió, aunque su mirada seguía siendo sombría — Sí, está bien... revisa lo que necesites — dijo con voz cansada.
Con cuidado, empecé a examinarlo, buscando cualquier signo de nuevas heridas o fracturas. Afortunadamente, parecía que no había daños graves, pero aún así me preocupaba — Parece que no te lastimaste más, pero tenemos que tener mucho cuidado, Eddie. No quiero que te hagas más daño.
Él asintió de nuevo, sin decir nada. Pude ver la lucha interna en su expresión, la batalla entre su deseo de ser independiente y la realidad de su situación actual.
— Recuerda, estoy aquí para ti — le dije, mirándolo directamente a los ojos — No tienes que hacer esto solo.
Eddie tomó una profunda respiración y asintió lentamente. Aunque no dijo nada, sentí que mi mensaje había llegado a él. Y eso era todo lo que podía pedir en este momento. Seguía dispuesto a ser su apoyo, a estar ahí para él, sin importar cuán difícil se pusiera el camino.
Observé a Eddie mientras buscaba su camino hacia el sofá. Quería ayudarlo, ofrecerle mi mano para guiarlo, pero sabía que debía darle ese espacio, especialmente después de cómo había estallado contra mí. Lo entendía; Eddie necesitaba sentir que aún tenía control sobre algo en su vida, incluso si era tan simple como encontrar su propio lugar para sentarse.
Finalmente, lo vi alcanzar el sofá y dejarse caer con un suspiro. Se quedó en silencio durante unos segundos, la frustración y el dolor claramente visibles en su expresión. Decidí acercarme, manteniendo una distancia respetuosa, y me senté en una silla cercana.
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911: Borderline
FanfictionUna historia más de Eddie y Buck. Una linea de tiempo donde Buck accepta sus sentimientos por Eddie, pero este no esta listo para decidir amar a su mejor amigo.